Poseo una gran sonrisa dibujada sobre mis labios. Aquella sonrisa dice: ya es hora de levantarse y seguir adelante con los preparativos pendientes.
Claro que eso haré, no hay más que hacer en el día de hoy.
No hay manera de que mi día no se realice como lo espero.
Los rayos del sol llegan a mis pupilas, queman y ya no puedo observar por aquel incómodo dolor o mejor dicho ardor que me produce. Me abrazo al pecho de Paul, de ese modo, no veo el sol y puedo estar un rato más a su lado, y la comodidad del día seguiría. Él se mueve soltando de sus labios un leve gruñido elemental junto con una pequeña risita, sus manos subieron por mi piel hasta llegar a mis brazos donde ahí quedaron.
Suelto un pequeño suspiro de mis labios.
—Arriba... —Murmura él con su tono de voz ronco de tanto dormir. Aquel sonido era bello a mi oído, no puedo negar que su voz es mágica al oírla.
Esta vez no quiero ponerme de pie.
Estoy bien ahí, quizás puedo dormir un poco más de tiempo.
Lo suelto y me estiro un poco, supongo que eso es lo que necesito para comenzar con el nuevo día. Una pequeña sonrisa se dibuja sobre mis labios y decido tomar asiento sobre la cama.
Logro sentir la mano cálida de Paul sobre mi muslo, tomo su mano para colocarla sobre el abdomen de él. Sabe que no me gusta que me toquen, no entiendo por qué sigue intentándolo.
Me pongo de pie luego de un par de segundos de descanso.
—No tienes por qué levantarte tan temprano, aún hay mucho tiempo para hacer muchas cosas... —Un pequeño bostezo se escapa de los labios de Paul y se acomoda para tomar asiento sobre el colchón. Sus bellos ojos me observan, lo sé, lo siento—. ¿No crees? —Vuelvo a oír su voz.
Niego con la sensualidad de un gato ante su pregunta.
Mi vestido es cálido y de un bello color rosado pálido. No puedo usar cualquier tipo de color, mi piel es demasiado blanca y mi madre siempre dijo que tengo que tener cuidado con los colores que utilice. Aquello será algo que nunca podré olvidar, las palabras de mi madre siempre serán importantes en mi vida, así como ella lo es y será.
Oigo un pequeño bufido de parte de Paul.
Una pequeña risita frustrada sale de mis labios y no dudo en acercarme. Lo abrazo por detrás y dejo un pequeño beso sobre su cuello, al lugar que nosotros con cariño apodamos el mundo de los besos.
No imagino poder crear otro mundo en toda mi vida, solo he creado el mundo de los besos y a decir verdad fue una experiencia única y adorable que jamás olvidaré en toda mi vida.
—¿Cómo comenzaremos el día? —Pregunta él con su ceño fruncido.
Se puso con rapidez su remera y una camisa a cuadros azules. No tarda demasiado en estar listo. Siempre es demasiado rápido con lo que quiere, pierde el tiempo, pero siempre logra estar listo cuando es el momento.
—Iremos al centro comercial, desayunamos juntos por ahí. Luego de compras y a preparar el árbol de Navidad, Paul —Susurro acomodando un poco mi cabello con ambas manos.
Me observo al espejo, siempre veo lo mismo; una persona muy delgada, pálida como un pequeño pedazo de papel y el cabello lacio desordenado. Mis ojos marrones claros con un pequeño toque de la luz que ilumina dejando líneas naranjas, las pestañas largas y cejas perfectas. No me gusta mucho observarm...
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1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomantikKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...