Mi Pecado

40

Leo entra al baño con música a todo volumen, que provenía del parlante de Teo, se desnuda y se mete en la segunda ducha, sabiendo que en la primera estaba Exequiel.

—¿Qué haces escuchando eso vos? —Le pregunta él.

—¡Escuchá, escuchá! —Grita Leo mientras se mojaba el pelo— Son de amores, amores que matan, amores que ríen; amores que lloran, amores que amargan  —Canta mientras golpeaba, al ritmo de la música, la pared que los dividía, haciendo reír al de la otra ducha—. ¿Ya te pusiste shampoo? —Leo se ríe para subirse un poco a la pared que los dividía y tirarle, en la cabeza, el contenido del pote.

—¿Qué haces, Culiao? —Grita Exequiel riéndose— No seas tonto, Gallina. —Él también se sube para tirarle shampoo.

—¡No! Me entró espuma en el ojo.

—"Bostero le rompe la carrera futbolistica a un Gallina en un hotel de Punta del Este." —Relata Exe, lo que sería el títular de un diario.

—Llego a salir con el ojo rojo y te mato, eh —Lo amenaza Leo para mojarse la cara—. Pará, no hablemos más de mi ojo, hablemos de amores. ¿Decís que llame a Catalina?

—¿Y Zoe? —Le pregunta Exe, mirando la pared que los dividía.

—No, ese es tu tema. No da seguirlo más, Chango —Contesta el otro mientras se enjabonaba el cuerpo—. Ya fue.

—Si, creo que para mí también fue.

—Amores hay de sobra pero amigos, amigos hay pocos.

—Si, bueno, amores tengo yo —Exequiel se ríe—. Porque vos andas más o menos con eso. —Se vuelve a subir a la pared para tirarle shampoo.

—¿No querés que hablemos? Hablemos.

—Como te gusta hablar, Leo. —Exe sale de la ducha y Leo al verlo también lo hace, ambos para jugar de manos a las risas.

—Pará, pará, ahora de verdad —El juvenil de River frena, los dos se ponen la toalla por la cintura y se miran—. No sé si te contaron los otros tontos pero, nunca me contaron el plan que tenían. Ya sé que eso no me permite cometer errores pero de verdad, yo no sabía nada.

—Si, vos no tenés la culpa —Exequiel se cruza de brazos—. Además, vos cuando me preguntaste, te dí a entender que ya había terminado todo con Zoe —Le explica—. Me gusta que estemos arreglando las cosas así, Gallina.

—Si, pero no te desvíes —Leo se sienta en el piso y lo mira—. Chini está mal y...

—¿Y nosotros? No la pongas siempre en el papel principal, Leo.

—Ya sé, ya sé. Se equivocó pero vos tenés que saber que yo la conozco hace mucho, muchísimo, más que vos —Él le explica y Exe asiente con la cabeza—, y sé que no es de hacer estas cosas, se equivocó y lo sabe.

—Si no se diera cuenta, ya me preocuparía.

—Chango, nunca la vi tan arrepentida —Leo lo mira fijo—. Y si fuera como vos pensas, al pelearse con vos ya estaría conmigo.

—No está con vos porque vos ya no querés nada.

—Pero eso lo sabes vos, lo saben los chicos pero Zoe no lo sabía... Hasta hace 10 minutos que entró llorando a la terraza después de casi romper todo el salón del hotel.

—¿Por qué haces esto vos? Me estás ayudando a que vuelva con la chica que te gusta —Exequiel se agarra del pelo.

—Lo hago porque la quiero un montón, quiero que sea feliz y espero que lo sea con vos.

—No la puedo perdonar así por así, Gallina.

—Bueno, date tiempo pero no te alejes —Leandro se levanta y lo agarra de los hombros—, porque ella te quiere de verdad. Aunque sea media fría, boluda y se las mande. —Dice haciéndolo reír al otro.

—Sos un tarado.

—Por un momento pensé que iba a entrar al baño y nos íbamos a cagar a trompadas —Confiesa Leo mientras ambos se reían.

—Que locura que tenemos, Culiao.

—Quiero, quiero pedirte una cosa más —Le dice a Exequiel para agarrar el celular y después mirarlo—. En unas semanas nos quiero a todos juntos, en una fiesta, riéndonos de todo esta novela que armamos.

—Prometido.

—Pero vos con Zoe —Leo lo señala y el otro hace muecas, dudando—. Date tiempo, ya te dije —Este se sacude el pelo y abre la puerta del baño—. Ahora terminá de bañarte que seguís teniendo olor a bostero.

—Já, já, que gracioso.

Exequiel vuelve a la ducha, se enjuaga lo que queda y sale atandose la toalla por la cintura encontrándose con que no estaba solo en la pieza.

—Perdón por la insistencia pero cuando estoy arrepentida de verdad, necesito sacar todo para afuera.