Deseo una nueva vida para poder dejar atrás toda la porquería que viví desde que me mudé a la residencia de la universidad. No puedo creer todos los conflictos que tuve que pasar; primero, Paul se quería acercar a mí, pero no lo dejaba hasta que empecé el segundo cuatrimestre del primer año; después, apareció Laby en el último año y toda mi historia comenzó a cambiar; más tarde, Javier se adueñó de mi mente de un modo que solo él supo hacer. Y ahora, ahora ya no sé qué creer de la vida.
Tengo que confesar que esto nunca estuvo en mis planes de la vida, nunca imaginé que iba a terminar enamorándome de un hombre que llegó en el peor día de mi vida. Javier se incrustó en mi vida y me resulta complicado sacarlo de ahí. Él siempre está cuando lo necesito, pero ahora no está y es en lo único que pienso y deseo a mi lado. Sé que está mal pensar así y que tendría que estar con la cabeza en otro lado, pero no puedo quitarlo. He intentado más de una vez, pero sigue apareciendo y quedándose más y más tiempo.
Me quedo completamente dormida en el asiento trasero del vehículo de mi padre. Siento como unas manos me cargan y sonrío abriendo los ojos con cuidado. En mi rostro se dibuja una gran sonrisa cuando veo a la persona que me carga. Es mi padre y a su lado está mi mamá con una pequeña sonrisa sobre sus labios. Ambos caminan hasta la puerta de mi habitación y mi padre se adentra para recostarme sobre la cama, me deja un beso sobre la frente y sale de la habitación, imitando aquella acción con mi madre. La cual al recibir aquel beso de los labios de mi padre simplemente le dedica una pequeña sonrisa ladeada y le palmea el hombro con cuidado, se acerca y le deja un beso sobre su mejilla.
Luego de eso, cierro mis ojos por unos segundos sintiendo la puerta de mi habitación siendo cerrada. Me acomodo abrazando mi almohada y suelto un pequeño suspiro bajo de mis labios. Siento que la situación de mis padres está cambiando a medida que pasan los años, pero lo que no entiendo es la razón por la que siguen juntos, ¿no se pueden divorciar y vivir la vida de una vez? Quiero que ambos sean felices, pero juntos no funciona.
Observo la hora en el reloj de mi habitación y sonrío sabiendo que aún podía llegar a dar el final, tengo que hacer el último esfuerzo y lo voy a lograr. Tengo que hacer las cosas bien para lograr una buena situación. Deseo aprobar todo y comenzar a trabajar en la unidad de policía, pero tratando de ayudarlos con la situación vinculada a sus cerebros. Dudo mucho poder hacer otra cosa, ya que no me imagino como una mujer policía por las calles.
Estoy segura de que lo voy a hacer el final sin importar nada. No tengo tiempo para pensar en otras cosas, no quiero pensar, pero... en mi mente hay solo una cosa, una persona y es Javier. Él todo el tiempo está allí, no lo quiero en mi mente, pero no lo puedo sacar.
Me siento sobre la cama y busco mi teléfono con desesperación, al encontrarlo en el bolso que mi madre hizo para el hospital, sonrío ampliamente y lo tomo, busco en mis contactos a James, pero cuelgo.
Niego con la cabeza y visualizo el contacto de Alex, lo marco sin duda alguna y en un dos por tres él me responde con facilidad.
Necesito un amigo, una persona para hablar de lo que me está pasando.
—Alex... —Susurro poniéndome de pie para comenzar a armar mi bolso.
—Kath, ¿qué sucede?, ¿cómo estás? —Pregunta y luego hace otra pregunta más—: ¿Te dieron el alta?
—Sí, estoy perfectamente bien —le respondo con una pequeña sonrisa sobre mis labios, con una mano en el bolso y con la otra sostengo el teléfono—. ¿Podrías hacerme un pequeño favor? No es mucho, pero te necesito, amigo.
Alex suelta un pequeño bufido de sus labios. No parece muy feliz por la situación, pero no puedo hacer mucho por lo que él está pasando. Sé que debe estar haciendo algo importante, aunque en este preciso momento, solo quiero ir a dar el final.
—Por supuesto, pero después hacemos una maratón de Supernatural.
Suelto una pequeña risita divertida de mis labios ante aquellas palabras que se desprendieron de los labios de Alex, no espero más o menos de ese hombre. Él siempre sabe qué decir, en el momento correcto. No puedo negarme a ver una de mis novelas favoritas. Quiero verla con Alex todo el tiempo que necesitemos.
—Muy bien, trato hecho —comento con una pequeña sonrisa sobre mis labios—. Ven, por mí, lo más pronto posible; tengo que dar el final.
Un grito de asombro sale de los labios de Alex.
—Ya voy para allá.
La llamada termina y me dirijo con rapidez a mi armario para ponerme un short negro y una camisa blanca que, combina a la perfección con mis zapatillas negras, con la marca reconocida en color blanco.
Me acerco al baño para lavar mis dientes y rostro; me pongo un poco de maquillaje, pero no mucho y camino hacia la ventana de la habitación con una gran sonrisa sobre mis labios.
Mi sonrisa se amplía al ver llegar a Alex a la casa; tomo mi bolso y salgo de la habitación caminando con rapidez escaleras abajo donde se encuentra mi madre con el ceño fruncido ante la situación, con su dedo índice señala mis zapatillas y le sonrío levemente.
—Disculpa, ma. —Le di un beso y la miro directamente a los ojos—. Iré a dar el final, Alex me lleva y trae. No te preocupes.
La cara de mi madre es algo que no esperaba ver con vida, ella parece estar orgullosa de mí.
—Mucha suerte, hija. —Sonríe ampliamente.
—Después te paso las noticias, pero creo que me irá bien. Estudié todo y sé cómo hacer las cosas a la perfección.
—¡Claro, cariño! —Exclama mi madre al verme.
Oigo el claxon de la camioneta de Alex y sé que se me está haciendo tarde, así que saludo con cuidado a mi madre y después corro en dirección a Alex.
¿Podré aprobar el final?
Siento que esta noche va a ser muy interesante.
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1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomansaKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...