—¡El postre! —Grita la mujer desde la cocina. Me sorprende que podamos oírla.
Me separo con rápidamente y me pongo de pie acomodando mi atuendo. Le tiendo la mano y comenzamos a caminar fuera del cuarto. Al llegar a la cocina, la madre de Javier se nos queda mirando con una enorme sonrisa sobre sus labios. Ella parece demasiado feliz por la situación, pero no entiendo lo que está viendo. No sé lo que ella se estará imaginando.
—Se ven tan hermosos juntos —anuncia la mujer casi lloriqueando—. Lo sé, no te gusta que esté llorando, pero me emociona que puedas encontrar el amor, hijo.
Javier me suelta y se acerca a su madre, la abraza con cuidado y le dice algo en el oído, pero ella se aparta y le da un pequeño golpe en la mejilla. Anda a saber lo que le habrá dicho él para que su madre reaccione de esa manera tan peculiar.
Nos sentamos a comer el postre y oigo mi celular sonando, así que me fijo que me quedo en shock cuando noto que es el profesor Reid. Me sorprende que me esté llamando, pero me pongo de pie y comienzo a caminar rumbo a la cocina.
—Katherine, ¿no piensas venir a dar tu final? —Cuestiona lleno de intriga en su tono de voz.
Trago saliva sonoramente al escuchar la pregunta de él.
—Sí, pero la profesora Beatriz cambió los horarios y será mañana.
Él suelta una risita divertida y luego emite un sonido peculiar de sus labios.
—Katherine, el final es hoy.
Mis ojos se comienzan a cristalizar y niego con la cabeza más de una vez. Siento que el corazón cae a mis pies y llamada acaba. Entonces, solo llamo a Alex para que venga por mí de una vez por todas. Necesito salir de aquí de una vez por todas, ya no soporto este sentimiento de culpa y dolor que se está formando en mi cerebro y que rompen cada uno de mis huesos.
—Ven por mí a la casa de Javier... —Sollozo enviándole la dirección por WhatsApp.
Veo a Javier llegar junto a mí, lo miro a los ojos y luego niego.
—Eres un maldito desgraciado.
Él no parece comprender.
—¿Por qué me dices eso, Katy?
—Hoy es el final...
Él niega con la cabeza más de una vez. Toma mi mano, pero la esquivo y salgo corriendo al escuchar la camioneta de Alex. Por suerte, ya está aquí. No quiero hablar con Javier.
—Katherine, acepta que yo no tengo nada que ver con eso —dice aquella voz—. Ven conmigo y vivíamos un amor de fantasía, un amor verdadero, un amor que nos consuma por completo. —Hace una pequeña pausa y luego agrega—: Eso es lo que necesitas: un amor que te consuma.
Mi ceño se frunce inmediatamente al oír aquellas palabras y niego.
—No quiero dejar de dar mi final. No estoy lista, ¡no lo estoy! —Exclamo desde mi interior.
—Lo estás y si no lo aceptas muy pronto, vas a quedar así de perdida por la vida —dice él con suma seguridad.
—¿Así?, ¿así cómo? —Le pregunto al aire—. ¡Javier!
A mi lado aparece él, lo dejo y me subo a la camioneta de Alex.
—Así... —Susurra cerrando los ojos por unos instantes—. Quedarías como yo y no quiero que eso te ocurra. Eres una persona estupenda.
No puedo creerlo.
—¡Javier! —Exclamo completamente preocupada y me acerco.
Al acercarme, simplemente retrocede y comienzo ver como se adentra a su casa.
Abro los ojos como nunca antes y niego con la cabeza, mis ojos se cristalizan y Alex abre la puerta sin comprender lo que está sucediendo. Palmea mi muslo y lo miro a los ojos con una pequeña sonrisa sobre mis labios para hacer que nada sucedió.
—Estoy... me estoy volviendo completamente loca, estoy loca —susurro sin comprender lo que está pasando.
—Puedo llevarte de regreso a tu casa, Katy.
Niego con la cabeza limpiando mis ojos con la yema de mis dedos.
—No, andando.
Él asiente haciéndome caso y el viaje continúa.
El viaje tiene que seguir sin importar nada. No importa si estoy loca, si me enamoré de un demente o lo que sea.
Tengo que resurgir como un ave fénix.
Eso es lo que soy, soy un fénix.
¿Está bien lo que estoy haciendo? ¿Qué es todo lo que está pasando?
—¿Por qué me pasan estas cosas a mí, Alex? —Le pregunto mirándolo a los ojos y luego siento mis ojos cristalizados—. Me duele, ¿qué fue lo que ocurrió en casa de James? Dime que todo esto no era un estúpido plan de todos ustedes.
Alex me mira con el ceño levemente fruncido y luego niega con la cabeza.
—Kath, yo nunca podría hacer algo contra ti. Eres mi mejor amiga, tú me diste la posibilidad de encontrar al amor de mi vida —responde con una enorme sonrisa sobre sus labios—. Está en mi deber cuidar de ti y ayudarte en todo lo que pueda. Por eso, ahora estamos yendo a la universidad.
Suelto un suspiro sonoro ante sus palabras y asiento con la cabeza tan solo una vez.
—Tienes razón. No debería ni haberte dicho eso, Alex. Soy mala amiga, lo lamento mucho —confieso mirando por la ventana—. ¿Qué estaban haciendo?
—No mucho, ya sabes. Jugando verdad o reto con los pibes y luego... —Se queda pensando seriamente—. Bueno, no sé si deba decirte esto, pero... James y yo.
Abro los ojos como nunca y suelto una carcajada sonora. Me tapo las manos la boca y niego tan solo una vez.
—Wow, no esperaba escuchar eso tan pronto, pero... —Muerdo mi labio inferior—. ¿Y cómo estuvo? —Pregunto alzando ambas cejas—. No, sabes... Mejor ni me lo digas. No podré ver a mis amigos de la misma manera.
—Ay, Kath, como si tú y Javier no lo hubieran hecho. Será mejor que no me mientas —comenta con diversión.
Niego con la cabeza.
—Soy virgen, Alex. Así que no, nunca lo hice con nadie —confieso.
—¿Qué?
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1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomanceKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...