CAPÍTULO 94

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No entiendo nada; es como si el alcohol me hubiera dejado inconsciente. No tomé tanto como para que me afecte a esta proporción. No puedo comprender lo que ocurre, estoy parada. Me siento en un bucle temporal de la realidad.

Me siento perdida: el tiempo se detiene.

Mi ceño se frunce inmediatamente al ver a mi mejor amigo en el suelo siendo golpeado, ni más ni menos, por Javier. Él se encuentra a horcajadas de Alex sin dejar de pegarle. Con cada golpe que le da sobre el rostro, mi corazón se detiene.

No le deja de pegar, no se detiene más y lo terminará matando a golpes.

Niego con la cabeza sin poder comprender lo que está haciendo ahí, llevo mi mano al hombro de Javier para quitarlo, pero no funciona.

Javier está decidido en estropearle la cara a Alex, no importa lo que yo haga para que él se detenga, no va a funcionar. Él sabe lo que quiere, por ahora, destruir a mi mejor amigo. Le importa poco lo que le pueda pasar a Alex, solo piensa en hacer lo que él quiere.

Alex le encaja alguna que otra piña, pero no se lo puede quitar de encima. No sé lo que pueda hacer para ayudarlos, siento que cualquier cosa que haga es inútil y no funciona.

—¡Ya basta, Javier! —Exclamo con todas mis fuerzas.

Javier no se detiene, le sigue pegando y pegando. Ni siquiera se detiene a escuchar mi voz, solo continúa pegándole a Alex. Se está desquitando con una buena persona, no es justo.

Mi amigo no hizo nada para merecer todas esas bofetadas.

Nos estábamos divirtiendo hasta que todo esto comenzó. La violencia y yo no vamos de la mano. Javier lo sabe, pero a él le fascina arreglar los problemas a las trompadas.

A lo lejos, saliendo del baño de hombres, puedo ver a James; él no duda en acercarse para terminar toda esta porquería y separar con rapidez a Javier.

Lo toma por los hombros y lo sienta en una de las sillas. Hay mucho público, pero no importa, ya que todas se van corriendo. El joven mesero está hablando con la policía por lo sucedido hace unos minutos atrás; me hubiera gustado que cerrara su boca, pero ya es demasiado tarde.

Ahora las cosas van a terminar muy mal para todos, pero no quiero estar en ese conjunto.

Mis ojos se comienzan a cristalizar inmediatamente y me acerco para ayudar a Alex a ponerse de pie, no puedo evitar negar con la cabeza al ver el hermoso rostro de mi amigo lleno de sangre e hinchado por todos los golpes recibidos. Repleto de sangre, no puedo sentir su dolor, pero sé que le duele.

Javier empuja a James y se acerca a mí observando fijamente mis ojos. No quiero verlo, lo empujo con suavidad y comienzo a caminar junto a Alex. James toca mi hombro y lo miro a los ojos, sé que Alex no va a poder conducir de esta manera así que James es él que nos llevará a casa.

—¿Podrías conducir? —Le pregunto con una pequeña sonrisa que demuestra que estoy bien, pero es mentira.

Me siento horrible. No puedo ni siquiera creer lo que está ocurriendo.

—Por supuesto, no bebí nada. Solo vine a ver a Javier ahogarse en alcohol.

No me sorprende lo que él me está contando, pero me duele.

Javier siempre arregla los problemas peleando o bebiendo, ahora veo que puede ser un combo.

Me gustaría que él pueda hablar y expresar sus opiniones, que se pueda abrir a mí, o a alguien, pero no sucede. Aunque quiera comprenderlo, no puedo hacerlo.

Mi corazón se sorprende de lo que él puede hacer, la manera en que puede romperse tan fácil.

Recién ahora me doy cuenta de que no puedo estar con alguien así, un Javier que me quiere (sé que lo hace), pero sus celos y el dolor que hay en su alma son más fuertes que el amor.

Él no va a cambiar y yo sé que no puedo aceptar que me rompan más el corazón, ya no puedo sentir el dolor que me causa ser parte de esto. Tengo miedo de salir herida una vez más. Ya me harta tener que decir no por miedo.

—Vamos... Quiero salir de aquí... —Comento limpiando mis lágrimas con la yema de mis dedos—. Por favor, vayámonos. No puedo seguir aquí...

Respiro hondo y los miro, primero a James y luego a Alex.

Se me destroza el alma verlo tan golpeado.

—¡Katy! —La voz de Javier se hace presente y mí mundo se cae en mil pedazos.

No quiero escuchar nada, pero tengo curiosidad.

Como dice el refrán, la curiosidad mató...

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora