CAPÍTULO 92

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Con cada paso que doy hacia el escenario, mi corazón se desprende de mi cuerpo. Ya no sé lo que me está sucediendo.

¿Quién es esta persona en la que me he convertido? No tengo una explicación, pero me gusta más de lo que me podría imaginar.

La mirada de las personas se encuentran sobre nosotros, eso me da un poco de pánico. Quizás no es la mejor idea que tuve en la noche, podríamos hacer esto después en su casa.

Él tiene su propio karaoke y también podemos buscarlo en YouTube, no soy muy buena y si hay tantas personas que nos están viendo y oyendo creo que lo mejor sería salir corriendo de aquí.

Trago saliva sonoramente al ver que el mesero se apoya en la barra para poder visualizar mucho mejor la situación que se está dibujando frente a sus ojos, creo que no debería de estar haciendo estás cosas.

Mi mirada se posa sobre los ojos azules de Alex y niego con la cabeza. Él toma mi mano y me obliga a subir junto a él, me entrega uno de los micrófonos y le sonrío.

Supongo que no puedo hacer más el ridículo, después de todo, esto es un karaoke no necesariamente debo saber cantar y moverme. Solo debo divertirme y sé que lo haré junto a él.

Asiento con la cabeza tan solo una vez y espero que la música comience, me doy cuenta de que no conozco la melodía y nunca había oído esa canción en mi vida y si la escuché no lo recuerdo.

—Solo inventa algo... —Me pide con nervios en su tono de voz.

Me pongo a pensar.

¡Ya lo sé!

—¡Palmas, amigos! —Le pido al público con una gran sonrisa sobre mis labios.

Las personas que nos prestan atención comenzaron a aplaudir. Miro de reojo a Alex, él había comenzado a cantar hace unos segundos atrás, lo pellizco y me mira a los ojos.

—¿Recuerdas la canción? —Le pregunto, y él asiente con la cabeza.

La melodía sigue llenando el ambiente y estamos perdiendo al público, así que llega la hora de la acción. Perdóneme gente linda...

Esto se va a descontrolar.

Tengo que ser fuerte y aceptar que nos van a matar. No creo ser una muy buena cantante, pero creo que vale la pena intentarlo.

—Mmm... Mmm... Mmmm... —Murmuro a unísono con Alex.

No me maten. Necesito salir corriendo de aquí.

—Tú y yo... Nos vamos al cielo —Dice saltando directo al estribillo.

Ruedo los ojos por un instante y me pongo a alisar mi vestido un poco incómoda. Observo al público y me quedo muda. No sé qué decir.

—Porque tú y yo, somos muy buenos. —Camino a la cortina que cubre el escenario y comienzo a jugar.

Me pongo a mover mi cadera, voy de un lado al otro, meneo a lo Shakira. Me siento tan bien que imagino que soy ella.

—Perdón por mis tonterías, perdón por ser yo.

Hago un grito de solo, algo bastante agudo para ser honesta. Tengo la voz bastante aguada y lo odio.

—Yo no te culpo, si eres el mejor. —Me acerco a él y lo abrazo.

Alex corresponde mi abrazo con cariño, me siento bien a su lado y la gente no tiene idea de lo que está ocurriendo entre nosotros.

—Yo siento que me deslizo por la nieve del montón, tú ni siquiera me miras, luego de la noche de pasión.

Quiero reír, pero no lo hago.

—¿De qué pasión hablas? Después de la velada me dejas en la cama y tú le huyes al sillón.

Esto es como una telenovela dramática de México. Hasta ahora son las mejores que he visto. No soy de México, pero me gustaría conocer.

—La televisión me da más placer, no dice nada, no se queja de porquerías como vos. —Desliza la consonante con un tono alto.

No puedo creer lo que sale de sus labios. Esto ya me está preocupado más de lo que puedo admitir.

Tengo un poco de miedo por la situación, pero me estoy divirtiendo como nunca. Me siento libre y feliz.

Es como si no necesitará nada, solo a Alex a mi lado para ser feliz.

—No me dice nada... —Canto en coro.

El joven mesero al oír la canción, niega con la cabeza y sube al escenario para detenernos.

—Por favor, bajen... —Dice Stefan.

Asiento bajando las escaleras junto a Alex. Bajo la cabeza mientras camino fuera del escenario.

Tomamos asiento en nuestra mesa y le sonrío negando la cabeza, una gran carcajada sonora se desprende de mis labios ante la situación en la que nos encontramos hace unos segundos atrás.

—Nos sacaron del escenario —comenta Alex con frustración.

No podemos parar de reír.

Todo esto es una verdadera locura, somos unos locos.

—Sí. Creo que no somos muy buenos cantando —confieso.

Él suelta una gran carcajada sonora de sus labios y luego bebe un poco de su trago.

Tomo su mano y luego sonrío ampliamente mirándolo a los ojos.

—Gracias por esta noche hermosa, Alex.

Él niega con la cabeza.

—No, linda, no tienes que agradecer nada.

Sonrío y lo suelto para beber un poco.

—Estoy un poco molesta, pero todo bien.

—¿Por qué? —Alza ambas cejas.

Niego.

—Porque quiero darle una oportunidad a... —Muerdo mi labio inferior—. Quiero escuchar la historia de Javier, pero me da miedo.

Él se me queda mirando y luego asiente.

—Lo entiendo, pero no tienes que preocuparte. Es más, debes escuchar. No importa lo que sucede —respondo con tranquilidad—. No te preocupes, ¿sí?

Alex se ríe un poco y luego sonríe.

—Lo sé. Me va a doler, aunque es parte de la vida, ¿no? —Alzo ambas cejas.

Él asiente.

—Es verdad. El dolor es parte de la vida.

—¿Por qué tiene que ser así?

—No lo sé, pero eso es lo que pasa.

—Tengo miedo de que me rompan una vez más —digo.

Él asiente.

—No pienses que lo harán.

—Ya es demasiado tarde, ahora siempre piensoeso.

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora