CAPÍTULO 78

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Mi corazón se sale del pecho cayendo al suelo y rompiéndose en millones de pedazos, como si se tratara de un corazón de cristal, así es como siento a mi pobre interior. Ya no puedo seguir con esto y este dolor que cada día me consume más.

¿Por qué tuve que enamorarme de dos hombres que me trataron como la nada misma y que solo me usaron para su beneficio? ¿Qué es lo que tengo yo que me hace ser la perfecta carnada para todos?

Maldigo el momento en que el amor llegó a mi vida.

—Sí. —Asiente con la cabeza tan solo dos veces—. El vídeo, las láminas y todo el vocabulario... Los efectos especiales y las maravillas entre ambos mundos fueron perfectos. No pude creer lo de la fiesta en su casa. La verdad es que nunca vi algo tan especial como lo que han hecho todos ustedes.

Alzo ambas cejas negando con la cabeza, la miro fijamente a los ojos con el ceño fruncido y tratando de tragar mi dolor en lo más profundo de mi alma. Es imposible tragar tanto dolor como el que estoy acumulando hace varios días. Debo seguir adelante y no perder la fe.

No puedo creer lo que estoy escuchando.

—¿Tiene una copia de todo? —Le pregunto esperando que me diga que sí.

Ella asiente tendiéndome un pequeño pendrive. Lo tomo y lo guardo en mi bolsillo trasero. Ahora tengo pistas y cosas para destrozar la verdad. Sé que esto tiene todas las respuestas que estoy buscando. Javier siempre supo la verdad y nunca me la dijo.

—Muchas gracias, mañana vendré a dárselo.

Trato de tragarme mi dolor. Las lágrimas amenazan con salir, pero hago lo posible para mantenerme fuerte. Si supiera qué decir para hacerle tanto daño como él me ha hecho a mí, lo diría. Y se lo repetiría mil veces para que supiera lo que se siente cuando te toman el pelo de esa manera y luego te hacen pedacitos.

—No tienes que traerlo, tengo otros.

—No, no importa...

Aquella fiesta en la noche, las fotos, el viñedo... Ahora todo me cierra a la perfección, solo fue una tontería de Javier. Una tontería de la cual ahora no quiero saber, simplemente veré ese maldito video y es ahí que lograré comprender cómo una persona de mi edad; no entiendo las tonteras que otro ser puede llegar hacer por un simple final.

¿Qué más pudo haber hecho?, ¿todo era una mentira?

Quizás Javier me mintió, pero yo no.

Cada cosa que él hizo repercutió en todo mi ser, ya no soy aquella niña indefensa. Ahora estoy harta del dolor que la gente me está causando y sé que se los voy a devolver una por una. Ya no hay más Katy, esa chica murió y la que ha tomado su lugar está más que decidida en acabar con el sufrimiento suyo y empezar a causarlo.

La venganza se acerca y no pienso que me sigan rompiendo el corazón, ya no me importa nada, ahora voy a jugar yo mi juego y con mis propias reglas. Hasta llegué, no pienso tolerar el maltrato hacia mí persona jamás.

Jamás voy a volver a ser la tonta de Katy, ya fue. Estoy más que harta de actuar como una pobre niña que no sabe nada de la vida. Mi momento es hoy y pienso brillar como nunca antes lo había hecho. Siento que todo esto vale la pena y no voy a desperdiciar mi tiempo.

De ahora en más voy a hacer lo que me plazca, ya no me voy a poner a pensar tanto en las consecuencias. Ya no soy una niña y es así como voy a vivir mi vida de ahora en más. Si no te gusta, te puedes ir a la mierda.

Beatriz me observa preocupada por la situación y lleva una de sus manos a mi hombro, solo para brindarme una ola de paz, pero no la siento.

—¿Te sientes bien, Katherine? —Alza ambas cejas—. Antes de que te vayas, quiero hablar sobre el trabajo que piensas realizar en la policía.

La miro a los ojos y luego asiento.

—Claro. Sí, es lo que haré. Lo he decidido y pienso que es lo mejor que me puede suceder.

—¿No quieres empezar con algo más tranqui?

Niego con la cabeza.

—La verdad es que no. Mi vida está llena de obstáculos y esta vez quiero aceptar este empleo. —Hago una mueca con mis labios y la miro fijo—. Quiero aventurarme en una nueva vida y siento que esto será complicado, pero valdrá la pena.

—Bien, espero que después no hagas algo que esté mal.

Mi ceño se frunce cuando escucho lo que sale de sus labios y luego niego.

—Jamás sabré si lo que hago está mal, pero lo haré de todos modos.

—Katherine, no creo que estés bien, ¿qué te ocurre?

Me encojo de hombros y luego niego.

—Tienes razón. No estoy bien, pero me abrieron los ojos y pienso aprovecharlo.

Ella se sienta en su lugar y me hace una seña para que haga lo mismo. No dudo en hacerlo y le dedico una dulce sonrisa ladina.

—¿A qué te refieres con que te abrieron los ojos, Katherine?

Alzo ambas cejas y luego solo bajo una.

—Que me golpeé con la pared de la vida y que ahora solo queda seguir.

—Katherine, solo tú puedes abrir los ojos. Nadie te puede obligar, ¿lo entiendes?

Asiento con la cabeza y me pongo de pie.

—Mañana le traigo esto.

—Ya te he dicho que no es necesario, no te preocupes.

Cuando estoy por salir del aula, me detengo y la miro con seriedad.

—Es una buena profesora, no deje que las críticas la hundan.

Ella me dedica una sonrisa y asiente.

—Las críticas solo me ayudan a ser más fuerte. Tendría que tomar tu consejo, Katherine.

—Debería. Tiene mucha razón —digo—. Adiós.

Ella me saluda con cordialidad.

Me siento bien por un instante, pero todo vuelvea mí. 

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora