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Si bien no pelearon al enterarse si tuvieron muchas platicas bastante largas -y que se prolongaron por bastantes días-donde ambos exponían sus puntos sobre porque era bueno y porque no la presencia de Hyunjin en la vida de Felix.

Al final acordaron que todo estaba bien en tanto Hyunjin no quisiera sobrepasarse con él, Chan aun no confiaba en el rubio -desde que lo conoció tuvo bastantes pesadillas con su presencia en las que el terminaba muerto por su culpa al igual que Felix, si bien eran sueños los tomó como advertencias-y estaba en su derecho de romperle la cara si se acercaba a Felix con otras intenciones.

Después de eso pudieron celebrar el cumpleaños de Chan en paz, aunque en si solo fue una bonita cena entre ellos dos, llamadas de los padres del alfa y regalos enviados por correo, todo muy privado, así era Chan.

Ahora estaban ahí en el hospital, revisando por una ecografía a sus pequeños retoños, el segundo regalo de Felix sería ese, decirle qué serían sus bebés, aunque solo unos cuantos días tarde.

La doctora Choi paseaba la maquina por el vientre de Felix, revisado a los bebés y apretando botones para medirlos y pesarlos, o eso es lo que ella decía porque Felix honestamente nunca entendería cómo funcionaba esa máquina.

—Están muy sanos ambos, miden aproximadamente 14 centímetros cada uno, bueno, este de aquí es un centímetro más grande.

—¿Eso es normal?

—Si, es bastante normal, tranquilo, señor Bang ¿podría salir ahora de la habitación?

—A cierto, es mi otro regalo ¿verdad? —se acercó a acomodar el cabello del menor y sonreír después de dejarle un beso en la frente.

—Sip, si estás aquí se arruinará la sorpresa.

—Estaré justo aquí afuera ¿bien?

—Si—sonrió y lo dejó ir, apenas el mayor se fue volvió a mirar a la doctora—¿Qué estaba diciendo?

—Que es bastante normal que se tengan diferente tamaño teniendo en cuenta de que no son gemelos, son mellizos, un niño y una niña muy sanos y fuertes.

Algo en el pecho de Felix se movió, sonrió sin poder evitarlo pues muy en el fondo de su corazón tenía esa pequeña espinita que le decía que eran uno y uno -además de que su lado omega ya lo sabía de antemano-.

—No puedo creerlo—se limpió las escasas lagrimas que lograron salir.

—Para este punto ellos ya te escuchan, así que no tengas miedo de hablarles o pedirle a tu pareja que les hable, así los acostumbraras a sus voces y será más fácil para ellos distinguirlos cuando nazcan.

—Oh ya veo...

—En dos semanas vienes para hacerte la siguiente revisión ¿bien? Te recetare las mismas vitaminas y cambiare tu dieta.

—Esta bien doctora—se sentó con cuidado y Chan pudo volver a entrar a indicación de la doctora Choi, era momento de limpiarle la panza a Felix y ella sabía que solo Chan podía hacer eso.

—¿Puedo hacer una pregunta? —preguntó el mayor mientras limpiaba con sumo cuidado la piel de su novio.

—¿Dígame?

—¿Cuándo empezaran a moverse?

—Más o menos por la semana 20 a 22, así que le recomiendo que Felix sea la cuchara pequeña al momento de dormir o puede que sienta patadas en las costillas.

—¿Me dolerá mucho cuando empiecen a moverse?

—Todo depende cuanto tiempo se muevan y con la intensidad del movimiento, pero descuida, puede que solo estés incomodo.

—¿Necesitamos saber algo más doctora?

—Ah, sí, le cambiare la dieta, siguen siendo las mismas vitaminas—sonrió y escribió la receta y la dieta—subirás un poquito más de peso Lix, pero es necesario para el bien de los bebés.

—Está bien, gracias doctora.

Se fueron de ahí poco después de pagar la consulta y comprar las vitaminas, pasaron al supermercado para comprar lo necesario para la nueva dieta y unas cuantas cosas más para preparar el pastel con el que le daría la noticia Chan sobre sus bebés.

Una vez en casa, Felix se puso a hornear mientras Chan terminaba de resolver algunos asuntos en la computadora.

—Debemos de empezar a acondicionar una habitación para ellos—dijo el mayor apenas pudo cerrar la laptop, el pastel de Felix ya estaba en el horno así que ya no pudo ver los colores del pan—no importa que sean, creo que los primeros años de su vida deberían de estar juntos.

—Esa es una buena idea ¿tienes libre en la semana para ir a ver? —preguntó sentándose con cuidado en una de las sillas que había en el desayunador dentro de la cocina.

—Me hare espacio—dijo sacando su teléfono para revisar la agenda y mover algunos compromisos, él sabía que, si Felix tenía que ir solo probablemente tendría que llevar a Hyunjin y el en definitiva no quería que ese espagueti rubio compartiera un momento tan especial como seleccionar las cosas de sus hijos, incluso si no fuera Hyunjin y fuera alguno de sus amigos o sus cuñadas, no les dejaría ese momento a ellos, eso solo les correspondía a los papás de las criaturas.

—Está bien—sonrió y acarició su vientre con suavidad—¿Me alcanzas las galletas de miel?

—¿Algo más? —los antojos de Felix a veces eran muy extraños, el hecho de que pidiera algo sencillo y normal era raro.

—Solo eso—sonrió cuando Chan se las dio, así que comió una bastante rápido—oye.

—¿Qué pasa?

—¿Vamos a hacer algo para Halloween?

—¿Quieres hacer algo?

—Honestamente yo solo quiero los dulces—se rio y Chan solo dejó un beso en su mejilla—pero no sé si tu hacías algo así antes de conocerme.

—Solía invitar a mis amigos a pasar el rato, por lo general a beber y comer algo, pero algo así como fiesta temática o dar dulces la verdad es que no cielo, el vecindario es privado y casi no hay niños.

—Oh, ya veo—se terminó la galleta—entonces si te pido que me compres solo los dulces ¿lo harías?

—Sabes que siempre te consiento no es necesario que sea Halloween para que te de dulces cielo.

—Bien—sonrió y se levantó con cuidado para poder abrazarlo, Chan lo apretó suavemente contra su cuerpo y dejó un montón de besos en su rostro, siguiendo el patrón de sus pecas.

Unos 40 minutos después el pastel estuvo listo por lo que Felix lo dejó enfriar y después lo decoró con sumo cuidado, para cuando estuvo listo dejó que Chan lo partiera, aunque aun no se servía la rebanada porque estaba nervioso.

El color le diría que serían sus pequeños, si tenía un bonito color lila es porque serían niñas, si era rojo es porque serían niños.

—¿Qué pasa? —preguntó el menor a su espalda, acariciando sus hombros con suavidad.

—Estoy nervioso...

—Todo esta bien—dejó un beso en su cabeza—además esta rico, así que ya saca la rebanada de una vez.

Chan entonces hizo caso, con cuidado sacó la rebanada, notando un patrón marmoleado entre el rojo y el lila, se sintió confundido 3 segundos y después se levantó para poder abrazar a Felix y llenarlo de besos.

—¡Niña y niño! —la emoción en su voz y el brillo en sus ojos hicieron sentir calidez en el corazón de Felix, bien le había dicho una vez "no impórtalo que sean, los amare igual".

Y agradecía mucho que fuera así.

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