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Felix vomitó esa mañana.

Estaba horriblemente nervioso porque ese día Chan hablaba con Hyunjin y no sabía cómo podría resultar eso, estaba tan, pero tan intranquilo que el estómago se le revolvió horrible y no pudo contener su vomito como normalmente haría, así que corrió al baño y vomito, dejando a su madre y hermana preocupadas porque lo único que podría haber vomitado Felix era bilis ya que apenas estaban desayunado y el platinado no había tocado casi nada de su comida.

Fue Olivia la que fue con él al baño para asegurarse de que estaba bien, se arrodilló junto a él -pues aún estaba vomitando- y acarició su espalda con suavidad.

—Tranquilo Lix—habló con voz calmada sin detener las caricias en su espalda—no pasara nada malo—Olivia intuía que estaba así de nervioso por culpa de lo que les había dicho ayer, sobre Chan y Hyunjin.

Se quedaron ahí cerca de 3 minutos en los que el menor no dejó de vomitar, después lo ayudó a levantarse y poder lavarse la boca para que no sintiera el sabor a la bilis y volviera a vomitar, lo llevó de regreso a la mesa y le prepararon un té y pan tostado, todo lo más ligero posible para que su estomago -ahora sensible por los nervios- lo recibiera sin problemas.

Después de que se lo comiera todo Olivia lo llevó de nuevo a la habitación para que descansara, pero solo duro ahí una hora porque no quería seguir encerrado en casa, la academia le había dado un par de días extra de descanso para que se recuperara, así que no tenía que ir, pero si se quedaba sin hacer algo sentía que se volvería loco por los nervios, así que se vistió y se fue a casa de Jisung.

El aroma de Chan ya no estaba encima de él, el celo se había terminado y si acaso alguien olfateaba la marca podría oler a kiwi, pero de nuevo su aroma a brownie había vuelto por lo que no había pretexto para no visitarlo a él y a sus sobrinos.

Apenas Jisung abrió y vio a Felix lo abrazó con fuerza porque obviamente se preocupó al no saber de él en tantos días.

—¡¿Dónde estabas grandísimo idiota?! —preguntó con un nudo en la garganta y adentrandolo a la casa cuando el abrazo se terminó.

—Ay Hannie... han pasado tantas cosas—dijo de verdad apenado y sentándose en la sala.

El castaño se sentó a su lado y lo miró realmente preocupado, Felix se veía más pálido de lo normal, estaba temblando y sudando en frio, lo cual lo preocupo aún más.

—¿Estas bien pequeño? ¿No prefieres que subamos a la habitación y te recuestes un momento? Siento que en cualquier segundo te me vas a desmayar.

Felix asintió rápidamente, sin dudas estar recostado ayudaba más con sus mareos y nauseas que estar parado o sentado. Ambos subieron a la habitación, donde la cuna de los mellizos estaba, ambos dormían tranquilos y el agradable aroma a bebé calmó un poco a Felix además del aroma a feromonas maternas que aun desprendía Han.

Ambos se recostaron con cuidado en la cama y Jisung abrió sus brazos para que Felix pudiera acurrucarse con él en su pecho, el menor no se lo pensó dos veces, se escondió en su pecho, relajándose al sentir las caricias en su cabello y el tranquilo aroma de Han rodearlo, era delicado, suave y para nada empalagoso, lo que sin dudas ayudaba con sus náuseas y nerviosismo.

—Dime que pasó...—pidió con voz amable mientras acariciaba el bonito cabello de su amigo.

—Hyunjin...—se detuvo, no sabía como explicar lo que había pasado, y menos con la bilis subiéndole de nuevo por la garganta.

—¿Te hizo algo?

—No, no, no es eso...—se esforzó en decir eso, respiró profundo el aroma de Jisung intentando calmarse y controlar las ganas de vomitar—Él... él quería presentarme a un amigo suyo hace unos días, dijo que era una persona muy...—pasó saliva, le estaba costando poder hablar—muy importante para él y...

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