CAPÍTULO 6

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No tardo mucho en quedarme dormida hasta que escucho la voz de Paul, se lanza a su cama y emite un quejido sonoro. Supongo que le duele algo, así que me siento en el colchón y prendo la luz de mi mesita de luz; él suelta un grito ahogado ante el dolor que le produce la luz, sé que está ebrio, eso se nota con facilidad.

Ruedo los ojos y me acerco a él para ver si está bien o si necesita algo, pero él se hace una bolita y se cubre con su frazada. No me dice nada y, luego de unos segundos, lo escucho roncar. Sin dudarlo, me recuesto en mi cama y trato de volverme a dormir, pero ahora me cuesta más de lo que me habría imaginado.

El día siguiente transcurre muy rápido. Cuando James y yo entramos en clase de Literatura del profesor Baker, Paul ya está en su sitio y se ve en perfectas condiciones. Me siento sorprendida, ya que él estaba destrozado ayer en la noche y ahora está perfecto. Sin embargo, yo no me siento nada bien con todo lo que está sucediendo.

—¿Estás preparada para nuestra cita de esta noche? —me pregunta, y me quedo con la boca abierta. Y James también.

No sé qué me da más vergüenza: que Paul hable así del tema o cómo afectará esto a la opinión que James tiene de mí. El primer día en nuestra misión de ser amigos ya no está yendo muy bien.

—No es una cita —le digo, y después me vuelvo hacia James, pongo los ojos en blanco y, con aire despreocupado, le explico—: Vamos a salir como amigos de Paul.

—Viene a ser lo mismo —responde Paul con seriedad.

Lo evito durante el resto de la clase, lo cual me resulta fácil porque no vuelve a intentar hablar conmigo después de eso. Al terminar con las elipsis, mientras James empieza a guardar sus cosas en la mochila, mira a Paul y me dice en voz baja:

—Ten cuidado esta noche.

—Solo estoy tratando de conocer a los amigos de mi prometido, pero él cada día se está comportando mal. No lo entiendo, ¿sabes? Ayer llegó completamente ebrio a la habitación y me sentí estafada —le explico con la esperanza de que Paul no me escuche—. Mientras que yo estaba estudiando sobre la elipsis, él se estaba embriagando con sus amigos.

—Quizás no vale la pena que tengas a sus amigos de amigos, Kath —me responde él con una dulce sonrisa sobre sus labios.

—¿No tienes nada mejor que hacer que estar aquí hablando con mi prometida? —ladra Paul por detrás de mí—. Anda, lárgate, James.

James frunce el ceño y me mira con seriedad.

—Tú recuerda lo que te he dicho.

Entonces se va y me quedo preocupada, preguntándome hasta qué punto se habrá disgustado conmigo. Puedo imaginar que no le gusta que me lleve con los amigos de Paul, pero no los conozco y no tengo idea de lo que podría suceder cuando lo haga.

—Oye, no hace falta que seas cruel con él... Es muy buena persona y es mi amigo, Paul, entiéndelo —le digo a mi prometido.

Él abre unos ojos como platos.

—¿Qué acabas de decir? —ruge.

—Bueno, que James es mi amigo... ¿Adónde vamos a ir? —le pregunto, y él me fulmina con la mirada.

—No vamos a ir a ningún sitio, esto ha sido una mala idea —me suelta de repente, y gira sobre sus talones y se marcha.

Yo me quedo allí durante un minuto, esperando a ver si Paul cambia de idea y vuelve.

«Pero ¿qué demonios le pasa?» Es bipolar, estoy segura.

—Ven, vamos a cenar algo, ¿te parece? —pregunta preocupado por mí.

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora