Cuando detiene su vehículo, noto a los chicos frente a una roca de la entrada de la casa. Saludo con la mano, ya que aún estoy en el auto de Javier; bajo del auto y me acerco a James, Leonardo y aquel otro chico que nunca dijo su nombre, pero aun así siempre o casi siempre está allí. No comprendo lo que ellos tienen que ver con lo que Javier me tiene que mostrar para saber la verdad que se esconde detrás de los juegos tontos que acabo de jugar con Javier. Lo único que quiero es saber la razón por la que me están ocultando un montón de cosas que tienen que ver conmigo. Ellos no se dan cuenta del dolor que me causa verlos ahí sin siquiera decir algo.
Los jóvenes se miraran y luego a Javier que se encuentra detrás de mí: me abraza por la cintura y no comprendo lo que está sucediendo. Lo dejo agarrarme de ese modo, ya que necesito que me den un poco de amor y él es el único que está dispuesto a dármelo. Javier siempre está en mi vida y no entiendo cómo puedo hacer para que él se dé cuenta de que realmente quiero algo con él. Sé que debería decírselo en la cara, pero no me atrevo por miedo a que se vuelva una relación como la que tenía con Paul. Creo que ahora le tengo un poco de miedo a esas cosas relacionadas con el amor.
La imagen que me están mostrando es imposible de adivinar. No soy muy buena en esos juegos en los que hay que adivinar algo. Uno de ellos, especialmente, Paul me demuestra un documento, pero no sé lo que es. Tengo miedo de agarrarlo y que todo se termine. No estoy lista para dejar los recuerdos de esta vida, siento que no hice nada para ser feliz. Otra vez los recuerdos de mi madre me invaden, ella me dijo que Paul no era un buen chico y que no debería estar con él, pero no hice caso y mírenme ahora; solo espero que se haya equivocado con Javier, siento que él es muy diferente a los demás.
—¿Qué hacen aquí? —Pregunto con una pequeña sonrisa sobre mis labios.
—Ellos vinieron para mostrarte la realidad.
Giro alejándome de Javier para verlos esperando que, me digan de una vez, la realidad que me están dibujando con respecto a Ferrari y a los mafiosos que viven con él. Bueno, no, pero que son sus secuaces. Siento que todo esto es una verdadera locura, no puedo creer que estos chicos se hayan prestado para esto. ¿Acaso seguimos jugando verdad o reto? Yo creo que ese juego le dejamos desde que salimos de la fiesta, pero ellos parecen jugar a cada rato y tengo miedo de que se trate de eso.
Los chicos comienzan a caminar con una pequeña sonrisa sobre sus labios. Se ven felices y más cuando Javier entra a la mansión. Todos se detienen para esperar que el show comience de una vez por todas y cuando digo todos, también me incluyo.
—Bien, quiero ver la realidad.
Comenzamos a caminar con cuidado por la casa hasta que llegamos a una zona que parece ser la oficina del señor Ferrari. Observo todo con asombro, debo confesar que las paredes se ven completamente perfectas y espero cuando tenga mi oficina poseer alguna como estas. Tan hermosas y limpias como estas, quiero creer que así será. No tengo nada que hacer aquí, pero me llevo una grata impresión con las maderas y los artefactos de lujo que el hombre tiene como decoración.
—Espero que estés lista, no me gustaría saber que puedes acabar mal —comenta Javier con hilo de diversión.
No veo lo divertido.
James niega con la cabeza.
Leonardo junto el otro joven suelta una carcajada sonora ante lo que está ocurriendo.
Paul se acerca y toma asiento en la silla del reino, deja el expediente sobre el escritorio y Javier lleva ambas manos hacia mis hombros obligándome a ingresar al lugar por completo.
Alzo ambas cejas sin comprender lo que está sucediendo.
—¿Todo está bien? —Pregunto viendo a los chicos.
Ambos asintieron con la cabeza.
James niega con la cabeza tan solo una vez.
—¿Qué tienes? —Me acerco a James con una pequeña sonrisa sobre mis labios.
El rubio niega nuevamente y se detiene viendo los ojos de Javier.
—No puedo seguir con esto —comenta con el ceño fruncido.
No comprendo nada, ¿no puede seguir con qué?, ¿qué es lo que está sucediendo?
Puedo sentir que hay demasiadas cosas que no sé y que nadie me explica. Después de todo, mi madre tenía razón, hay cosas de la vida que no sé y puede volverse algo tedioso.
Lo único que espero es poder seguir avanzando con todo lo que sucede a lo largo de la vida. Estoy harta de toda la locura que empecé a vivir.
—James, ¿qué pasó? —Pregunto esperando una simple respuesta.
—Lo siento, yo... —El rubio niega con la cabeza tan solo una vez—, ¡yo no puedo seguir con esto!
Luego de decir aquellas palabras, simplemente se marcha dejándome con los demás.
—¡James! —Grito con todas mis fuerzas.
No quiero que él me deje sola con todos estos chicos, bueno, al menos está Javier y sé que él me va a cuidar. Javier nunca dejaría que estos chicos me hagan algo malo, después de todo, él es único que se atrevió a contarme toda la verdad que nadie quiere decirme.
Estoy harta por todo y no puedo hacer mucho para que eso cambie. Los que tienen que cambiar son ellos, ya no pienso hacer nada para que eso suceda. Espero que ellos logren su objetivo y fin.
Me quedo parada esperando que alguien pueda responder lo que está sucediendo. Trato de acercarme a James, pero Javier me detiene tomando mi mano con fuerza.
Yo sigo intacta observando por detrás de mi hombro a James que desaparece entre los árboles altos del jardín trasero. Él es el único que me agrada, no quiero que le pase algo malo, y verlo irse de ese modo, me lastima. Me hubiera gustado que se quedara conmigo al ver lo que está pasando.
¿Qué es lo que le está pasando a James? ¿Qué es lo que me quieren demostrar los chicos?
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1. Jamás: El comienzo (Completo) ✅
RomanceKatherine London, una joven estudiante de la UBA (Universidad de Buenos Aires), donde se encuentra cursando su último año de psicología. Con apenas 21 años de edad, excelentes notas y una vida completa junto a su prometido, al menos eso es lo que el...