Salgo por la puerta del salón soltando de mis labios un fuerte y sonoro suspiro devastador; observo el suelo cuando mis pensamientos son atrofiados por un nombre que oigo casi por instinto; el sonido viene acompañado con un acento particular que reconozco con facilidad.
No tengo ganas de hablar con él. Menos después de toda la mierda que causó en mí, ya no puedo ni verlo a los ojos. No tengo ganas de nada con él, así que no me detengo y sigo mi camino.
Niego con la cabeza tan solo una vez y continúo caminando por el pasillo, el saber que Javier me había usado simplemente por un final; me duele más de lo que puedo imaginar. Jamás me imaginé que una persona pudiera hacer tal cosa para lograr algo, nunca se me hubiera ocurrido algo tan bajo como lo que se le ocurrió a él.
Nunca pensé que mi vida se volvería una pequeña bola de porquería que cada día va creciendo y creciendo aún más. Ya no puedo seguir con esto, es tan feo que siento que me duele lugares del cuerpo que nunca en mi vida dolieron.
—Katherine... —Murmura Laby con una pequeña sonrisa sobre sus labios.
No puede ser posible. Ahora no tengo ganas de ser la chica buena y santa que todos me ven.
—Pobrecita, déjala —comenta Elena respondiéndole a su propia hermana—. No merece nada. Lo que le está pasando es justamente lo único que merece —dice Ellie mirándome fijamente a los ojos, sus manos acomodan su bello vestido negro.
Después de todo lo que ella me confesó, todavía sigue odiándome por completo. Juro que había pensado que todo eso había quedado atrás, pero veo que no es así. Ellie y Laby son iguales y jamás se sabe con lo que ellas van a salir.
—Ya basta, no tengo que oír sus porquerías —digo mirando a Elena acercarse a mí.
—Ay, cariño... —Hace una pequeña pausa inspeccionando mi rostro—, eres más estúpida de lo que me imaginaba en el comienzo.
Ambas soltaron una pequeña risita divertida de sus labios.
No le encuentro la diversión a burlarse de una persona que está sufriendo. No le encuentro sentido alguno. Bueno, solo más dolor y si es eso, lo están logrando a la perfección.
—No soy ninguna estúpida. Esa eres tú. —Señalo a Elena con mi dedo índice—. Me dices toda la verdad en un maldito baño y ahora te ocultas con palabras estúpidas y llenándome de dolor. ¿Por qué haces estás cosas? Yo jamás te he hecho algo para que me trates como lo estás haciendo.
Ellie suelta una nueva risita peculiar de sus labios y se acerca para darme una bofetada, pero antes de que su mano llegue a mi mejilla, la paro tomándole la muñeca con fuerza.
—A mí, no me pegas, ¿escuchaste? —Alzo ambas cejas y la empujo con brusquedad.
Ella se me queda mirando y Laby alza una de sus cejas perfectas.
—Bueno, comienzas a agradarme un poquito —sale de los labios de Laby.
No puedo creer lo que me está diciendo. ¿Le agrado solo por haberle hecho frente a su hermana? ¿Qué clase de persona es esta?
—A mí no me agradas nada de los nadas —comenta Elena yéndose de ahí.
Niego con la cabeza siguiendo mi camino, necesito salir de aquí para contarle a Alex que aprobé y obviamente también a mis padres que seguro están demasiado preocupados por mi situación.
Ya no quiero seguir pensando en el dolor que estas personas me causan, todavía no puedo saber lo que pasó o la razón.
En mi bolsillo trasero se encuentra la verdad o lo que fuera, porque ahora ya no sé qué es verdad y qué no lo es.
—Katy... —Oigo la voz de Javier.
Cierro mis ojos con fuerza, necesito valor para continuar con mi vida.
No quiero que él me vea de este modo, me gustaría que no se dé cuenta de la destrucción que me causa internamente en este momento.
—Katherine... —Nuevamente, su voz.
Ruedo los ojos y giro para verlo a los ojos, ya no me importa que me vea llorar, con todo el maquillaje corrido, y siendo una mujer de verdad.
Me acerco con rapidez a él y lo empujo con ambas manos sobre su pecho, oigo el sonido de su espalda chocar contra la pared y, para ser sincera, ya no me importa lo que le pase.
—Katy...
Si le duele mejor, que así sea... Jamás sentirá el dolor que yo siento dentro de mí.
—¡Déjame! —Exclamo lo más fuerte posible para que todos me oigan y vean lo ridículo que es este hombre, este tipo que arruinó mi vida—. ¡Aléjate de mí! No quiero volver a verte a la cara, nunca más...
—Katherine, necesito explicarte todo...
—Pues, yo no tengo ganas de que me expliques nada. Ya es suficiente, ¿no crees?
Javier no me responde y mi mundo se da vueltas. Quiero escucharlo decir todo y al mismo tiempo sé que lo que me dirá me va a destrozar por dentro. No quiero sentir más ese pesar.
Suelto un suspiro sonoro y continúo caminando. Ya no pienso volver a verlo, no quiero que él me cautive nuevamente. Porque sé que si le doy un tiempo, eso es lo que me hará.
Javier tiene las herramientas y sabe utilizarlas, por eso no puedo darle una oportunidad.
Sé que me dolerá no volver a verlo, pero no importa es un pequeño sacrificio que tengo que hacer para dejarlo atrás. Necesito olvidarlo y olvidar el dolor que me causa.
Desde el primer día, empezaron los problemas y sé que hasta que él no se vaya de mi vida los problemas continuaran.
Es una carga que lleva él y nos obliga a llevar.
Levanto mis manos en el aire y comienzo nuevamente a caminar con rapidez, tengo la necesidad de girar y verlo, pero no lo haré... No le daré el gusto de la preocupación.
Tengo que empezar a vivir mi vida.
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1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomanceKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...