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No pasó mucho tiempo para que la mente de Felix fuera invadida de nuevo con un sueño igual de extraño que el que tuvo hace no mucho, solo que aquí el escenario era completamente diferente, pues aquí se vio a si mismo dentro de una jaula rodeado de escombros y a punto de morir probablemente, era tan vivido, pues el mismo se sentía pesado, cansado y adolorido, débil, pero alguien abrió la jaula en la que estaba, solo que no podía distinguir quien era, su rostro estaba difuminado.

Todo se volvió negro después, las imágenes eran parpadeantes, enseñándole partes de un pasado que no sabía que era el suyo, pero donde se le veía triste, y encerrado en una lujosa casa en donde tenía la sensación de estar atrapado sin salida.

Era sofocante, asfixiante...

No podía respirar.

Despertó de golpe inhalando todo el aire que pudo, llevándose las manos al cuello por el susto que se había metido debido a esa sensación tan aplastante que había tenido hace un momento. Miró a su alrededor, estaba en su cuarto, todo estaba tranquilo ¿y como no? Si cuando fijo su vista al reloj en su mesita de noche se dio cuenta de que eran las 3 de la mañana.

Se levantó de la cama, en estos momentos no se sentía capaz de volver a dormir, así que bajó a la cocina por un vaso de agua, aun sentía presión en la garganta y tenía que quitársela con algo, si... el agua ayudaría.

Al estar en la cocina, luego de servirse el agua y empezar a tomarla, sintió una presencia detrás de él que claramente lo puso mucho más nervioso y ansioso de lo que estaba, quería pensar que era producto de su imaginación, que no había nadie ahí, detrás de él en la esquina de la cocina...

Aunque por supuesto que había alguien ahí, alguien a quien ya había conocido muchas vidas atrás, solo que no lo recordaba... aún.

Con todo el miedo acumulado en su pecho se giró rápidamente para ver si la sensación desaparecía al ver que claramente no había nada detrás de él. Respiró un poco tranquilo, dejó el vaso en el lavabo y se fue de regreso a su cuarto, ya no se sentía capaz de volver a dormir y en un par de horas tenía que empezar a arreglarse para ir a clases.

Rascó su rostro con frustración, no sabía que hacer, se sentía demasiado intranquilo como para volver a dormir y la ansiedad lo estaba matando porque de nuevo sentía una presencia a su espalda.

Su aroma era tan denso de preocupación que su mamá se levantó para ver que ocurría.

—¿Bebé? —preguntó preocupada entrando a la habitación sin tocar.

—Mami...

—Oh mi niño ¿Qué ocurre? —se acercó la omega preocupada, acostándose a un lado de su hijo para poder abrazarlo.

Felix se acurrucó contra el cuello de su madre, aferrándose a ella y calmándose gracias a las feromonas maternas que empezó a soltar por la preocupación. El menor respiró profundo y sonrió un poco más tranquilo, su madre comenzó a acariciar su rosado cabello arrullándolo.

—¿Te quedas conmigo hasta que me duerma?

—Claro que si bebé...—besó su frente y continúo arrullándolo.

Felix podría tener 18 años y aunque a su otra madre no le gustara que siguiera mimándolo así, ella lo seguiría tratando como su pequeño cachorrito, incluso si ella seguía viva cuando el menor tuviera 80 seguiría tratándolo como su bebé.

La idea era que solo se quedara con el hasta que se durmiera, pero la señora Lee siempre fue débil ante el rico aroma a brownies de su bebé por lo que se quedó dormida. Para cuando la alarma de la madre alfa sonó y no vio a su esposa supo lo que había pasado, por lo que fue hasta la habitación de su hijo y los encontró durmiendo juntos.

Sonrió sin poder evitarlo, pues el aroma dulce del brownie combinado con el de vainilla de su esposa despertaban ternura y hambre; se acercó para arroparlos mejor, dejó un suave beso en la frente de cada uno y ella se fue a arreglar, no faltaba mucho para que la alarma de Felix indicándole que tenía que ir a la escuela sonará también.

Para cuando esto pasó, Felix gruñó contra el cuello de su madre, pero estiró su mano para apagarla, solo que su mamá se adelantó y lo hizo.

—Arriba cachorrito, tienes que ir a clases.

—Si má...—murmuró con un puchero, lo que hizo que se ganara un montón de besos en una de sus mejillas.

—Te preparare el desayuno, prepárate para la escuela—se levantó de la cama de su hijo y bajó directo a la cocina.

Felix entonces también se levantó, tomó sus cosas para ducharse y entró al baño, ya no sentía esa presencia extraña, pero en su cabeza aun estaba el recuerdo del sueño que tuvo en la madrugada. Se baño rápido y se colocó un suéter de cuello alto color azul, pantalones negros y tenis, acomodo todo en su mochila y bajó para tomar su desayuno.

Mientras comía lo que su madre le había servido se quedó pensando en el sueño de hace unas horas, la presión en su pecho y la sensación asfixiante a su alrededor pesaron en su estómago, por lo que ni siquiera terminó su desayuno.

—¿Ya no quieres cariño?

—Así esta bien má, me lo como al volver ¿sí?

—Esta bien cielo, ten un buen día ¿Bien?

—Si má, te quiero—se levantó y besó su mejilla, corrió al baño de abajo y se lavó los dientes para salir corriendo hasta más allá de la esquina de la calle porque ahí siempre pasaba Hyunjin por él. Tal vez, si pasaba un poco de tiempo con el mayor antes de ir a la escuela la presión en su estomago y garganta se irían, después de todo, la presencia de Hyunjin siempre lo calmaba.

Esperó los exactos 5 minutos que se tardaba cuando le avisaba que ya estaba en el punto de reunión y sonrió al ver el lujoso auto del rubio.

—Hola mi amor—dijo abriéndole la puerta para que subiera.

—Hola...

El menor entró al auto, poniéndose el cinturón de seguridad para después estirarse un poco y besar los labios de su pareja, pero después del corto beso sintió aun más pesadez en su estomago y el nudo en su garganta, peor aún, sentía como si alguien de verdad lo estuviera asfixiando, pero intentó mantener la calma, no quería hacer una escena frente a él.

Para acabar de joder un poco más la situación Felix sintió la misma presencia de anoche detrás del asiento del copiloto-justo donde él estaba-, acelerándole la respiración a pesar de sentir que no podía respirar bien; Hyunjin pudo notar el aroma del menor cambiar, por lo que a una cuadra de la escuela del pelirosa frenó el auto y lo miró.

—¿Está bien Lix? —tomó el rostro del menor con cuidado para que lo mirara.

—Y-Yo...—le costó pasar la saliva, el tener al rubio tan cerca de su rostro solo hizo que se sintiera peor, por lo que se alejó lo más rápido que pudo, quitándose el cinturón y bajándose del auto. Apenas logró estar afuera pudo respirar, tomando una gran bocanada de aire que incluso lo hizo toser.

—¿Bebé? —Hyunjin se bajó preocupado para levantarlo—¿Qué paso Lix? ¿Te sientes mal? ¿Te llevo al hospital?

La desesperación de Hyunjin se la estaba transmitiendo por medio de sus feromonas así que solo negó rápido y tomó su mochila.

—Tengo que entrar a clases ¿sí? Te veo en la tarde—se atrevió a dejar un besito en la mejilla del alto aun si eso le apretó la garganta de nuevo; corrió lejos de él, adentrándose rápido a su escuela, una vez dentro pudo respirar de nuevo normal e incluso la presencia a su espalda desapareció.

Dio un brinquito del susto cuando la mano de Jeongin tocó su hombro, pero al ver que era él se relajó de inmediato.

—¿Qué paso? ¿Alguien te venía siguiendo o porque pareces cansado y como si hubieras visto un muerto?

—Después te digo...—respiró profundo de nuevo—vamos a clase.

El peliazul no objeto nada y se dejó llevar por Felix, no sabía que le pasaba, pero se veía nervioso, lamentablemente para él, empezaría a verlo así muy seguido.

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