CAPÍTULO 6 - RESPUESTAS

141 24 4
                                    





Camilo y Mariano entraban en la casa por la puerta del patio tras conversar un rato, aún quedaba algo de tiempo para la hora de comer por lo que decidieron buscar a Dolores para actualizarle la información.

Apenas tuvieron que buscar, pues la chica estaba en la biblioteca.

—Hermana, tenemos novedades —dijo el chico con la cara apagada.

—Lo sé, os he oído.

—¿Y qué piensas?

—Pienso que hay algo raro.

Camilo la miró algo extrañado.

—¿A qué te refieres?

—Llevo varios días siguiendo al tío con mi oído, y hoy hace más ruido del normal, pero he oído dos veces como se le aceleraba el corazón, y hace un rato parecía que iba a estallarle.

—Eso significa... —dijo el chico al que la sonrisa le empezaba a aparecer en su cara.

—Pueden ser muchas cosas, puede ser que haya visto u oido algo que le haya alterado, puede haberse asustado por algo, o incluso puede ser que siga sintiendo algo por ti.

—¿Y no lo puedes saber seguro?

—Lo siento, yo solo puedo oír, no leer mentes.

—Ya, perdona.

Mariano que se había sentado y había estado allí callado se frotó la barbilla.

—¿En qué momentos oíste esos aumentos de latidos?

—Pues, estaba centrada en él por lo que no pude oír lo que pasaba a su alrededor en esos momentos.

—¿Es posible, que fuese cuando nos ha visto abrazos en la tienda?

—Si, puede ser —dijo el chico ilusionado.

—Pero también puede ser cuando encontró el pájaro herido, y se asustase.

—Mariano por favor, que me estaba ilusionando —se quejó Camilo.

—Lo siento Cami, pero es mejor tener todas las opciones para no confiarnos.

—Oye, Dolores —dijo el chico —¿Qué hace ahora?

Dolores inclinó la cabeza un poco y al poco se dirigió a su hermano.

—Es raro, no le oigo. Quiero decir, oigo que está en su habitación, pero no se mueve, ni habla, ni nada.

—¿Está bien? —dijo Camilo asustado.

La chica volvió a inclinar la cabeza.

—No oigo nada raro, solo que esta sin moverse, también oigo agua.

—¿Se estará bañando? —dijo Mariano.

—En su habitación no hay baño.

—A lo mejor son las ratas que están bebiendo.

—No, el agua la oigo en él, pero es muy sutil como si fuesen gotas.

—¿Estará sudando?

—Puede ser.

—Se me ha ocurrido una cosa —dijo Mariano de pronto —pero a lo mejor no te gusta, amor.

Dolores lo miró levantando una ceja.

—A ver.

—He pensado que si duermo esta noche con tu hermano, y él nos ve entrar en la habitación podremos ver algo más.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora