CAPÍTULO 68 - LO SÉ

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Debido a que pasaron gran parte de la noche sin dormir, no fue hasta mas del mediodía que despertaron, se encontraban desayunando/comiendo sin hablar. Todavía sobrevolaba entre ellos todo lo que pasó la noche anterior.

—Bueno, repasemos —dijo Camilo — guardamos todo y no vamos —mientras decía esas palabras pasaba unas hojas de papel donde escribirían, ya que Dolores estaba despierta y los podía oír.

En ese papel ponía los pasos que iban a dar.

[1º Llegamos

2º Mariano se sorprende

3º Disfrutamos de la fiesta.]

Mariano agarró su papel y escribió.

[¿SEGURO DOLORES NO SE DARÁ CUENTA]

Camilo lo leyó y se acercó para escribir en su mismo papel

[NO SE DARÁ CUENTA SI SABES FINGIR BIEN, SOLO TINES QUE PASARTELO BIEN EN TU FIESTA]

Mariano no estaba muy convencido, él no quería mentir a su mujer. Bruno al ver la expresión del hombre se acercó, agarró el papel y se puso a escribir también.

[TÚ TRANQUILO, DISFURTA, OLVIDA LO QUE HA PASADO, HOY ES TÚ DÍA Y CUANDO SEPAMOS LO QUE PASÓ SE LO CONTAREMOS]

Mariano asintió algo mas calmado.

—Bueno, ¿nos vamos?, tengo ganas de llegar a casa —dijo Camilo.

—Si, vamos.

Tras guardar todos los artilugios, emprendieron el camino, atravesaron el tramo del bosque y en nada estaban de vuelta en el pueblo. Hacia un gran día, se notaba que Pepa estaba contenta. Ninguno hablaba de camino a la casa. Y Camilo se sentía algo mal por el Guzmán.

—Mariano...

—¿Si, Cami?

—¿Si te doy un abrazo, te alegraras un poco? —dijo el chico con voz casi infantil y dulce intentando sacar una sonrisa al hombre. Y lo consiguió, Mariano lo miró y esbozó una sonrisita.

—La verdad es que un abrazo de una preciosidad como tú alegra a cualquiera —dijo le hombre que de verdad agradecía el trato que le daba el chico, de alguna forma era como ver que realmente no le había hecho daño y ese abrazo era como una forma de corroborarlo.

—Pues venga.

Ambos se abrazaron, un abrazo profundo, largo, con un toque fraternal. Al separase la expresión de Mariano era más suave, mas relajada.

—¿Y yo? —dijo Bruno que los miraba con los brazos cruzados.

—¿Tu también quieres? —dijo Camilo como si hablase con un niño pequeño.

—Si —respondió Bruno con voz infantil.

—Anda ven —dijo el chico extendiendo los brazos.

Bruno se acercó y lo abrazó también.

—Que celosito me ha salido mi tío.

—Yo no estoy celoso.

—Ya, ya...

Tras ese momento, los tres, algo mas animados, caminaron hasta la casa Madrigal. Por fuera no se notaba nada especial, incluso había mucho silencio, sin duda Dolores les había avisado que estaban llegando. Al acercarse, la puerta estaba cerrada, en ella se podía ver a todos los miembros de la familia tallados y en la madera, incluso a Mariano.

Los tres se miraron y asintieron, Mariano se adelantó y comenzó a abrir la puerta, lento como habían hablado y para cuando la abrió competente, la luz se encendió y todos los miembros de la familia estaba allí en el patio, incluida la madre de Mariano.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora