CAPÍTULO 39 - UN ADIÓS Y UNA BIENVENIDA

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—Ho-hola...

Camilo y Bruno oyeron la voz de Arturo tras de sí, se voltearon y lo miraron.

—Hola, Arturo.

Bruno no dijo nada, se quedó detrás de Camilo y le puso una mano en el hombro al chico.

—¿Podemos hablar un momento? —pregunto el chico de piel oscura con ojos suplicantes.

—Claro —respondió Camilo — es mas quería hablar contigo.

—Bueno, yo os dejo, me voy a casa —dijo Bruno dándose la vuelta.

—Espere, señor Bruno, también quiero hablar con usted —dijo de pronto Arturo al ver que el hombre se iba.

Tanto Bruno como Camilo se miraron, y fijaron su vista en Arturo, el chico se veía algo nervioso y parecía de algún modo asustado.

—Esta bien —volvió a hablar Bruno —pero mejor hablar en otro sitio, vamos a casa.

Así, los tres se encaminaron a la casa Madrigal. Arturo iba bastante cohibido, nervioso, se sentía incomodo cerca de ellos dos, su corazón iba a explotar. Tras lo que paso el día anterior se sentía bastante confuso.

Camilo y Bruno también iban algo nerviosos, Camilo la ultima conversación que tuvo con Arturo fue cuando el chico se le declaró y realmente debía hablar con él, Dolores le dijo que le dejase claro sus sentimientos para que no se hiciese ilusiones. Por su parte, Bruno no se alegró mucho de verlo, no había hablado al respecto con Camilo, pero no sabía que sentía su sobrino por ese chico, y si sabía lo que sentía Arturo por Camilo y eso no le gustaba nada, Camilo era suyo y no iba a permitir que nadie se lo quitase. Pero por otra parte se sentía mal por haberle asustado el día anterior hasta tal punto de hacerle huir. ¿Acaso no era esa la imagen que tenia todo el pueblo de él?

Unos minutos después se encontraban en el sendero de la casa Madrigal.

—Vamos por ahí —señaló Camilo por una desviación. Y lo siguieron hasta llegar a un pequeño claro cerca del parque de Isabela.

Yendo a uno de los extremos, donde había unos bancos, se sentaron, y tras unos segundos en silencio Arturo se levantó.

—Quería disculparme con ustedes.

Bruno se sorprendió al escuchar eso, Arturo no era precisamente el que debía pedir perdón ya que, pensándolo bien, él no había hecho nada.

—Pero si no has hecho nada —dijo Camilo como si hubiese leído la mente de su tío.

—Yo sabía de su relación y aun así, te dije todo eso en el lago —comenzó a hablar Arturo sujetándose uno de sus brazos algo avergonzado —te puse en un compromiso, y un amigo no hace eso.

Ahora el chico miró a Bruno.

—Discúlpeme usted también señor Bruno, en ningún momento me quite interponer entre ustedes.

Bruno sentía esas palabras como puñales, veía que el chico estaba realmente arrepentido de algo que en verdad no había hecho, el solo había expresado sus sentimientos, eso no es nada malo.

—Arturo —dijo Camilo levantándose y acercándose al chico de piel oscura —pero tu no has hecho nada.

—No, Camilo, yo... —Arturo agachaba la cabeza.

Bruno miraba a los dos chicos hablar, al verlos juntos se dio cuenta pro primera vez de que eran muy parecidos físicamente, de la misma altura, pelo rizado, las únicas diferencias eran que Arturo llevaba le pelo mas corto y su tono de piel mucho mas oscura que la de Camilo.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora