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Para Chan era demasiado hermoso el abrir los ojos todos los días y ver el bonito y tranquilo rostro de su novio, hace unos días por fin todo en el cuerpo de Felix estaba regulado por lo que no necesitaba la intravenosa.

El castaño se acercó un poquito más y acarició su vientre con cuidado al mismo tiempo que dejaba un par de besos en su rostro, era bastante temprano, por lo que Felix no despertaría por eso, con suerte Felix se despertaba luego de las 12 de la tarde.

Se levantó para prepararse, arropó con cuidado a Felix y él se fue a bañar, tenía una reunión en unas horas y aun tenía que revisar algunas cosas de las sedes de su empresa en las diferentes ciudades dentro de Corea y revisar también los reportes del médico sobre sus hijos y Felix.

Las revisiones del médico con los bebés iban bien, los niños estaban creciendo adecuadamente, ahora con 16 semanas recién cumplidas el vientre de Felix había crecido un poco más gracias a que ahora si podía comer bien y eso lo alegraba y calmaba bastante porque incluso si el a veces se tenía que ir, Felix no colapsaría sabiendo que iba a regresar, además de que ahora estaba rodeado de su aroma todo el tiempo y su omega se sentía a gusto con eso.

Cuándo estuvo listo fue al estudio que tenía en la casa para tener la reunión por medio de una videoconferencia, de ahí tendría que irse a la oficina solo un par de horas y después podría volver, incluso si Felix se levantaba tarde, tampoco quería dejarlo solo en su estado de inconciencia.

Se concentró en trabajar, si seguía pensando en Felix al final no haría nada.

Por otro lado, y luego de bastantes horas el platinado por fin se dignó a abrir los ojos, a veces le costaba mucho tiempo dormir porque por culpa de su vientre no se acomodaba y si no estaba cómodo no podía relajarse lo suficiente para poder dormir, por lo que solo conseguía hacerlo cuando su cerebro colapsaba horas después o después de horas de estarse moviendo Chan lo abrazaba por detrás, haciendo cucharita y relajándolo con su aroma.

Se sentó en la cama con cuidado porque los dolores de espalda también eran un problema horrible, por lo general la gente no sufría a los cuatro meses pues apenas empezaba a crecer, pero el tenía a dos bebés dentro, el doble de espacio y el doble de peso, así que sí, los dolores eran horribles, pero sabía que se tenía que levantar, tenía que caminar, quedarse solo acostado y comiendo -a lo desgraciado porque ahora si podía darse ese lujo- no era sano.

Frotó su vientre con cuidado por debajo de la gran sudadera -una de las muchas- que Chan le prestó para dormir luego de un relajante baño en la noche anterior y sonrió al sentir ese "algo" que sabía que eran sus bebés.

Según el doctor, los bebés se moverían a partir de la semana 18 pero el ya sentía sensaciones raras en la barriga y no eran por la comida, sabía que eran sus bebés, algo se lo decía. Después de todo, según el doctor había una alta probabilidad de que sus hijos también fueran dominantes, sea cual sea la casta a la que pertenecieran.

Salió de la habitación a paso lento por la flojera que aún tenía encima, bajaría por algo de almorzar porque tenía bastante hambre, claro que antes de llegar a la escalera, unos fuertes brazos roderón su cuerpo, acariciando con cuidado su vientre.

—Buenas tardes mi amor—ronroneó su novio directo en su cuello dejando unos cuantos besitos, Felix sonrió sin poder evitarlo.

—Hola Channie.

—¿Vas a almorzar?

—¿Me acompañas?

—Si, ya terminé de trabajar.

Ambos bajaron tranquilos, Chan procurando a Felix en todo momento, se sentaron a la mesa y esperaron, todos en la cocina ya tenían la dieta que el doctor había recomendado para Felix por lo que los desayunos, almuerzos, comidas, meriendas y cenas ya estaban prácticamente listas, no había necesidad de pensar en "¿qué vamos a comer?" porque en la cocina ya lo estaban preparando.

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