⭕11⭕

96 25 0
                                    

A Hyunjin le costó bastante tiempo poder tener la entera confianza de Felix, tuvieron que pasar otros 3 meses para que el menor le permitiera estar en su casa pues antes de eso si Hyunjin quería estar cómodo con Felix tenía que ser en las habitaciones del nexo o en casa de su madre para aprovechar y visitar a su hermana también, pero eso tenía una desventaja pues en casa de su madre era vigilancia constante y en las habitaciones del nexo no había como tal privacidad pues todo el tiempo había guardias en la puerta y cámaras de seguridad para evitar cualquier incidente.

Pero ahora estaban relativamente "bien", si bien Felix seguía sin llamarlo para sus celos las cosas ya eran mucho más formales, pues la familia del menor ya estaba enterada de que eran pareja, por lo que en la escuela Rachael constantemente lo molestaba, pero lo soportaba porque era su cuñada.

También pasaban un poco más de tiempo juntos, si tenía surte podía pasar por el después de la academia y llevárselo a algún lado a pasar el rato o comer, los sábados que no se podían ver por lo general tenían largas llamadas que terminaban hasta las madrugadas porque uno se quedaba dormido.

Para Hyunjin las cosas iban bien puesto que ahora podía besarlo sin necesidad de pedir permiso, e incluso podía tocarlo un poco, solo un poco pero ya era algo.

Ese sábado tenían llamada, por lo general siempre se llamaban a las 6 después de que el menor comiera y así durar hasta las madrugadas, pero apenas marcó el numero, este sonó y sonó y sonó, llevándolo poco después al buzón.

Lo intentó 6 veces con el mismo resultado he inevitablemente se preocupó.

Claro que lo que él no sabía es que Felix había dejado el teléfono en casa después de recibir una llamada de emergencia de Jisung diciéndole que las contracciones habían empezado y que ni siquiera podía caminar, tampoco había nadie en la casa para contestar pues Olivia estaba con sus amigas y su madre en una comida de negocios.

El platinado en cuestión había entrado en pánico cuando él estando tranquilo en su recamara se vio interrumpido por el teléfono que sonó en el tono de Jisung, contestó de lo más tranquilo hasta que escuchó el grito del otro lado de la bocina y supo que pasaba.

—¿Hannie?

—Felix me duele mucho... ¡AH!

—Ay dios ¡Voy para allá! —colgó y dejó su teléfono en la cama para poder vestirse a toda prisa y bajar por su cartera, olvidando así su teléfono en la cama.

Corrió lo más rápido que pudo hasta la casa del castaño porque era estúpido esperar por un taxi teniendo en cuenta que Jisung ya estaba con dolores de parto y a diferencia de las mujeres, ellos no podían solo parir al bebé cuando estuviera listo y ya, a ellos los tenían que preparar para una cesárea.

Cuando llegó abrió rápido pues Jisung le había dado su clave una semana atrás por cualquier emergencia con los bebés y gracias al cielo que no se le olvido porque ahora mismo fue muy útil.

—¡¡JISUNG!?

No hizo falta buscarlo pues un quejido directo de la sala y el aroma de miedo lo llevaron hasta la sala donde Han estaba arrodillado en el piso, presionando con fuerza el asiento del sillón al mismo tiempo que lo mordía para aguantar el dolor de las contracciones.

Se acercó para ayudarlo, pero el castaño lo paró.

—La maleta esta en mi habitación—dijo con esfuerzo, pero como la contracción ya había pasado le permitió hablar un poco—pide un taxi y llama a Minho por fa- ¡AH!

Felix asintió y corrió por la maleta, no era muy grande, solo traía ropa para Jisung y para los bebés así como algunas cobijitas y pañales, la tomó y corrió de nuevo abajo, era consciente de que no traía su celular así que tomó el de Jisung, primero mando un mensaje al sitio de taxis, el conductor dijo que llegaría lo más pronto posible, así que mando rápido la dirección y llamó a Minho en lo que ayudaba a levantar a Jisung del piso.

CycleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora