No puedo evitar pensar en las tonterías que hicimos cuando éramos pequeños, creo que nunca podré olvidar cada una de esas travesuras y las canciones que inventamos en los recreos de la escuela.
La vez que me peleé con una chica porque ella deseaba casarse con Alex, pero él me quería a mí. Eran buenos tiempos, y nosotros éramos inocentes. Sin embargo, eso terminó más rápido de lo que puedo decir.
Siempre que estuve a su lado la pase bien. Alex es y será mi mejor amigo.
Jamás nos hemos separado por mucho tiempo, excepto cuando fui a la universidad. En ese tiempo, me separé de muchas personas.
No puedo creer todo lo que hemos hecho cuando éramos unos pequeños revoltosos llenos de vida, sin problemas y sin obligaciones.
Esos momentos llenos de felicidad siempre quedarán dentro de mi corazón, alma y mente. Sé que no podré olvidar nunca esos buenos momentos llenos de vida y felicidad.
Tengo muchos recuerdos con él. Tantos que ya no sé por dónde comenzar a contarlos. No obstante, todo eso por un tiempo se acabó, pero ahora las cosas están cambiando y puedo volver a estar a su lado.
Bebo el último trago de mi cerveza y levanto mi mano en la espera de que el mesero se acerque a pedir nuevamente mi orden, aún no sé qué es lo que quiero beber.
Me gustaría algo que me pegue rápido, necesito no pensar en nada y olvidar todos los malos momentos que pase junto con Javier y sus tontos amigos.
Necesito embriagarme y poder pensar en algo nuevo. Sé que no va a poder ser así, sé que no voy a poder olvidar a Javier. Todo lo que él me hizo me destrozó, pero... ¿Por qué tengo que poner un 'pero'?
El mesero no tarda demasiado y llega limpiando sus manos en una rejilla húmeda. Sus ojos se posan sobre los míos y aquella sonrisa llena de luz vuelve a surgir de las cenizas como un ave fénix.
Ahí está él, pidiendo la orden, y yo sin tener la menor idea de lo que puedo pedir.
—¿Me llamarás? —Alza ambas cejas acariciando una de mis manos—. ¿O todo esto va a quedar en el olvido?
Me separo lentamente de él y luego asiento.
—Sí. Bueno, no lo sé, creo que es buena idea. Hace mucho tiempo no salgo y creo que voy a poder llamarte pronto —le respondo con tranquilidad.
—¿No sales? —Cuestiona lleno de intriga.
Asiento.
—En realidad, sí, pero no salía porque estaba cursando mi último año de psicología.
Su mirada cambia drásticamente ante mis palabras. Es como si no le hubiera gustado la idea de que soy una psicóloga.
—Mmm... Quizás debes pensar en eso.
Hago una mueca con mis labios.
—No te gusta que sea psicóloga, ¿verdad?
Él niega con la cabeza.
—No. Vas a estar analizando constantemente lo que haga. Creo que lo mejor es que no me llames jamás.
Abro los ojos como nunca antes y luego asiento.
—Bien —respondo.
—¿Qué deseas beber?
A lo lejos, oigo a un hombre pedirle a otra camarera un whisky escocés, por lo que una pequeña sonrisa ladina se dibuja sobre mis labios y asiento.
—Un whisky escocés.
Alex al oír mi pedido alza ambas cejas y niega con la cabeza sin poder creer lo que estoy pidiendo.
Yo también estoy muy sorprendida por mis actos, no puedo negar eso.
Lo miro a los ojos y asiento con la cabeza segura de mi decisión. Quiero beber un whisky escocés y eso será lo que tomaré esta noche.
Me estoy divirtiendo mucho la noche de hoy, y espero que la diversión no termine el día nunca. Con él me divierto. Alex es como una caja pandora, lleno de vida y diversión, nunca se sabe lo que aparecerá en el siguiente nivel.
Me gustaría que la diversión no termine más, pero sé que eso es algo imposible. En algún momento, lamentablemente, terminará y yo volveré a mi vida aburrida.
¿Por qué tengo que ser un ser humano tan aburrido como el que soy?
Estoy harta de aburrirme de mí misma. Tengo que hacer algo para que eso cambie de una vez por todas.
Tengo varias razones para intentar cambiar todo lo que he hecho anteriormente, pero me da un poco de miedo dar ese paso tan grande.
¿Por qué estoy tan asustada a abrirme camino en esta vida?
Necesito salir corriendo y esperar que todo comience conmigo. Siento que debo prepararme para lo que va a comenzar.
Eso es lo que tengo que hacer. Tengo que empezar algo nuevo, quizás algún deporte o algo significativo para mí.
¿Una nueva carrera?
¿Un trabajo interesante?
No lo sé. Tengo que pensar en muchas cosas y averiguar qué es lo que realmente quiero para mi vida.
Definitivamente, tengo que poner otro nombre en mi cabeza. Tengo que olvidarme de Javier, ya que no puedo poner otro nombre en mi cerebro.
—¡Wi! —Grito con diversión.
Así es. Todo está dando frutos, tengo que pensar en otras cosas y esto está funcionando perfectamente.
—¿Te diviertes, linda? —Cuestiona.
Asiento con la cabeza más de una vez.
—No tienes idea. Esto es estupendo. Hay momentos en los que pienso que me duele el corazón, pero en otros... —Hago una mueca.
Él asiente con la cabeza.
—Lo sé, pero piensa en los buenos momentos.
—Claro, eso hago. Bueno, eso intento.
Le doy un beso sobre la mejilla a Alex y puedo sentir como alguien lo lanza hacia atrás con demasiada fuerza.
No entiendo nada de lo que está pasando. Es como si el tiempo se hubiera detenido.
Respiro profundo y alzo ambas cejas.
Me agarro de dónde puedo, para no caer al suelo. Mi ceño se frunce como nunca antes y niego repetidas veces con la cabeza.
No entiendo lo que está pasando.
«¿Qué es lo que está ocurriendo ahora? Todo estaba bien, no quiero que arruinen la noche, pero ya es demasiado tarde», pienso.
—¡Ya basta! —Grito con todas mis fuerzas.
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1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomanceKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...