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Felix abrió lo los ojos cuando sintió el dulce olor a kiwi a su alrededor, sonriendo en automático porque eso significaba que todo había salido bien y que en ese mismo momento estaba con Chan.

—Buenos días mi amor—dijo Chan a su lado perfectamente vestido pero recostado con la computadora portátil en las piernas—¿Cómo te sientes hoy?

—Mejor...—dijo quitándose el mismo el respirador y sentándose con cuidado pues aún se sentía débil.

—¿Qué quieres desayuna? Le puedes pedir a Hana-san lo que quieras, solo llámala por ese comunicador de ahí—señaló justo a un lado de Felix, era como un pequeño teléfono con botones que tenían el nombre de cada área necesaria para el menor Hana en la cocina, Sora en lavandería, Hikari para cualquier mandado que consistiera en salir y Haru era el médico personal en la casa, si se sentía muy mal podía llamarlo a él.

—¿Qué es esto? —preguntó bastante curioso.

—Lo instalé hace unos días para cuando estuvieras aquí. Cualquier cosa que necesites ellos la traerán o harán por ti en lo que te recuperas bebé.

Felix se sintió conmovido y al mismo tiempo intimidado, honestamente no sabía a qué se dedicaba Chan con exactitud, sabía que era empresario y por su hermana supo que era benefactor del nexo, pero para hacer eso tenías que tener demasiado dinero, algo que un "empresario" común no podía tener.

Prefirió no preguntar así que picó el botón para llamar a Hana porque la verdad es que si tenía bastante hambre.

Entre los dos pidieron un desayuno bastante completo y lleno de comida saludable para los bebés, aunque alguno que otro antojito con chocolates y mermeladas iba oculto ahí; por culpa de los vómitos y colapsos Felix nunca fue capaz de disfrutar los antojos que llegó a tener en su momento, pero ahora con Chan ahí, se sentía capaz de volver a comer.

20 minutos después varios sirvientes dejaron las bandejas en la cama-4 para ser exactos- con todo lo necesario para que pudieran disfrutar del desayuno, por lo general a Chan no le gustaba comer en la cama, pero teniendo en cuenta de que Felix estaría atado a una intravenosa los próximos días, podía hacer ese sacrifico para estar con él.

El castaño dejó la computadora de lado y se apegó más a Felix para poder comer muy juntitos y acercarle las cosas que él no podía alcanzar a causa de su gran panza, porque incluso si apenas tenia casi 4 meses, al ser dos bebés ya estaba bastante grande.

Y casi se pone a llorar cuando al terminar el desayuno pudo darse un antojito de pan con mermelada sin sentir las arcadas, todo quedó limpio, no sobró nada, Felix había estado muriendo de hambre por culpa de sus colapsos y ahora que podía comer era un hambre voraz.

Chan limpio las migajas de su mejilla con un excesivo amor que solo alocó un poco el corazón del platinado, recibió un dulce beso en los labios y una caricia en su mejilla.

—¿Satisfecho?

—Mucho, gracias por esto... por todo.

—Por ti mi vida, lo que sea—dejó solo un pequeño besito más en su nariz y volvió a la computadora, los sirvientes llegaron poco después a retirar todo.

Felix se acomodó de nuevo para descansar un poco pues aún se sentía algo mareado por toda la situación, así que se quedó dormido, apoyando su cabeza en el hombro de Chan, el mayor lo dejó tranquilo ahí, soltando sus feromonas para mantenerlo relajado en lo que el seguía trabajando.

Por ahora estos días serían tranquilos hasta que Felix pudiera andar libremente por la casa, tenía que descansar mucho para recuperarse. En la tarde-noche luego de la merienda del menor, vino un doctor a revisarlo, él sería quien llevaría su seguimiento con los bebés, así que lo revisó con el equipo que habían traído para las ecografías.

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