CAPÍTULO 4 - EL PLAN

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Mirabel y Camilo se encontraban en la habitación de la chica, ella acababa de entrar cerrando la puerta y apoyándose en ella.

—¿Cuál es ese plan? —preguntó Camilo sentándose en la cama.

—Veras... —dijo la chica acercándose y sentándose en la cama de enfrente —creo que has enfocado mal la situación.

—No entiendo —interrumpió le chico.

—Déjame hablar, hasta ahora tú has intentado acercarte a él y no ha habido manera —decía la chica levantándose y andando en círculos por la habitación ante la atenta mirada de su primo —¿Por qué no pruebas a hacer lo contrario?

—Lo contrario, ¿Cómo?

—Ay primo, parece que naciste ayer... —Mirabel rodó los ojos y se volvió a sentar delante de él — tienes que hacer como que él ya no te importa, pasar de él.

Camilo se echó un poco para atrás, mirando al suelo.

—N-no sé si podré.

—No te digo que lo hagas de verdad, solo que lo fijas, así podremos ver como reacciona él y al menos podrás saber si él te sigue queriendo.

—¿Y cómo lo hago?

—Yo creo que lo más fácil sería que te echases otro novio.

—No, Mirabel, eso no, yo todavía quiero a Bruno.

—Camilo, te digo que no es de verdad solo fingir.

—¿Y dónde encuentro a alguien que quiera hacer eso por mí?

—¿No conoces a nadie con el que al tío Bruno le molestaría mucho verte con él?

—Bueno... solo uno, pero es imposible.

—¿Por qué? ¿Quién es?

—Mariano.

—¿Mariano, nuestro Mariano?

—Si.

A Mirabel se le iluminó la cara y esbozó una sonrisa malévola.

—¡¡Es perfecto!!

—Pero Mirabel, es el marido de mi hermana...

—Mejor aún, si Dolores lo sabe seguro que nos ayuda.

—No sé, prima...

—Se lo preguntamos.

—No, espe...

En ese momento, Dolores entró en la habitación sorprendiendo a los dos chicos que se sobresaltaron.

—Me niego —dijo Dolores cerrando la puerta tras de sí.

—Ves como no iba a querer —dijo Camilo.

—Pero prima, si no va a pasar nada, solo tienen que estar muy pegaditos delante del tío Bruno, solo para ver que hace.

—¿Solo eso?

—Si prima, solo tienen que estar juntos, por ejemplo en la cena y hacerse alguna miradita o algo así.

—Tu que piensas —dijo Dolores mirando a Camilo.

—No sé, hermana, solo sé que necesito hacer algo porque cada vez va a peor —dijo Camilo posando su mano en su pecho.

Dolores meditó unos minutos.

—A ver, voy a hablar con Mariano y esta noche nos reunimos en mi habitación y lo hablamos los cuatro ¿vale?

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora