CAPÍTULO 46 - COSAS DE MADRES

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Camilo se encontraba tumbado en la cama de sus padres, boca abajo con la cara enterrada en la almohada mientras aun salían lagrimas de sus ojos. Unas lagrimas de impotencia ya que sabía que había sido culpa suya, como siempre.

Pepa le acariciaba el pelo intentando calmarlo, la mujer lo miraba preocupada, nunca lo había visto llorar así.

—Venga, corazón, tranquilo, ¿me cuentas que ha pasado?

El chico no podía contarle lo que había pasado, pero pensó que a lo mejor ella podría darle algún consejo, al fin y al cabo, era mayor que él y tendría mas experiencia. El problema era como decirle el problema sin contarle todo.

El chico se dio la vuelta y quedó boca arriba, la mujer le paso la mano por las mejillas para limpiarle las lágrimas.

—Mami, hay una persona que me gusta mucho.

—Oh, pero es muy bueno —dijo Pepa sonriendo.

—Si, yo estoy enamorado de él...

—Sabía yo que algo de amores te estaba pasando, te notaba muy raro.

Camilo bajó la cara para frotarla con la mano de su madre buscando una caricia.

—Pero él cree que yo no le quiero.

—¿Y eso por qué?

—He hecho algunas estupideces...

Pepa lo miró agachar la mirada y se tumbó a su lado.

—Pero un error lo puede tener cualquiera. ¿Él está enamorado de ti?

—Si, pero es que han sido muchos errores de mi parte...

Pepa pensó durante un momento.

—No se que errores son, ni te lo voy a preguntar, pero si esa persona sigue enamorada de ti incluso con esos errores es por que de verdad te ama. Mira tu padre, yo no soy precisamente una persona perfecta y aun así está ahí siempre.

—Pero mami, tú eres perfecta.

Pepa soltó una carcajada.

—Ay, corazón, yo no soy perfecta, nadie lo es.

—Para mí si lo eres.

Pepa abrazó al chico.

—Mira, si el problema es que esa persona no tiene claro si tú lo quieres puedes intentar demostrárselo, que vea que tus sentimientos son reales.

—¿Y cómo lo hago?

—No sé, puedes traerlo a que lo conozcamos y así verá que no puede perder la oportunidad de pertenecer a esta familia.

—No sé, mami, todavía no estoy preparado para presentarlo.

—Esta bien, podéis pasar un día juntos por ahí, en el rio, por el pueblo.

—Eso estaría bien.

—Lo importante es demostrarle que tu sentimientos son reales.

—Si.

—¿Esa perdona de la que hablas es Arturo?

—¿Qué?, no, no

—Vale, es para asegurarme... también le puedes pedir ayuda a él, tiene tu edad y seguro sabe mas que yo que le gusta a la gente de tu edad.

—Si... de mi edad...

—¿Es mas joven?

—No.

—Ah... ¿mas mayor?

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora