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ZOE.
 
 
Ya parecía verano, estaban cerrando las notas en el colegio, vivías en horas libres, amanecía temprano y hacia un calor de locos.

Eso traía ventajas, las jodas se venían una atrás de la otra y casi todos estaban libres, por lo que si buscabas a alguien... Iba a ir a la joda si o si.

—Me voy. —Termino el vaso con jugo de naranja, lo dejó en la pileta de la cocina, agarro la mochila y le doy un beso a mis papás y a Ciro. A los otros tontos en las horas restantes me los voy a cruzar por el colegio.

—¿Sola? —Pregunta mi papá y mamá pone cara de confundida.

—Me pasa a buscar una amiga, tiene las ventajas de tener auto disponible siempre. —Miento y, a la vez, les tiro el palo de "Quiero mi auto propio".

Ante el reclamo, Ciro se ríe por lo bajo y no dice nada, al igual que mi mamá.

—Andá, Chini, andá. —Me despide papá negando con la cabeza.

Salgo a las corridas, chequeando el celular y mirando para atrás por si alguno de mis hermanos venía siguiéndome.
Claramente no tenían que venir atrás mío, no me convenía.

Cierro el portón y camino hasta la esquina donde las cámaras de casa no llegan a filmar para ver un auto negro con vidrios polarizados.

Me muerdo los labios, niego con la cabeza y me subo.— ¿Andas de incógnito?

—¿Decís que el de seguridad se acostumbre de ver esta carita? —Exequiel se baja los anteojos hasta el puente de la nariz y me guiña el ojo— Buen día, ¿No?

—Buen día. —Sonrío y le doy un pico para que él empiece a manejar hasta el colegio. Colegio de chetos, según él.

—Me re gustaría pasarte a buscar después pero entreno. —Me dice cuando ya estábamos a unas cuadras de River.

—Vos llegas a venir y te cascotean todo el auto.

—Entré al barrio privado del DT de River, el colegio este una papa. —Dice y yo largo una carcajada por como le decía a mi papá.

—Por ahora, sigamos así —Digo agarrando la mochila del asiento de atrás—. Déjame acá en la esquina.

—Mas te vale que no le cuentes nada a nadie porque sería al pedo vivir escondiendonos en las esquinas. —Se queja él, mirándome con los anteojos de sol y parando el auto.

—¿Qué tan dormido estás? —Pregunto levantándole los anteojos— Ah bue, yo también me quiero levantar así.

—Bueno, andá anotando para la próxima, despertarnos juntos. —Me señala.

—Uy, me tengo que ir al colegio. —Digo destrabando las puertas y haciéndome la boluda.

—Dale, culiada.

—Mentira, tonto —Digo dándole un pico—. Después hablamos. —Me bajo del auto y él me hace fuck you cuando estoy cerrando la puerta.

Me quedo mirando el auto hasta que desaparece y suspiro. Lo conozco hace nada y me genera todo y más.

¿En qué me estaré metiendo?

Sea malo o bueno, va muy rápido todo y me asusta.

—¿Ciro cambió de auto? —Escucho que me preguntan de atrás y me sobresalto, asustada, para soltar un grito— Ay, Zo.

—Ay boludas, no las ví. —Saludo a More y a Flor, quién me mira sospechando.

—Vinimos caminando porque alta paja venir en colectivo con el calor que hace.

—¿Y el auto? —Pregunto mientras caminábamos a la entrada del colegio.

—Mamá se lo llevó porque tenía que hacer unos trámites. —Me explica Morena.

—No contestaste —Dice Flor y yo me giro a verla rápido—. Que raro que Ciro no traiga a tus hermanos.

—Se tenía que ir rápido para lo de la novia. —Me excuso cuando estábamos por entrar, entra primero Morena y veo que mi otra amiga mira para atrás.

—¿Que raro no? Ahí está Ciro con Teo y Mati —Me susurra en el oído Flor y yo miro para atrás—. Con su mismo auto de siempre.

Me giro a verla a la cara, ella me sonríe negando con la cabeza y yo no tengo nada que decir. Por suerte no me pregunta sobre ese incidente en todo el día.

A la última hora nos tomamos el micro para hacer las horas de educación física en Ezeiza, dónde solamente me pongo la pollera y me levanto la chomba para tomar sol. Con este calor, los pibes se mueven nada más.

—¿Chini, trajiste agua? —Llega corriendo Matías con Leo atrás.

Le hago seña de que se acerque así le tiraba agua en la cabeza y después me agarra la botella para tomar.

—Sos increíble vos —Digo abrazando a Leandro—. Mi hermano todo chivado y vos ni una gota.

—Yo corro, no como este.

—No da más el gordito. —Se ríe Leo conmigo mientras miramos a mi hermano.

—¿Te cortaste el pelo? —Pregunto mientras paso una mano por ahí mientras él me miraba de cerca la cara.

—Un poquito, ¿Te gusta?

—Si, nada te queda mal a vos —Digo dándole un pico—. Llévate al pesado de Matías que está hablandole a Flor.

—Te quejas que Ciro es celoso pero vos sos igual —Me sonríe para darme otro beso—. ¡Dale, gordo, vamos!—Se separa de mi y apura a mi hermano— ¿La vieron a More?

—¿Dónde puede estar tu cuñadita? Pispeando como entrena tu hermano. —Contesta Flor y yo me río, asintiendo. Morena nos ganaba por ventaja en ser babosa.

—Que piba. Bueno, vamos —Le palmea el hombro al otro y yo le doy otro beso—. Cuidate, bombón —Me dice y yo lo miro confundida—. Del sol.

—¡Me muero! —Flor se tapa la cara ante lo que dice.

—¿Si no voy a quedar negra como Matías decís? —Le pregunto y Leo se ríe, asintiendo con la cabeza.

—¡Cerra el pico, adoptada! —Me grita mi hermano mientras se van trotando hasta donde estaban los demás.

Tiago se pone una mano en la frente, debido al sol, para mirarme de lejos y negar con la cabeza mientras sonreía. Seguramente vio mi sesión de besos con Leandro.

Ya veo que se le cruza por la cabeza decirme que elija entre uno u otro y le saco el pensamiento de una bolea.

Me lo quedo mirando un rato pero cuando se da vuelta, me siento al lado de Flor, que ya me estaba mirando hace rato.

—Ahora que estamos solas, bien solas —Dice mirando para todos lados—. Contame.

—¿Qué? —Pregunto riéndome.

—Hace meses que no te miras así con Tiago, él también esconde algo.

—Si, la joda a la que vamos todos hoy —Respondo para acostarme denuevo—. ¿Vos vas a venir o planeas empezar a pollerear con mi hermano?

—Que perra que sos. —Me dice, acostándose al lado mío y quedándose callada porque claramente la había dejado fuera de juego.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora