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Hyunjin no supo nada de Chan ni de Felix en días, DÍAS.

Luego de que los del nexo se lo llevaran de ahí para evitar problemas y que él protestara hasta el punto en que lo tuvieron que sedar, despertó en su casa preocupado, asustado e irritado, traicionado incluso ¡Bang era su amigo! ¿y ahora era el alfa de SU omega? ¿Qué clase de puto chiste era ese?

Lo peor de todo es que, como ya se ha dicho, no había sabido nada de él, de hecho, aun no sabía nada, ya había pasado semana y media y el bastardo no se había comunicado con él, y tampoco Felix, incluso si el le llamaba el teléfono mandaba directo a buzón. Ir a verlo no era una opción pues no sabía si lo habían llevado a su casa si quiera, y él hace un par de días le había pedido a una de las sirvientas de Chan que se comunicara con el sí volvía a casa, pero el mayor no había regresado por lo que la mujer le había dicho.

¿Qué mierda? ¿En qué momento todo se había ido al carajo?

¿En que momento había perdido todo?

Su novio y su mejor amigo eran destinados.

Jodidas almas gemelas.

¿Había algo peor que eso?

¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo iba a afrontar esta situación?

Cuestiones y más cuestiones, un montón de dudas y malos sentimientos se apoderaron de él.

No quería odiar a su mejor amigo, tampoco a Felix. Esta situación se dio de una manera tan esporádica que ni tiempo le dio de reaccionar o a pensar en algo

¿Qué iba a hacer ahora?

Esa era su mayor duda.





Mientras tanto Felix y Chan aun estaban en el cuarto de celo, por ahora era el único modo de estar juntos, los guardias del nexo les habían llevado comida y agua todos esos días, no solo porque era su trabajo sino porque sabían quién era Christopher Bang, a ese hombre se le tenía que atender bien.

Felix dormía acurrucado en el pecho del mayor mientras este acariciaba con cuidado su cabello, sus dedos de vez en cuando se desviaban a la marca que había en su cuello, aun fresca y reluciente por la sangre, si bien ya lo había curado, aún estaba muy roja. Después de la mordida ambos se quedaron en una especie de limbo, el lazo espiritual estaba completo y simplemente el agotamiento los hizo dormir.

Y soñaron él uno con él otro o tal vez sus mentes se conectaron porque pudieron estar juntos en sus sueños también, hablaron de un montón de cosas, se compartieron secretos y más que nada se entregaron el uno al otro, en cuerpo y ahora también en mente y alma.

Felix aún estaba muy débil como para regresar a casa a pesar de que el celo había terminado, todo su cuerpo estaría adolorido, en especial su cadera lo que le imposibilitaría un poco caminar. Y mierda que se le apretaba el corazón por el hecho de no poder estar a su lado, apenas salieran de ahí, Felix tendría que ir a su casa y él a la suya, tendrían que tener estúpidas visitas vigiladas y evidentemente el quería privacidad con su omega, no que un montón de idiotas los siguieran en cada cita que tuvieran.

Felix era suyo, no lo compartiría con nadie.

Pero por ahora no podía hacer nada, no se podían quedar a vivir en el nexo y él no podía pasar mucho tiempo en la ciudad omega, Felix tenía rotundamente prohibido pasarse a la ciudad alfa no solo por ser ilegal sino porque corría mucho peligro...

Aunque ahora estaba marcado, a muchos alfas no les importaría, Felix era bonito y por lo tanto deseable.

Si bien ser un omega dominante le ayudaría, no soportaría que alguien se le acercara.

Ya pensaría en algo.

Algo se le tenía que ocurrir sí o sí.

Aunque ahora que ya no tenía la cabeza mareada por el celo de su omega, a su mente llegó que Hyunjin era el novio del chico que ahora tenía su marca, ahora tenía que pensar en como hablar con él y que la amistad no se jodiera. Él no lo eligió, el destino lo había escogido para él, había sido solo una casualidad que fuera el novio de Hyunjin, no era nada personal en contra de él.

Hyunjin tendría que entender...

Esperaba que pudiera entender.

El menor soltó un quejido por lo que Chan dejó de pensar y se enfocó en su chico.

—Buenos días precioso...—acarició su mejilla con suavidad y acomodo su cabello, apartándolo de su rostro para poder verlo—¿Cómo te sientes?

—Hola—dijo suave aun demasiado cansado por literalmente 9 días de sexo desenfrenado con sus respectivas pausas para comer y recuperarse—Estoy bien... creo.

—¿Te duele algo en específico? ¿Sientes algún síntoma de algo? ¿Llamo aun medico?

—Oye, tranquilo, tranquilo—acarició su amplio pecho y dejó un par de besos ahí, Felix por naturaleza era mimoso, aunque solo con las personas en las que confiaba, pero ahora gracias al lazo que tenía con el mayor sentía que lo conocía de toda vida, y se comportaría muy empalagoso con él, más de lo que era.

—¿Qué tienes entonces pequeño ángel?

—Sigo muy cansado, y me duele aun la cadera, mis piernas duelen también, pero fuera de eso estoy bien, no tienes que llamar a nadie, solo quiero estar aquí contigo.

Chan entonces sonrió, tomó el rostro del menor y comenzó a besarlo lento, con suavidad y cariño, no había nada lujurioso en ese beso, no era para comenzar otra ronda de sexo-aunque ganas no le faltaban, Felix era adictivo- simplemente quiera besarlo por ser tan lindo.

Felix suspiró en sus labios cuando terminó el beso y se volvió a esconder en su cuello, no tenía de que preocuparse, al menos no por su familia, el nexo probablemente ya le habían avisado que estaba ahí con su alfa y que no se tenía que preocupar de que su hijo llevara 9 días desaparecido.

—Descansa un poco más, podemos quedarnos otro día entero para que te recuperes si quieres.

Felix solo ronroneó contra su cuello y se apegó más a él, ambos desnudos cubiertos con las cobijas que olían a ellos, sus aromas acoplados y perfectamente equilibrados, estaban dentro de un nido de feromonas que los mantenía cómodos y tranquilos.

—No me quiero ir nunca, quiero que estés conmigo.

Chan sonrió, abrazando de forma protectora a su omega, comenzando a besar su cabeza repetidas veces.

—Yo tampoco quiero separarme de ti.

—¿Qué vamos a hacer entonces?

—Por ahora acoplarnos, podemos tener citas y venir aquí varios días si quieres, encontrare un modo de que podamos estar juntos pequeño no te preocupes.

Felix ya no dijo nada, cerró los ojos y hundió su rostro en el cuello de su alfa.

A su mente empezaron a llegar trágicos pensamientos, si bien, con Hyunjin se pudo acoplar a las citas esporádicas y planeas, con Chan no podría, porque ahora su sistema entero lo reconocía y lo necesitaba todo el tiempo con él, sino su omega sufriría y el no quería sufrir...

Hyunjin...

¡Mierda! ¡Hyunjin!

Una caricia de Chan lo calmó.

—Yo me encargo de eso también tú no te preocupes.

Cierto... ahora que estaban enlazados podían sentir lo que el otro, incluso sus pensamientos volviéndose una comunicación telepática.

Se relajó entonces contra el cuerpo de su alfa.

Él lo solucionaría, si decía que podía solucionarlo le creería.

Siempre.

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