CAPÍTULO 64

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Katherine...

Ya estoy harta de todo lo que está ocurriendo, trato de pensar en todo lo que me pasó en el pasado. No entiendo las razones por las que solo estas personas tienen que agarrársela conmigo. Siempre fui buena con ellos, pero estas gentes fueron horribles conmigo.

—Katherine... —Oigo la voz de mi padre y dejo de escribir para verlo.

No tengo ganas de prestar atención a lo que mi padre tiene que decirme. Tengo que terminar de escribir la historia. Quiero hacer las cosas bien y no tengo ganas de perder el tiempo con estupideces como las que él me dirá.

—¿Qué? —Pregunto con el ceño fruncido ante la situación.

—Alex y James llegaron, me dijeron que te avise —dice él con su mirada perdida—. Ellos te llevarán a dar el final.

Mi ceño se frunce inmediatamente y me doy cuenta de que había estado más tiempo del creído escribiendo el caso que presentaría para el final. Me siento lista, estoy lista para aprobar uno de dos.

Asiento con la cabeza y me pongo de pie con rapidez para dirigirme a mi habitación y guardar las cosas en el bolso; pongo mis zapatos amarillos dentro del bolso para no ensuciar la alfombra y, al bajar las escaleras, me los pongo.

Saludo a mis padres, como de costumbre, y salgo por la puerta principal. Al ver a Alex y a James dentro de la camioneta, no dudo en acercarme y entrar. No sé si estoy lista para lo que vendrá, pero no me acobardare. Tengo que dar ese final y espero darlo bien.

Necesito aprobar y graduarme, de ese modo, lograré independizarme y ser alguien por mí misma.

—¿Lista? —Pregunta Alex.

—Siempre...

Por suerte, el viaje es bastante fácil y rápido. Lo único que no me queda cerca es la mansión en la que vive Javier, bueno, su madre, pero ahora todo está mucho más cerca y puedo leer un libro en el transcurso del viaje a la UBA (Universidad de Buenos Aires).

Observo por la ventanilla al llegar, saludo a los chicos y bajo de la camioneta con una gran sonrisa sobre mis labios.

—¿Después los veo? —Pregunto con facilidad ante la situación.

James niega con la cabeza tan solo una vez. Hago una mueca con mis labios.

—Tranquila y suerte —responde Alex.

Al entrar, no tardo mucho en encontrar el aula. Hay muchos estudiantes, sonrío levemente y me acerco a la mesa de la profesora Beatriz, la cual da la cátedra de relaciones. Firmo la hoja con una pequeña sonrisa sobre mis labios y me siento en mi asiento esperando ser llamada de una vez por todas.

—Katherine London —Oigo mi nombre dicho por la secretaria.

Me pongo de pie y camino con la cabeza gacha al aula virtual donde se llevará acabo la práctica.

Saludo a la profesora Beatriz con una pequeña sonrisa sobre mis labios y tomo asiento frente a ella.

—Tú debes ser Katherine Belén London, ¿verdad? —Pregunta aquella mujer.

Asiento con la cabeza tan solo una vez.

—¿No piensas hablar, Katherine? —Vuelve a hablar.

—No pienso hablar contigo, mis padres me obligaron a venir... —Comento adentrándome en mi personaje.

—¿Tus padres?, ¿sabes por qué estás acá? —Pregunta Beatriz con ambas cejas alzadas.

Niego con la cabeza.

—¿No le preguntaste a tus padres? —Vuelve a preguntar.

—No, ellos simplemente me trajeron. Ellos siempre me dicen que hacer, yo no tengo idea de lo que hice mal... —Susurro bajo, casi inaudible—, yo creo que ellos deberían de estar acá, no yo.

Una pequeña risita se escapa de los labios de la profesora Beatriz, pero vuelve en sí luego de unos segundos.

—¿Eso crees?, ¿por qué lo piensas? —Pregunta llena de curiosidad.

Ella en sus manos posee una libreta, una libreta en donde está escribiendo el caso que me ha tocado. Solo espero que lo que estoy representando esté bien. No puedo fallar y pensar que tengo que hacer todo el año nuevamente.

—Porque siempre están peleando, tratan de que no lo note... Pero no soy estúpida.

—¿Tus padres pelean? —Alza ambas cejas esperando que yo diga algo.

Asiento con la cabeza.

—No paran de pelear, los escucho hablar...

—¿De qué hablan? —Pregunta llena de incertidumbre.

—No lo sé. —Pienso en la conversación mantenida por mis padres—. Mi papá me quiere decir una verdad y mi mamá no lo quiere, por ese motivo, discuten.

El sonido de la alarma se oye. Ese sonido da a entender que el final llegó a su fin.

Salimos con la profesora Beatriz y me siento en mi asiento de todos los días esperando el resultado. La profesora se encuentra viendo el video del final con una gran sonrisa sobre sus labios, levanta su mano y me llama. No dudo en llegar a su lado y sonreír.

—Katherine, muy buen trabajo. Dentro de seis días, ven y tendremos el final —dice ella con su delicadeza de siempre—. En este final de familia tienes un siete, trata de que en el final de relaciones puedas sacarte otro siete y, de ese modo, podrás promocionar —Suelta una pequeña risita de sus labios—. Lo siento, los finales no se promocionan... Pero te haré una pequeña promoción.

Sonrío ampliamente al oír aquellas palabras. Había aprobado con un siete aquel final. Espero que en el siguiente me vaya mejor.

La profesora me entrega la lista de las personas que deben rendir el próximo final y no pierdo el tiempo, simplemente me busco a mí misma y firmo. Le entrego nuevamente la lista y comienzo a caminar por el pasillo de la universidad para llamar a mis padres y darle la noticia de mi final aprobado.

—Kath, ¿cómo te fue? —Preguntan a unísono mis padres.

—Bien, me saqué un siete.

—Muy bien, nos vemos luego cuando llegues a la casa. Vamos a festejar la gran noticia.

—Sí, por supuesto —respondo con una gigantesca sonrisa sobre mis labios.

La llamada termina rápidamente.

Comienzo a caminar a la salida con una pequeñasonrisa sobre mis labios. Siento una mano sobre mi hombro y giro, como decostumbre, para visualizar de quién se trata.

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora