CAPÍTULO 13

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Espero ansiosa aquella respuesta. Aunque nada sale de sus labios, me preocupo mucho más de lo que podría haber pensado. No tener las respuestas de lo que yo quería me vuelve completamente loca. Toda mi vida fui así, supongo que nunca podré cambiar eso y a decir verdad me gusta mucho como soy, no lo pienso cambiar aunque me lo pidieran de rodillas.

Qué locura, todo esto me está matando con lentitud. Este sujeto no dice nada al respecto y siento que explotaré en unos pocos segundos.

—Quizás. No lo sabrás hasta que yo quiera que sepas... —Susurra. De igual modo pude oírlo como si estuviera dentro de mi cabeza, se oía muy cerca.

Él se acerca con sutileza a mí, no le importa en lo absoluto pisar el agua fría que se encontraba regada por el suelo. Al notar como se iba acercando niego retrocediendo con cuidado de no hacer un movimiento en falso, no entiendo absolutamente nada de lo que está sucediendo, pero sé que quiero que ese sujeto se fuera de mi casa lo antes posible. Antes de que los invitados se hagan presentes y yo pierda la poca paciencia que Dios me brindó.

Al oír la puerta de entrada giro, ya es demasiado tarde y los invitados se habían presentado.

Demonios...

Observo a Paul llegar con una joven. Bajo la vista y muerdo mi labio inferior al notar que no me había cambiado aún, regreso la mirada al joven y me percato de que ya no está allí.

Mi ceño se frunce inmediatamente y corro con rapidez hacia el baño para vestirme con aquel vestido que se encontraba sobre el cómodo inodoro blanco. Acomodo un poco mi cabello, niego con la cabeza al notar que la idea de conocer a personas nuevas no es lo mío.

Tomo el brillo labial, lo coloco sobre mis labios con cuidado en mi accionar. Sonrío levemente y suelto un pequeño, pero sonoro suspiro de mis labios para ponerme un poco de perfume, quizás de ese modo puedo llenarme de fuerzas para continuar con lo que tengo que hacer el resto de la noche.

El perfume siempre me alegra, quiero creer que me ayudara ahora.

Tomo la toalla y me dispuse a limpiar el baño, oigo como alguien golpea la puerta de este y la abro con una pequeña sonrisa sobre mis labios. Me llamo mucho la atención lo que mis ojos están observando, trato de que aquel asombro no se note demasiado, no quiero incomodar a la joven frente a mí.

La muchacha frente a mis ojos posee una larga cabellera rubia con bucles, hasta ahora eso me parece bastante normal, pero al seguir bajando y observar que el rubio se torna violeta me parece completamente extraño; jamás en mi vida haría tal cosa, me gusta mucho mi cabello castaño.

Los ojos que la joven posee son de un hermoso verde gatuno, uno único, muy parecido a la mismísima esmeralda. Lamentablemente posee un delineador demasiado oscuro para su bello tono de piel, creo que le quedaría mucho mejor uno cálido y fino, ya que sus ojos son bastante grandes y el delineador producía que esos parecieran mucho más grandes de lo que ya son. Sus labios rubí son intensos y mucho más carnosos que los míos, posee un gran piercing en aquellos.

Sonrío levemente, espero que no se haya enojado por la manera en la cual la estoy viendo. No es mi intención que se ofenda o algo por el estilo. Supongo que ya es demasiado tarde para eso.

—Tú debes ser la famosa Kath —murmura con una gran sonrisa sobre aquellos labios.

Sus dientes son realmente blancos, y gracias a su maquillaje parecen mucho más de lo que en verdad deben ser. Parece bastante agradable, me estoy comportando como mi familia quisiera en una circunstancia como esta.

Asiento mirándola fijamente a los ojos.

Demonios... No sirvo para esto.

Hasta en su ceja posee piercings, tienen una extraña forma de corazones.

—Sí. Yo soy Katy —acepto quien soy en ese preciso instante.

Necesito marcar territorio, después de todo, esta es mi casa y ella una invitada.

—Creí que tendrías ojos verdes o algo así, como los pequeños gatitos.

Cuando oigo aquello, alzo ambas cejas y niego con la cabeza tan solo una vez.

No soy un gato.

Que comentario tan estúpido.

—Mis ojos son marrones, no necesariamente debo tener características de un animal doméstico ¿No crees?—Le pregunto con el ceño completamente fruncido.

La joven ya no me está gustando, es más, me está criticando frente a mi cara. No comprendo cómo puede tener el valor de hacer tal cosa, tiene suerte de que yo soy muy pacífica y mucho más con las personas que no conozco.

Al oír mi pregunta, la joven me mira fijamente a los ojos y se encoge de hombros. Hay algo que no le agrada de mí, pero que no se preocupe, tampoco me gusta. Se ve muy... diferente a lo que estoy acostumbrada.

—¿Puedo pasar? —Pregunta señalando el baño.

Me gustaría decirle que no, pero no puedo ser tan mala gente con un ser humano que recién hoy conozco. Bueno, hoy he empezado a conocer personas que no había visto en mi vida, pero me sorprende que James no me haya enviado ningún texto para quedar y estudiar.

Asiento con la cabeza al oír la pregunta.

No puedo negarle ir al baño, mucho menos, luego de su gran y laborioso viaje de los Estados Unidos; debo confesar que dentro de mi cabeza si la hubiera quitado de la casa desde el primer momento. Recuerdo cuando viaje a USA, me había gustado mucho y ahora estoy pensando seriamente en regresar junto a Paul.

Me hago a un lado y dejo que ella pase, ella me sonríe falsamente y se adentra al baño con un movimiento rápido. Yo soy rápida, pero esa mujer parece realmente un gato por su manera de moverse.

Me dirijo hacia el lavadero para poder poner a lavar la ropa sucia.

¿Había ropa sucia? Hasta no ver no lo sabría, fue ahí cuando lo vi.

Siento unas manos sobre mi cintura y sonrío amplia al oler aquella fragancia que Paul posee. Una fragancia típica de él, una que me encanta.

—Ya conociste a Laby.

Asiento con la cabeza.

Me aferra a él, aquella acción me sorprende inmediatamente. Me puse de pie y tomo sus manos con cuidado, las acaricio con delicadeza. Cierro mis ojos al sentir sus labios sobre mi cuello. Ladeo un poco mi cabeza, mi ceño se frunce y lo empujo levemente para seguir haciendo lo que estaba haciendo antes de que él llegara.

—Voy a preparar la cena. —Giro para verlo a los ojos—, ¿qué fue lo que sucedió con tu amigo Javier? —Pregunto todavía con el ceño fruncido.

Él niega con la cabeza.

Se nota a la distancia que no quiere hablar sobre eso, pero él sabe que tarde o temprano deberá hacerlo o yo misma le sacaría aquella información que él se niega a darme.

—Más tarde hablamos de eso...

Observo como sale del lavadero para dirigirse a su habitación. Mejor dicho a nuestra habitación.

Me quedo pensando seriamente en mi James, ya que me está preocupando que no me llame ni mande un mensaje. Él siempre se ocupa de enviar un emoticono, pero esta vez, no envía nada y mi corazón se preocupa.

Agarro mi celular y lo llamo, pero no me responde, así que le envío un corazón negro en la espera de alguna respuesta. No consigo lo que quiero, así que me quedo parada con el celular en la mano, mientras pienso en lo que puede estar haciendo y mi cerebro cree que se quedó dormido estudiando para clase del profesor Reid, ya que mañana tendremos un pequeño examen.

Espero que esta reunión termine pronto, tengo que ponerme a estudiar y prepararme para la lección oral que viene después del examen escrito. Siempre me dan nervios al hablar con la gente.

¿Qué habrá sucedido con Javier que no vinotodavía?, ¿Laby será la única invitada al final?

1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora