Mi curiosidad me está matando, pero debo ser fuerte y seguir. No puedo seguir de este modo, tengo que ser fuerte y sabia. Debo encontrarme y lograr todo lo que deseo.
Ya no deseo estar perdida en esta vida, necesito hacer las cosas bien. No puedo seguir como antes, ahora es cuando debo mirar hacia adelante y seguir mi camino.
Sé que el dolor perdurará en mi interior, pero valdrá la pena seguir luchando. Tengo que luchar para no pensar en todo lo que está en mi mente.
Quiero volver atrás y empezar a darme cuenta de todos los errores que luego cometería. Sé que si cambiara el pasado, las cosas del fututo se alterarían. No quiero perder mis recuerdos dolorosos, ya que eso es parte de mí, ahora solo queda seguir luchando.
Niego con la cabeza y sigo caminando a la salida, con cada paso que doy, pequeñas lágrimas se resbalan con lentitud hacia mis mejillas; tengo que ser fuerte para no caer en la tentación: Javier es mi única tentación en esta vida.
Javier es todo lo que está mal en mi vida, sé que si lo dejo podré seguir adelante y vivir una realidad que necesito.
Siento unas manos sostener mi cadera empujándome hacia adentro. Ruedo los ojos y giro para ver los ojos rojos de Javier. Trato de hacer que me suelte, no soporto la situación.
No quiero verlo, no quiero oírlo. Quiero salir de acá con la frente en alto y dejar atrás todo lo sucedido, pero él no me deja.
—¿Por qué?, ¿qué fue lo que te hice? —Pregunto mirándolo fijamente a los ojos.
Quiero una respuesta concreta, ya he caído.
—Hiciste mucho, Katy —me responde con seguridad en su tono de voz.
Niego con la cabeza sintiendo como mis ojos se llenan de lágrimas al oír sus palabras.
Yo no le hice nada, no entiendo de lo que me está hablando.
—No hice nada, ¡no te hice nada!
Le soy lo más sincera posible.
—¡No me grites!
Bajo la mirada al oír su grito.
—No hice nada...
Repito con desilusión.
—Demasiado, pero no eres capaz de reconocer el mal que me hiciste.
Niego empujándolo.
—No quiero oírte... —Estiro mi brazo para abrir la puerta.
Algo dentro de mí me obliga a detenerme y esperar un segundo.
Veo que estoy rodeada de gente que se ha burlado de mí sin importarle lo mucho que yo he intentado encajar, y sé que no puedo confiar en ninguno de ellos.
En eso Paul y Laby abren la puerta. Todos están aquí.
—Anoche te perdiste la mejor fiesta del mundo —dice Ellie. Alza la jarra y se termina la cerveza.
—¿Sí? —Sonrío.
Todo esto se ha vuelto extraño.
En ese instante decido que me importa un hongo si Javier se enoja conmigo: no pienso mentir.
—¿Podrían irse? Estoy tratando de descubrir la mentira más enorme de mi vida. ¿Me podrían hacer ese maldito favor? —Trato de limpiarme los ojos.
Laby frunce el ceño y toma el brazo de Paul. Me dedica una sonrisa, pero Ellie se queda.
—Bueno, bueno, bueno... —exclama Elena golpeando la mesa con sus uñas negras—. Pero qué noticia tan interesante —dice mirando fijamente a Javier.
Ellos parecen comprenderse más que yo.
—Cállate, Elena —le advierte Javier. Juraría que a él le está entrando el pánico.
Ella enarca una ceja y luego hace una mueca con sus labios.
—¿No te parece que lo estás llevando demasiado lejos? —añade ella.
—Elena, te juro por Dios que si no cierras el pico... ¡Esto no es de tu incumbencia
—¿Qué es lo que está llevando demasiado lejos? —inquiero. Tengo que preguntarlo.
Javier se me queda viendo a los ojos y se acerca para guiarme fuera del bar, pero me quedo quieta y ahora no deseo salir de aquí.
—Vámonos. Yo te contaré todo —me responde él.
—No quiero. ¿Qué es lo que está llevando demasiado lejos? ¡Dímelo! —grito.
Elena me mira a los ojos y niega.
—Vamos, ya te lo había dicho y seguiste con él igual. Te importó una mierda que Javier solo te estuviera usando para un estúpido final.
La miro y nuevas lágrimas se desprenden de mis ojos.
—No estoy metida en sus juegos.
Ella suelta una carcajada.
Javier me agarra del brazo e intenta tirar de mí, pero me suelto y me planto delante de Ellie.
—No te hagas la tonta conmigo. Sé que lo sabes. ¿Qué ha hecho? ¿Te ha dado la mitad de la nota? —pregunta.
Javier me agarra de la mano. Tiene los dedos fríos como el hielo.
—Mi bella Katy...
Observo los ojos de Javier y noto que Elena pasa por detrás a divertirse con su hermana.
Bajo la mirada y niego con la cabeza.
—¿Por qué yo? —Decido preguntarle solo a él—. ¿Por qué le pegaste a Alex?
—Lo besaste, y yo que te... —No termina su propia oración.
Siento dolor, mucho dolor, ya que él nunca termina con sus palabras. Javier siempre encuentra el modo de callar y nunca responder con claridad.
«¿Él me qué?», pienso con dolor.
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1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomanceKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...