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ZOE.
 
 
Sábado a la mañana, me levanto y encuentro que mamá ya tenía una valija hecha y a mi hermano bebé cambiado.

—Te desperté a los críos. —Digo dejando dejando de abrazar a Teo y saludándola.

—Ah, con su hermana se levantan rápido y conmigo nunca, mira vos —Ella se queja y nosotros la miramos raro—. Vayanse a cambiar que nos vamos a Perú.

—¿¡Qué!? —Gritan Mati y Teo a la vez con la mejor cara de feliz cumpleaños. Estos gallinas, me cansan.

—Rápido, agarren cualquier muda de ropa y vamos.

Cuando los otros dos se van corriendo felices de la vida, yo me quedo mirándola, necesitando una explicación.—¿Qué pasa con papá?

—Hablamos por teléfono y no lo sentí seguro. —Me dice haciendo una mueca de pena.

—Ay más tierna ella —La abrazo y le doy un beso—. Me tendré que cambiar entonces.

—¿Podemos invitar a Leo? —Matias aparece corriendo en boxer hasta donde había dejado su celular.

—¿Eh? —Dejo de caminar hasta mi pieza y me doy vuelta.

—Bueno dale, pero que esté listo rápido.

—Para, para, si llevamos a Leo, llevamos a Tiago. —Me quejo y veo como mi mamá está empezando a perder la paciencia.

—No puedo llevar a medio club, Chini.

—¡Es mi mejor amigo!

—Ya va Leo y eso te conviene. —Me pelea Matías.

—Mamá, yo solo te miro —Amenazo con la mirada a mi progenitora y ella suspira, aceptando—. ¡Si! Ya lo llamo.

El club de River iba a disputar una final internacional en el país de Perú, contra un equipo brasilero. Era una copa importante para ganar, por lo que mi mamá no dudó un instante en estar ahí, apoyando a mi papá porque lo notó nervioso vía llamada.
Me puse un outfit que gritaba "voy así nomás" y salimos casi corriendo para ir a buscar a Leo y a Tiago.

Pido más amigos como nosotros en el mundo, por favor.

—Bueno, volves a tener 5 hijos. —Dice Tiago, mirando a mi mamá mientras me sacaba la mochila que tenía colgada para llevarla él. Por esto lo amo.

—Si, Negri, la diferencia es que vos jodes menos que Ciro. —Contesta mi mamá mientras se cercioraba de tener todos los pasaportes con las tasas de embarque.

—¿Momento de sacarle el cuero a Ciro porque no está? —Pregunta Matías mientras se refregaba las manos— Me anoto.

—¿Yo no cuento cómo hijo? —Leo le pega en el brazo a Tiago a la vez que me abrazaba.

—Vos contas como noviecito acá, sorry bro. —Lo mira Teo y nosotros nos reímos.

—¿Zoe con novio? Contate otro, Chino.—Se ríe mi mejor amigo y yo niego con la cabeza.

Ahí fue cuando me acordé a quién me estaba olvidando de decile que venga a ver la final de la Libertadores conmigo... A Exequiel.
Pagaría por ver su reacción al invitarlo realmente e ingresando al estadio con la familia del DT de su clasico rival. Pero la prensa me impedía todo, se iba a armar un escándalo.

Hasta ya me imaginaba los titulos de los portales deportivos: "¿TRAICIÓN EN RIVER? SE VIO A LA HIJA DEL DT CON UN JUGADOR DE BOCA"

Nos llaman del vuelo y vamos a hacer la fila con los demás pasajeros para que nos verifiquen la tasa de embarque y nos dejen pasar. Cuando estábamos subiendo, Tiago se puso a pelear con Teo para ver quién iba sentado al lado mío.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora