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3 días después fue cuando por fin pudieron hacerse la prueba de los trajes, Felix se sentía un poco cansado y adolorido, pero bueno, era su culpa, Chan había insistido en no hacerlo más de una vez, pero el celo y la necedad le ganaron, se quejó, gruñó y hasta lo mordió si no le cumplía otra ronda más de sexo, Chan no tuvo remedio más que obedecer, cuando el celo se le bajó al tercer día se quería morir de la vergüenza porque siempre se comportaba como un berrinchudo en el celo, a pesar de eso, el pelinegro era un amor y simplemente besó su cabeza diciéndole que todo está bien y que no por eso debía de sentirse mal, demostrándole así que se casaría con el hombre más perfecto del planeta.

La prueba duró casi todo el día por lo que solo podían comer pequeños pastelitos y mucho líquido, tenían que arreglar lo mejor posible los trajes y que no hubiera ningún detalle fuera de lugar pues la boda sería la siguiente semana.

Cuando por fin los dejaron libres fueron a cenar algo, sus madres fueron las que los acompañaron en todo momento, pues aún había temas que tratar

—Las cartas serán enviadas mañana, todos los reinos tienen que estar presentes para este evento—comentó la señora Lee bastante emocionada sin notar que Felix había escupido un poco el vino debido a esa noticia.

—Mamá... —habló el rubio con una muy notable cara de pánico que preocupó a Chan de inmediato.

—¿Dime cielo?

—¿No crees que sería muy raro invitar a mis "ex - pretendientes" a mi boda?

—Ciertamente sería bastante raro e incómodo—apoyó el mayor tomando la mano de Felix por debajo de la mesa.

—Bueno, cielo, no podemos no invitarlos, es tradición.

—Además—intervino la señora Bang—se supone que son gente madura que debe de aceptar su derrota, pero si te preocupa mucho tendremos más seguridad.

—Solo para prevenir.

Felix asintió aun no muy convencido de invitarlos, no quería saber cómo podrían reaccionar, en especial Hwang que siempre fue el que estuvo a la cabeza de todas las pruebas y que se notó bastante más interesado en él que los demás.

Su preocupación se mostró en sus feromonas, además que gracias al lazo Chan se empezó a sentir ansioso, así que se acercó un poquito más al rubio y dejó un beso en su mejilla para llamar su atención, apenas Felix volteó el beso fue a sus labios, lo que inevitablemente lo relajó.

—Todo va a salir bien cariño, no te preocupes demasiado.

Felix solo asintió y se apoyó en su pareja, para él era un poco inevitable preocuparse, si se ponía en el lugar de los otros sin duda se sentiría incomodo y puede que hasta molesto.

La cena concluyó y dejaron a la pareja ir a dormir, Chan se abrazó a Felix como cada noche, apoyándose en su pecho y abrazándolo con brazos y piernas, le gustaba ser mimado; el rubio se acomodó para abrazarlo y empezar a jugar con su cabello; mirando el techo se puso a pensar en todos los posibles escenarios para esa boda, llámenlo paranoico, pero prefería analizar e intentar prevenir a que cualquier cosa pudiera pasar.

—Felix...—la voz adormilada de Chan lo trajo de regreso a la realidad.

—¿Qué pasa?

—Ya duérmete...

El menor hizo un puchero, pero aun así obedeció y cerró los ojos intentando relajarse, el aroma de Chan ayudó a dejarlo rendido pocos minutos después.

Al día siguiente las cartas fueron enviadas con sus mensajeros, por lo general se tardaban desde medio día a día y medio en llegar, y hasta el otro día llegaba la respuesta si es que contestaban proto...

El resto del día Felix prefirió estar en el jardín, se sentía sofocado en su propio cuarto por culpa de los nervios, tenía el presentimiento de que esto de invitar a esos 3 chicos iba a ser algo tan desastroso... tenía miedo de que quisieran interrumpir la boda o se volvieran locos en la ceremonia, le aterraba la idea de que intentaran lastimarlo a él o peor, a Chan.

El pelinegro en cuestión lo encontró luego de haber estado hablando con ambas reinas sobre la seguridad extra debido a los malos presentimientos de Felix, quería que su futuro esposo se sintiera cómodo y si se requería mayor seguridad para ello estaba dispuesto a conseguirla.

Se sentó detrás de él y lo abrazó haciendo que el menor se apoyara en su pecho luego de acomodarse un poco, Chan soltó sus feromonas para intentar relajarlo, aunque sea un poco, Felix respiró profundo para después suspirar lentamente.

—Estas muy tenso...

—Lo siento—escondió su mirada en el cuello del mayor.

—No te disculpes, en cierto punto entiendo porque te preocupas tanto, pero todo saldrá bien Lix... Pedí más seguridad solo para que estuvieras más tranquilo e incluso si de verdad intentan hacer algo, soy capaz de mancharme las manos de sangre solo para evitar que te hagan daño...

—¿De verdad?

—De verdad...—acarició sus brazos con suavidad en un intento de relajarlo.

Felix cerró los ojos y se dejó envolver por el aroma del pelinegro, el abrazo se estrechó un poco más, Chan sonrió y comenzó a mecerse suavemente solo para mantener al rubio tranquilo, dejó un par de besos en la piel que estaba a su alcance haciendo al menor sonreír.

—Te amo Lix...

—También te amo

El ambiente alrededor de los dos se volvió más tranquilo y dulce, encerrados en su burbuja de feromonas y felicidad, todo iba a estar bien, tenía que estarlo.

Contrario a todo ese ambiente de estrés y molestia que se estaba llevando en el castillo de los Hwang, pues luego de unas cuantas horas la invitación por fin llego a las manos de la familia, siendo el señor Hwang el que dio lectura:

Por medio de la presente se les hace la cordial invitación a ustedes reyes, como al príncipe y a su corte, de asistir a la boda real entre el príncipe Lee Felix y Bang Chan en 8 días después de la llegada de esta carta.

También se ofrece una profunda y sincera disculpa por lo sucedido en el torneo, recibirán una compensación por el tiempo y esfuerzo puesto en las pruebas.

Esperando su pronta respuesta y presencia en la ceremonia nos despedimos.

El reino Lee.

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