EXTRA 1 Congratulations

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Felix estaba terminando de escribir su último ensayo.

Por fin después de 4 tortuosos años estaba terminando su carrera en administración de empresas-curiosidades de la vida porque esa carrera era útil teniendo en cuenta que Chan lo quería meter al negocio-.

Cerró la computadora y soltó un suspiro apoyándose en la cabecera de la cama, tal vez ahora podría tomar un descanso.

—PAPÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Obviamente no.

Felix se levantó rápidamente corriendo al cuarto de sus bebés -que ahora en vez de cunas tenía camitas individuales-con el corazón latiéndole de preocupación.

—¿¡Qué pasó!?

Los mellizos -ahora de 3 años- estaban sentados en la alfombra con un montón de juguetes regados, pero justo ahora tenían un montón de hojas y crayolas, ambos pequeños tenían los ojos llorosos, la crayola color azul estaba rota.

—Se rompió...—dijo HyunSoo con un puchero, hipando por las lágrimas igual que su hermana.

—Oh mis bebés—se sentó con ellos en el piso, ambos niños gatearon hasta poder sentarse en su regazo y poder abrazarlo, Felix los envolvió y dejó besitos en sus cabezas—No pasa nada, son crayolas, si bien tienen que cuidar sus cosas la cera es frágil—no era la primera vez que una crayola se rompía, pero si la primera por la que lloraban.

—P-pero era la azul...—sollozó el menor.

—¿Y qué tiene que sea azul? —preguntó confundido.

—Tus ojos son de ese color...—respondió su hija con un puchero—y está rota...

—Ay mis amores—los abrazó un poquito más fuerte y los llenó de besos, muriéndose de ternura, sus hijos eran demasiado tiernos.

Si bien si tenían características suyas, salía perdiendo, pues ambos tenían el cabello castaño y rizado como Chan, así como esos adorables hoyuelos y labios gorditos, si, tenían la forma de los de Felix-además de su bonita nariz respingada, aunque no tanto-, por el tamaño eran como los de Chan, gracias al cielo sus hijos no tenían las pecas tan marcadas como el, pero si veías de cerca ahí estaban, notándose un poco más por la palidez de su piel igual a su otro padre.

—¿Se puede reparar? —preguntó HyunSoo luego de calmarse un poquito.

—Si bebé se puede reparar—soltó a sus hijos y tomó la crayola—ya vuelvo.

Aunque la intensión era que ellos se quedaran esperando en el cuarto, los menores lo siguieron hasta la cocina-eso sí, bajaron con cuidado pues aún estaban pequeños y las escaleras eran demasiadas a sus ojos-, se encontraron con su padre derritiendo la crayola un poco con un encendedor y después pegándola con cuidado, aunque para sus inocentes mentes que no comprendían que estaba pasando, ellos solo vieron como mágicamente su padre había pegado la crayola como si nada.

—Wooooooow—dijeron al unísono.

—¿Qué? —sonrió como si nada, esperando y tocando con cuidado la cera para terminar de moldearla.

—¡Papá es un mago!

Felix solo se rio, les entregó la crayola ya fría y los cargó a ambos escaleras arriba, ambos se acurrucaron contra su cuello, sonriendo felices y respirando el aroma a brownies que tanto los calmaba.

Los ayudó a guardar sus cosas cuando estuvieron en el cuarto y después caminaron juntos hasta la habitación de Felix, ya eran las 2, hora de su siesta antes de comer.

Felix se acomodó bien en la cama para dejar que sus hijos subieran hasta poder acurrucarse en su pecho, los abrazó con cuidado y suspiró contento, se sentía demasiado feliz y tranquilo por lo que no le costó nada dormirse.

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