CAPÍTULO 75

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Me he quedado estúpida ante las palabras de Elena. No esperaba escuchar nada de eso, es más, me dolió su franqueza, pero fue la única que me habló con la verdad y me hizo dar cuenta de que lo que siento por Javier es un juego sucio del que yo no tenía idea. No puedo creer que me dejé llevar por un juego tan tonto como verdad o reto.

Me pongo de pie y comienzo a verme en el espejo. Me doy cuenta de que todos tienen razón con lo que me dicen, yo siempre seré la santa y eso nunca va a cambiar. Llegué tan tarde a la vida que ahora solo me usan como una distracción y un pasatiempo.

Pensé que lo que tenía con Javier era verdadero, pero veo que no. Él se ha tomado muy enserio el tema del reto, tanto así que me invitó a la boda de su madre y me ayudó en momentos que nunca me imaginé pasar. Sin embargo, todo era un juego para él y el amor que yo siento ahora nadie lo querrá.

Estoy perdida y no voy a poder hacer mucho en esta vida. Siento que todo está mal y que solo hago las cosas mal. Ya no tengo nada por lo que luchar. Pensé que podía seguir adelante con todo y la frente en alto, pero ese golpe que me ha dado Elena dolió y mucho más de lo que ella se piensa.

No puedo creer que ahora esté en el baño de la universidad mirándome los pies y tratando de dejar de llorar. Nunca me había pasado algo semejante, no sé qué hacer con el dolor que siento. Puedo sentir como mi cuerpo choca contra una pared de realidad pura. Es doloroso y mi madre tenía razón una vez más.

¿Quién diría que la vida sería así?

Cuando era niña pensaba que todo iba a ser diferente, pero jamás imaginé que sería tan dolorosa como lo es ahora. Ya no sé qué hacer o qué pensar para evitar al menos unos segundos el dolor que siento correr por todo mi cuerpo.

No debí caer. Menos mal que no acepté quedarme con Javier esta noche, sino él me hubiera quitado la virginidad y eso sería vergonzoso. A parte de enamorarme y hacer que su nombre quedará grabado en mi cerebro y en mi corazón, él llegó a cosas que... ¡Deja de pensar en él, Katherine!

Tengo que abrir los ojos y pensar en el final, creer que puedo aprobar y que la vida va a cambiar rápido. Eso es lo que necesito, quizás la profesora tiene contactos y después de graduarme puedo ir a trabajar con ella. Ahora estoy perdida y no quiero ponerme a vaciar mi mente y llenarla de otras cosas.

Me pongo de pie y veo llegar a una chica que nunca vi en mi vida. Se acerca y me mira a los ojos.

—¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? —Me pregunta preocupada.

Niego con la cabeza tan solo una vez.

—No. Estoy bien —respondo limpiando mis ojos—. Es solo que...

La chica asiente.

—Estás embarazada, ¿verdad? —Hace una mueca con sus labios—. No te preocupes, tengo una amiga que sabe dónde se hacen los abortos.

Me quedo pensando si me veo gorda con el atuendo que tengo puesto, pero me siento cómoda y se me ve bien.

—Mmm... No, en realidad, no estoy embarazada. Es diferente la situación.

Ella se me queda viendo y luego se lava las manos. Se pinta los ojos y luego le da un repaso a sus labios.

—¿Qué situación?

—Pensé que la persona que me gusta también gustaba de mí. —Sonrío amplia—. Pero resulta que solo fui una apuesta.

Ella hace una mueca con sus labios.

—Dios, linda, ¿estás bien? —Cuestiona.

Suelto una risita divertida ante la pregunta y luego niego con la cabeza.

—No —digo con sinceridad—. Pero... Debo seguir adelante.

Ella asiente tan solo una vez.

—Siempre hay que seguir adelante, pero tienes que pensar en el dolor que te ha hecho ese desgraciado —me dice con seguridad en sus palabras—. Sé que duele, bueno, nunca me pasó algo así, pero... Debo suponer que debe ser muy doloroso.

Asiento.

—Lo es. Es muy doloroso, pero tenemos que seguir, como tú dijiste —le recuerdo.

Ella asiente y me mira a los ojos.

—Maquíllate un poco, tal vez, de ese modo, no te veas tan... —Truena sus dedos—. Rota.

Tomo su pintalabios y me lo pongo en los labios. Los repaso con lentitud y luego me pongo un poco de rubor.

—Listo. Muchas gracias por todo. Fue bonito hablar contigo —confieso—. Hablar con personas desconocidas, siempre ayuda.

—Claro —anuncia—. Casi siempre tengo ese coso con la gente. Es divertido, tengo tantos secretos que no sé cómo seguir con mi vida —me dice ella.

Me sorprende lo que sale de sus labios, pero no le puedo decir nada sobre eso. No es parte de mí.

—¿Quieres contarme algo? Digo, sé que son secretos, pero hablar con desconocidos siempre funciona —le recuerdo.

Ella asiente más de una vez.

—Bueno, resulta que hay un tipo que me contó que enamoró a su hermana, pero él no tenía idea de eso, solo su amigo —ella niega con la cabeza—. Ese tipo jamás le dijo a su amigo que estuvo con su hermana. ¿Lo puedes creer? Me dio un asco saber eso.

Me quedo completamente estupefacta ante la situación. No puedo creer lo que me está pasando.

—¡Dios! —Grito con todas mis fuerzas al escuchar esa historia—. ¡Qué asco! No puedo creer. ¿Tienes tanta porquería guardada?

Ella asiente con la cabeza más de una vez.

—Así es. —Asiente—. Tantas historias que no tienes idea. Soy como el concesionario. Siempre estoy ahí para todos.

No sé qué decirle. Es mucho para ser verdad. Nome gustaría ser esa mujer. Sin embargo, haber cambiado el tema y todo eso, mehace sentir mejor. Ahora no puedo parar de pensar en la historia de amor deesos dos hermanos.

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora