CAPÍTULO 30

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Luego de una hora estudiando todo el contenido de Baker, me doy cuenta de que estoy muerta de hambre y me siento sucia. Quiero descansar y darme un tiempo para mí misma.

—James, ya no lo soporto más. —Me lanzo a la cama y lo miro—. Quiero comer y descansar un rato.

Él asiente con la cabeza tan solo una vez y se pone de pie para caminar hacia la puerta. La abre y cuando estoy lista para irme, me abraza con cuidado y me suelta. Me alejo y comienzo a caminar a mi cuarto.

El día después de un baño y comer, termina rápidamente. Ya no deseo estudiar, así que solo me recuesto y me quedo completamente dormida. Pero no me salvo ni en mis sueños de escuchar la voz de Paul. Al día siguiente, abro los ojos y noto que la puerta del cuarto se abre. Una sombra entra y, por cómo camina, me doy cuenta de que se trata de Paul. No dice nada y solo se dispone a agarrar un de las cosas que le quedaba en el cuarto, se detiene cuando me ve despierta y me regala una pequeña sonrisa ladina. Solo se me queda mirando, así que imito su acción, pero con los brazos cruzados y sentada sobre mi cama.

—Katherine, yo... —No lo dejo continuar con sus palabras. No tengo ganas de escuchar lo que me tiene que decir.

—¿Por qué tienes que abrir la boca? ¿No te das cuenta de que ya no quiero verte cerca de mí? Estoy harta. —Me pongo de pie y lo miro fijamente a los ojos—. ¡Tu amiga y tú están locos! ¡Me hicieron quedar como una ridícula frente a mis padres!

Él se acerca a mí, trata de calmarme, pero es estúpido. No tengo ganas, entonces, lo comienzo a empujar fuera del cuarto hasta que lo logro. Paul toma mis hombros con fuerza y me obliga a detenerme.

—¡Ya basta! —Me grita en la cara.

—Quiero que desaparezcas de mi vida. ¡Qué te vayas!

Lo veo irse rápido. Me quedo mirando el modo en que desaparece de mi vista y regreso a la cama, me lanzo y me abrazo a la almohada con firmeza. Quiero soñar y poder olvidar todo lo que ha pasado, pero es completamente estúpido e imposible. El dolor que siento no se va a poder ir con facilidad.

Levanto la mirada para ver la hora, ya es de noche, ni siquiera tengo ganas de ir a la fiesta, pero James me está hartando para que vaya con él. En uno de mis momentos más débiles, acepto una vez más.

—Pero esta vez, no quiero que me detengan —advierto con una sonrisa dibujada sobre mis labios—. No quiero que Javier me saque las botellas de la boca como la última vez.

—Hablando de eso, tú y Javier se llevan muy bien, ¿verdad? —pregunta él.

Me encojo de hombros por un instante, me quedo pensando en eso mientras me subo a la camioneta de James. Él se pone a tararear un poco la canción de Dua Lipa y lo sigo cantando en voz baja.

—No me respondiste, ¿te llevas bien con él?

Asiento con la cabeza.

—Bueno, tenemos nuestros momentos... —respondo con sinceridad.

Cuando el semáforo está en rojo, James me mira sin comprender y sé que espera una respuesta concreta a mis palabras.

—¿Cómo así? No te entiendo, ¿tienen sus momentos?

Suelto una risita divertida ante aquella pregunta y luego asiento.

—Sí. Hay momentos que nos llevamos bien, pero hay otros donde... Dios, es tan mala gente. No puedo descifrar a Javier —digo con el ceño fruncido.

Él vuelve a manejar, pero antes me mira a los ojos.

—Pero quieres descifrarlo. Es evidente.

Me encojo de hombros ante aquella respuesta. Es verdad y no pienso ocultar. Javier, sin duda, es un sujeto extraño y quiero saber lo que se oculta en él. Quiero saber sus secretos más oscuros, pero tiene una gran coraza que no me deja tirar. Después de unos cinco minutos, llegamos a la mansión. Observo el establo y sé que ese es uno de los lugares favoritos de Javier, pero que no pude ir cuando él me invitó. Tal vez, tendría que haber ido con él antes de que la fiesta comience, pero no lo hice.

Con James nos ponemos a bailar felices, también cantamos un poco de Dua Lipa y hacemos una de las coreografías. Los estudiantes nos miran, pero me da igual. Hay algunos que se unen a nosotros y nos ponemos a platicar con todos. Luego, llega Ellie con dos botellas de vodka y aceptamos, más tarde, Leonardo nos trae un par de cerveceras y no dudo en beber. Javier al vernos se acerca a paso rápido, me saca el vaso de alcohol y me fulmina con la mirada sin poder creer en lo que me he convertido. Le dedico una enorme sonrisa y le palmeo la mejilla con diversión.

—Pero... ¿Qué demonios te ocurrió, Katy? —Pregunta él y luego mira a James con asco—. Ustedes dos son un verdadero desastre.

Me acerco a la boca de Javier y lo huelo, pero me doy cuenta de que no hay olor a bebida, solo a menta. Lo empujo con brusquedad y tomo la mano de James para seguir bailando con un ser que está igual de en pedo que yo.

—¡Katherine!

Veo como se acerca y trata de llamar mi atención de todas las maneras posibles. No entiendo lo que quiere. Pero cuando siento que todo me da vueltas, me caigo en sus brazos.

—Aquí estoy... —Le acaricio la mejilla con una de mis manos y le dedico una dulce sonrisa—. Creo que otra vez... Otra vez estoy ebria.

Siento como me carga con cuidado y cierro losojos apoyando mi cabeza sobre su pecho. Huelo su colonia y me aferro a él comosi me estuviera muriendo y él fuera mi última salvación. No siento más nada,¿qué es lo que está pasando?

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora