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Lo intentaron, de verdad que lo hicieron.

Pero simplemente Felix no mejoraba, ya habían estipulado que necesitaba las feromonas de su alfa alrededor para mantenerse estable y que así su omega no intentara sabotearlo con vómitos excesivos, cansancio y dolor.

Si bien las vitaminas ayudaron un tiempo, no eran mágicas, a veces los vómitos aumentaban de manera horrible, al punto de asustarlos a todos. Felix se estaba marchitando con forme el embarazo avanzaba sin el alfa a su lado.

Y claro que Chan ya estaba enterado de la situación por lo que ahora él estaba todavía más desesperado por estar con Felix, pero él no podía irse para allá y tampoco podía traerse a Felix al lado alfa de la ciudad...

¿O sí?

Legalmente no se podía, pero... ¿y si nadie se enteraba?

Romper la ley por la seguridad del menor y sus hijos era una opción muy latente para él, pues no podía soportar que el amor de su vida sufriera tanto al punto en que incluso podría perder a los cachorros a pesar de ya tener 14 semanas.

De hecho, ahora que hacía memoria, lo llegó a comentar con Hyunjin una vez, cuando aun eran amigos, aunque en ese entonces no lo decía enserio.

Ese día estaba con él en la casa de los Lee, Felix dormía tranquilo como pocas veces podía hacerlo, acurrucado en su pecho y aferrado a su ropa, Chan se encargaba de acariciarle el cabello y dejar suaves besos en su coronilla, su mano fija en el vientre donde sus cachorros seguían creciendo a pesar de todo.

Tenía que comentarlo con todos, era una idea arriesgada, pero más arriesgado era seguir dejando a Felix solo, acababa de entrar al segundo trimestre del embarazo, lo cual ya era más difícil pues al tener dos bebés dentro era el doble de cuidados.

—Lo solucionare—dejó un beso en su cabeza y lo acomodó con cuidado en la cama para el levantarse y llamar a su suegra pidiéndole que apenas terminara con ese cliente regresara de inmediato a casa, lo mismo para Olivia, mando un mensaje a Jisung también para que le avisara a Minho.

Necesitaba el apoyo de todos para que el plan funcionara.

Se planteó hablar con su suegro y Rachael, pero teniendo en cuenta que ellos eran alfas no estarían de acuerdo en exponer al menor al lado alfa de la ciudad, así que descartó la idea, con los que tenía podría hacer que funcionara, eran más sensatos después de todo.

Preparó la merienda para Felix en lo que la gente llegaba a la casa, tenía que aprovechar que el menor podía comer; para cuando estuvo lista, la subió para que él no tuviera que bajar, la dejó en la mesita de noche y se sentó a su lado, acariciando su rostro.

—Lix... cariño despierta—habló suave para él sin detener esas tiernas caricias.

—Mmm...—el menor se quejó, pero aun así abrió los ojos y se estiró un poco—Hola...—sonrió suave y Chan no se resistió a darle un pequeño beso.

—Les traje de comer.

Y Felix sonrió, porque si Chan le hablaba en plural lo ponía muy feliz, así que se sentó con cuidado en la cama, fue el castaño quien le dio de comer sin permitirle hacerlo solo, le gustaba mimarlo y Felix encantado.

Cuando terminó todo, le alcanzó la consola de videojuegos y lo dejó tranquilo en lo que el bajaba porque ya había escuchado que tocaban la puerta, abrió y Han pasó con sus hijos en un bonito cochecito y Minho detrás de ellos.

—¿Dónde está Lix?

—Arriba—dijo encaminándose a la cocina para lavar lo que ocupó.

—¿Cuál era la urgencia? —preguntó Minho sentándose en la sala con el cochecito, Jisung ya se había perdido escaleras arriba.

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