⚜️9⚜️

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Durante 23 días Felix y Chan estuvieron en constantes reuniones con ambas reinas en el castillo de los Lee para tratar todos los temas de la boda y la fiesta posterior a esta, el rey Bang regresó a sus tierras mientras que el rey Lee se mantenía ocupado con sus deberes.

Justo ahora estaban terminando de salir de una, por lo que Felix sugirió ir directo a la habitación, estaba agotado, el pelinegro lo siguió, incluso lo cargó porque el flojo de su prometido decía que estaba lo suficientemente cansado como para no caminar, y bueno, Chan jamás le negaría algo a Felix.

En todos esos días el lazo entre ambos chicos se estrechó de tal forma que pareciera que se conocían de toda la vida, o así lo percibían sus madres porque a veces en la hora de la comida Felix decía "no a él no le gusta eso" cuando querían ofrecerle algunas cosas a Chan o viceversa, dejando sorprendidas a ambas mujeres porque esto pasaba en muchas otras ocasiones y rebelaban datos que a veces ni ellas mismas sabían.

Pero claro, al tener un alma gemela el lazo se volvía tan fuerte que incluso se podía trascender a algo psicológico, casi telepático, no es como que pudieran leerse las mentes, pero si algo similar, en las noches incluso soñaban con las memorias del otro si se concentraban lo suficiente.

Cuando Felix estuvo recostado en su cama, Chan se recostó a su lado, abrazándolo con brazos y piernas, apoyándose en su pecho, el rubio sonrió y se acomodó lo mejor que pudo para empezar a acariciar su cabello, la apariencia de Chan siempre era fuerte, ruda e intimidante, pero apenas estaban solos se volvía como un niño grande que quería mucha atención y cariño.

Las apariencias entre ellos ya no eran necesarias, sus almas estaban conectadas por el destino, tenían que ser ellos mismos solo en la intimidad, por fuera tenían que respetar sus "roles".

—¿Qué tienes Channie? —preguntó el rubio mientras acariciaba su cabello con suavidad, peinándolo hacia atrás.

—Nada, solo estaba pensando...

—¿En qué?

—Si todo sale bien, la siguiente semana es nuestra boda.

—Aja...

—¿No estas nervioso?

—Un poquito, pero me voy a casar contigo y no con un extraño, así que no tanto.

Chan sonrió y se estiró un poco para dejar un suave besito en los labios ajenos que fue correspondido de inmediato y con la misma ternura.

—Mañana toman las medidas del traje, asegúrate de comer antes de eso...

—¿Por qué? ¿No se supone que debo evitar verme gordo?

—Felix no juegues, veo muy difícil que puedas engordar, además, esas pruebas duran todo el día, te puedes desmayar.

Felix sonrió sin poder evitarlo, le gustaba mucho que Chan se preocupara así por él, probablemente algún otro pretendiente le habría dicho que solo tomara agua. Dejó un beso en su frente y continúo acariciando su cabello, el pelinegro se acurrucó contra su cuello y suspiró, mañana el día sería bastante duro.

A pesar de eso, Felix no se sentía capaz de descansar, quizás eran los nervios, o quizás era su celo, no sabía, pero se sentía inquieto, en teoría no debía de llegar, no aun, aunque bueno, su ciclo se descontrolo al conocer a Chan pues entró en el apenas se reconocieron, así que ahora no estaba seguro de si su ciclo de celo estaría "reiniciado" o como de costumbre.

Continúo acariciando el cabello de Chan sin saber que más hacer, la inquietud no se iba, incluso estaba sintiendo un poco de calor, respiró profundo el aroma de Chan e intentó calmarse, no... el celo no podía venirle, no ahora, no justo ahora, se estaba sugestionando, el celo no le estaba viniendo, no podía ser...

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