Ya es hora, tengo que dar ese final sin importar si estoy mi corazón está roto y mi mente usada de la peor manera.
Me pongo de pie con cuidado y me acerco al lavado nuevamente para lavar mi rostro lleno de lágrimas; el agua fría se mezcla junto con mis lágrimas creando una sustancia invisible sobre mi rostro.
Me seco con una toalla de papel y la lanzo a la basura. Dejo salir de mis labios un pequeño gritito de frustración y niego saliendo por la puerta del baño de mujeres.
Camino con la cabeza en alto para demostrar que nada de lo sucedido me ha afectado, pero por dentro soy una pequeña completamente asustada en busca de su familia para sentirse protegida a su lado.
Estoy perdida. Siento que no puedo seguir con esto. Sé que el momento de hablar con esa mujer me ayudó y mucho, pero ahora me duele el corazón que lo tengo en los pies. Ya no puedo hacer nada para pensar en algo específico.
Entro al salón de clases, ya tengo mi caso memorizado y gracias a la locura de los mafiosos y demás puedo decir que me siento lista para aprobar aquel último final.
Tomo asiento en una de las sillas y observo fijamente mis pies en la espera de mi llamada, necesito aprobar y también dejar de pensar en toda esta locura de la muerte y lo que eso conlleva.
Llevo ambas manos a mi cabello y lo acomodo con cuidado para hacer una colita alta en este, cuando termino, oigo el llamado y abro los ojos soltando un exabrupto suspiro de mis labios.
Me pongo de pie y camino al aula en la que se llevará a cabo aquel final. Hay pocas personas sentadas y al parecer alguien llevará un vídeo de investigación, ya que el proyectil se encuentra junto con un par de láminas y demás que lograran una mejor nota en la calidad del proyecto.
Quizás mi final no contiene estas cosas, pero sé que voy a lograr aprobar. Me siento lista para salir de aquí con mi final aprobado.
Me siento más que segura.
—Hola... —Mi ceño se frunce inmediatamente al oír aquella voz, es la de Paul.
Alzo ambas cejas con una pequeña sonrisa sobre mis labios, hace mucho tiempo no lo veía y el simple hecho de tenerlo aquí en un momento como este es muy importante para mí.
Debo confesar que, no me hubiera imaginado esto hace dos meses, no hubiera imaginado que Paul estaría aquí mirando la situación y estando a mi lado después de todo lo que habíamos pensado hace tan poco tiempo.
Hago una mueca con mis labios al notar que nada sale de mis labios.
—Hola, Paul. —Bajo la mirada a mis pies—. ¿Qué haces aquí?
Él se ve muy nervioso, los nervios están a flor de piel y no es muy difícil de notar y mucho menos cuando la persona está tan cerca de ti.
—Vine para decirte que dejé a Laby, la dejé y pienso que podríamos estar juntos por siempre... —Susurra él tomando mi rostro entre sus grandes manos.
Niego con la cabeza haciendo que me suelte, lo observo fijamente a los ojos.
—No, yo... Yo estoy enamorada de Javier y tú sé que amas a Laby. Todo lo que me dijeron, solo fue una estupidez —digo sabiendo que es la verdad, una pequeña verdad dolorosa.
Él niega con la cabeza.
—¿Quién dice que estoy enamorado de ella? —Pregunta alzando ambas cejas.
—¡Aléjate! —Exclamo al notar la cercanía de aquel hombre alto y fuerte frente a mí—.Ya te he dicho que te alejes de mí, Paul —comento retrocediendo lentamente, aunque con cada paso que doy hacia atrás, él se acerca mucho más a mí.
—¿Por qué? —Pregunta mirándome fijamente a los ojos.
Sus fuertes manos sujetan las mías con delicadeza.
No me gusta absolutamente nada la situación, y todo lo que está sucediendo simplemente me deja completamente estupefacta.
—Antes no me querías lejos, ¿qué fue lo que cambió, Katy?
Katy... Pienso.
Así es justamente como me llama Javier.
Mis ojos se cristalizan inmediatamente al oír su voz, ya no deseo oír su acento. Ya no lo quiero oír a él.
Todo lo que está sucediendo simplemente me parece una verdadera locura, no hay manera de que todo esto es real.
Evidentemente, estoy soñando o me estoy volviendo completamente loca por todo lo sucedido en estos días locos.
—¿Por qué ya no me quieres? Íbamos a tener una vida, ¿qué fue lo cambió? —Pregunta él esperando una respuesta concreta salir de mis labios.
No tengo una respuesta concreta para él, simplemente niego con la cabeza.
La respuesta que le puedo brindar es mucho más complicada que la existencia del mismísimo Dios. Ni siquiera yo sé con claridad lo que sucede, tengo mucho que asimilar y mucho más que descubrir.
Una persona me dijo que yo debo descubrir lo que sucede, yo sola y eso haré. Sé que puedo descubrir lo que sucede y no me voy a detener hasta hacerlo.
—Debo irme, no puedo llegar tarde, Paul —comento tratando de deshacerme de aquel joven frente a mí.
Me duele alejarme nuevamente, pero tengo que hacerlo.
Trato de alejarme para que me suelte, pero simplemente se acerca aún más a mí.
Él no quiere que me aleje, pero tengo que hacerlo para seguir adelante con mi vida o... ¿muerte?
—Katy... —Susurra con suma delicadeza en su tono de voz—. No me dejes ir.
Niego con la cabeza y llevo mi mano hacia mi corazón.
—Siempre estarás ahí, yo siempre te amaré, pero... Me dolió lo que me hiciste.
Él niega con la cabeza soltando con fuerza mis manos.
—Adiós...
Lo observo fijamente a los ojos, esos hermosos ojos que él posee: celestes, azulados con un bello tono verdoso que se esconde detrás de su memoria.
Cierro mis ojos para no verlo irse, aquello siempre me duele.
—Katherine Belén London. —Se oye la voz de la secretaria diciendo mi nombre.
Abro mis ojos con rapidez.
¿Qué acaba de suceder? ¿Eso fue una despedida trágica?
ESTÁS LEYENDO
1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomanceKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...