CAPÍTULO 25 - DOLOR

116 24 12
                                    





Camilo miraba a su tío, sonriente, le enseñaba orgulloso aquello en lo que había puesto tantas ganas y tanta ilusión, tardó en darse cuenta de que Bruno no decía nada y que su cara era muy seria, tanto que el chico empezó a desdibujar su propia sonrisa.

—¿Bruno?

El hombre no daba crédito a lo que estaba viendo, pensaba que debía ser una broma, si, seguro es otra broma del chico, ha agarrado otra ruana y ha hecho eso, pensaba el hombre. Se negaba a creer que Camilo hubiese hecho eso.

—¿Qué es eso? —preguntó le hombre sin cambiar su expresión.

—Es tu ruana, la he mejorado...

—¿Mejorado? —dijo con una media sonrisa sarcástica mientras no apartaba los ojos de esa prenda verde.

—S-sí, mira he puesto un símbolo de cada miembro de la familia y aquí esta el mío... ¿sa-sabes donde se sitúa?

Bruno comenzó a respirar fuerte, a soltar aire por la nariz de forma brusca y aprontando lo dientes dijo.

—¿Dónde?

—Pu-pues aquí, en el corazón —dijo señalando el camaleón amarillo de la prenda.

De pronto los ojos de Bruno comenzaron a emitir un brillo verde, esta vez ese brillo le daba un aire terrorífico, Camilo se asustó al verlos y dio unos pasos hacia atrás. Bruno dio unos pasos en su dirección y le arrebató la ruana de las manos de forma violenta.

—¿Mejorado? ¿Esto lo has hecho tu? —su tono de voz aumentaba.

—S-si —dijo el chico que se sujetaba un brazo —¿no te gusta?

Bruno contempló cada detalle del bordado, las imágenes, y cada vez que lo veía mas enfadado estaba, le dolía ver eso, por un momento se sintió traicionado. Sin decir ni una palabra comenzó a arrancar de la prenda todos los detalles, rompiendo cada hilo, y deshaciendo todo el bordado, dejándolo caer al suelo ante la atónita mirada de Camilo.

El chico quedó paralizado ante ese gesto, una punzada en el pecho le hizo retroceder, unas pequeñas lagrimas comenzaron a fluir por sus mejillas.

—¿Responde esto a tu pregunta? —gritó le hombre. Camilo sintió miedo al oírlo gritar echándose para atrás mientras miraba su esfuerzo tirando en el suelo y siendo pisoteado —¿Por qué lo has hecho?

—Yo-yo pensé que te gustaría... —sollozó el chico.

—¿Y que te ha dado a entender que me gustaría?

—Pues siempre dices que amas a la familia y pensé que tenerla bordada te gustaría.

—Camilo, escúchame —dijo de forma aun mas seria sin apagar sus ojos —esto no es una prenda cualquiera.

—Lo se... por eso pensé que te gustaría que todo estuviese junto.

Bruno reía incrédulo.

—Camilo, ESTO es el único recuerdo que tengo de él, ¿Por qué pensabas que iba a gustarme que lo llenases de dibujitos?

—Siempre él, siempre él, si tanto lo quieras seguro lo considerarías de la familia, por eso pensé en hacerlo —dijo el chico endureciendo su tono.

—Nunca pude llegar a considerarlo de mi familia, no me dejaron, no nos dieron tiempo, ellos lo apartaron de mi —ahora eran de los ojos de Bruno de donde salían lagrimas mientras apretaba fuerte la ruana, sin pretenderlo comenzó a revivir todas las cosas que pasaron tiempo atrás, como por culpa de Luis Mendoza su relación fue descubierta, como debido a eso sus familias los separaron y no les permitieron volver a verse, como sufrió durante meses, como estuvo a punto de matarse, como perdió el apetito, como dejo de hablarle a su madre y sus hermanas, como acabó muerto en vida durante casi dos años, pero también como supero aquello y como años después quiso morir al saber que un tal Víctor había muerto dejando a una mujer y un hijo.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora