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El auto de Chan estaba estacionado a unos 20 minutos de la unidad donde vivía Felix, oculto en el estacionamiento de un restaurante grande.

Felix estaba sentado en el regazo de Chan, abrazado a su cuello y comiéndole la boca como si necesitara eso para respirar-aunque en el fondo de su alma si se sentía así-, el castaño acariciaba su espalda baja y trasero con gusto, apretando de vez en cuando, haciendo reaccionar el menor con pequeños gemiditos contra su boca.

El auto se había llenado de las feromonas de ambos, mareándolos y poniéndolos aún más ansiosos de lo que estaban, si bien, la parte animal los había dominado de nuevo poniéndolos calientes de inmediato y empezando con lo que no pudieron terminar esa vez, su parte consciente seguía ahí, aunque opacada, luchaba por mantenerse a flote.

El castaño fue el que movió sus manos para empezar a quitarle los pantalones al menor, dejando libre su húmedo trasero que ya estaba listo para recibirlo, por lo que reclinó casi por completo el asiento para que Felix se acomodara mejor luego de quitarse por completo los pantalones, dejándolos colgando de una de sus piernas y él poder desabrocharse los pantalones y bajarlos un poco junto con su ropa interior.

—Con cuidado—jadeó el mayor contra los labios de su omega mientras este alineaba su entrada con el gran pene de su alfa.

Felix solo sonrió suave y se sentó con cuidado, gimiendo contra los labios del mayor con forme entraba en su interior, ambos se tensaron porque la sensación era tan gratificante que sabían que perderían el control en cualquier momento, así que se mantuvieron quietos un momento, Chan apoyando su cabeza en el cojín de su asiento y Felix en el cuello del mayor.

—Te sientes tan bien...—ronroneó Chan contra la sien del menor apenas enderezó la cabeza, sus manos acariciaron la pequeña cintura, bajando hasta sus glúteos para agarrarlos firmemente y apretarlos sacándole un adorable jadeo-gemido de improvisto al menor.

El cuerpo de Felix comenzó a moverse, primero suave para poder acostumbrarse porque evidentemente Chan era más grueso que ese consolador, el mayor también movió sus caderas hacia arriba, contrariando los movimientos de Felix, chocando con su cuerpo y volviéndolo todo más intenso.

Apenas sintieron la necesidad de más, todo se descontrolo.

Por qué los movimientos eran tan fuertes que en auto se movía, evidenciando lo que estaba pasando ahí dentro a pesar de que los vidrios estuvieran polarizados; las manos de Chan lo sostenían fuerte, probablemente dejando marcas rojas en su piel, pero a Felix poco le estaba importando eso, con su omega dominándolo por completo se movió más rápido y desesperado por conseguir su orgasmo y también el del alfa.

A pesar del desastre de feromonas y movimiento, se trataban de mantener en silencio, se besaban con pasión para mantenerse callados aun si se quedaban sin aire, Felix se apegaba a su cuello y Chan a su hombro para morder o chupar y así mantenerse en silencio.

Felix se corrió primero mordiendo el cuello del alto para mantenerse callado al mismo tiempo que manchaba la ropa de ambos, segundos después Chan llegó, anudando así en su interior y exhalando fuerte por la boca.

Se quedaron quietos, en la exacta posición que estaban, tratando de recobrar el aliento, Chan fue el primero en moverse, acariciando la espalda sudorosa del pelirosa con cariño y lentitud, haciendo que la pálida piel de Felix se erizara.

—¿Siempre... vamos a terminar...a-así cada que nos Uhg... veamos? —preguntó el menor apoyado en su cuello.

—No lo creo—dijo sonriendo, continuando con las caricias en la piel de su omega—Creo que esto pasó... porque no nos dejaron terminar el otro día—pegó su rostro al del menor oliendo el delicioso aroma a brownies que desprendía, restregándose un poco contra él en un gesto cariñoso.

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