CAPÍTULO 65 - LA ACAMPADA (2ª PARTE)

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Los tres se reunieron de nuevo alrededor de la hoguera mientras sacaban la comida, degustaron las empanadas, arepas y buñuelos que Julieta había preparado esa tarde para ellos. Mientras cenaban, conversaban tranquilamente, reían, lo pasaban bien en general.

—Entonces, ¿Quién se declaró primero? —preguntó Mariano mirando a la pareja.

Bruno y Camilo se miraron.

—Fui yo —dijo Camilo orgulloso —y el muy tonto me rechazó.

—A ver, yo en ese momento ni me imaginaba la posibilidad de tener una relación contigo —se defendió Bruno —eres mi sobrino al final de todo.

—Y tu mi tío y estoy enamorado de ti.

—Por eso al principio me costó.

—Yo lo entiendo... ¿y tu Mariano? ¿Cómo pasaste de querer casarte con mi prima a casarte con mi hermana?

—Lo de Isabela fue mas por presión, y es verdad que me empezó a gustar con el tiempo, pero cuando ella me dijo que no quería casarse conmigo y cortó conmigo, en el fondo lo sentí como un alivio, pero también es verdad que me sentí mal, y apareció Dolores para iluminar mi vida.

Bruno pensó en su conversación de esa tarde, si aquel día en la reconstrucción de Casita, si Dolores no hubiese aparecido y hubiese estado Camilo a lo mejor la cosa hubiese sido muy diferente.

—Que poeta nuestro Mariano —dijo Camilo adoptando un tono gracioso.

—Bueno, ya sabes que la poseía y la música es lo que mas me gusta.

A Bruno le vino un flash.

—Igual que tu padre —dijo el mayor atrayendo la vista de los dos.

—¿De verdad? —preguntó Mariano.

—Si, a Víctor le encantaba la música, pero por cosas de esa época la música no era algo muy aceptado, pero sabía tocar la guitarra y lo hacía muy bien.

—Yo no sé tocar ningún instrumento —dijo Camilo algo apagado.

—Tú sabes tocar otras cosas —dijo Bruno con una expresión juguetona. Haciendo que Mariano se riese un poco.

—¿El qué? —preguntó el chico dudoso.

—¿En serio tengo que decirlo? —expiró Bruno.

—Si... —respondió el adolescente.

—Cami, se refiera a ... —dijo bajando la mirada a la entrepierna.

Camilo abrió los ojos y miró a Bruno muy rojo.

—¡¡BRUNO, ERES UN GUARRO!!

Bruno y Mariano se comenzaron a reír.

—¿Me lo dices tú?, el hormonal.

—Cami, no te puede dar vergüenza cuando te has desnudado hace un rato delante de nosotros y te has bañado así.

—No es lo mismo —dijo el chico.

—Vamos, Milo, no te enfades —reía Bruno.

—Me enfado si quiero, además ya no te doy una cosa que tenía para ti.

Camilo se levantó y fue a su mochila, de allí sacó un pañuelo y de su interior sacó una arepa, y volvió al fuego.

—Mira, traje arepas especiales para vosotros, pero solo se la doy a Mariano, toma —dijo dándosela al Guzmán.

—Gracias —dijo Marino dándole un mordisco.

—¿Y yo no?

—No, tú no —dijo Camilo cruzándose de brazos e inflando las mejillas.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora