Los rayos de sol que se colaban por la ventana indicaban que había llegado un nuevo día, Camilo comenzó a abrir los ojos, algo desorientado no reconocía el sitio donde estaba, tardó unos segundos en notar calor detrás de él, intentó moverse, pero vio que unos brazos lo tenían agarrado en un abrazo, notó un cuerpo detrás de él.
—¿Bruno? —preguntó en un susurro al mismo tiempo que levantaba las sabanas para ver que los brazos que lo abrazaban era de piel oscura. A verlo se asustó un poco y se giró para quedar cara a cara con un dormido Arturo, al verlo recordó al instante todo lo que pasó la noche anterior.
Comenzó a sentir una fuerte presión en el pecho y una sensación de ahogo hizo que empezase a hacerle perder visión, comenzó a temblar. Como pudo se deshizo del agarré del chico y se levantó para acercarse a la ventana, la abrió y sacó la cabeza para respirar. Fuera corría una agradable brisa y el sol no era muy intenso por lo que no quemaba. Poco a poco comenzó a calmarse, respirando pausadamente con la mano en el pecho se volteó para recostarse en la pared y miró a la cama, Arturo aun dormía.
—¿Qué he hecho? —se dijo algo nervioso en voz baja.
Ayer por la noche sus pensamientos estaban claros, se había convencido que eso era la razón por la que Bruno le había pedido separarse, pero hoy a la luz de un nuevo día vio con absoluta claridad que eso no era cierto, esto era lo ultimo que debía haber hecho, no solo ha traicionado a Bruno, otra vez, si no que ha jugado con los sentimientos de Arturo.
—Me tengo que ir —volvió a decir en voz baja y a toda prisa fue dirección a la puerta, pero antes de llegar alguien lo llamó.
—¿Camilo? —dijo Arturo que estaba sentado en la cama y lo miraba mientras se frotaba los ojos.
—Bu-buenos días.
—¿Qué haces? —dijo mirando el reloj —es temprano aún.
—Es-es que... no quiero que nos vea tu madre, y mejor me voy a la otra habitación.
Arturo lo miró algo dudoso.
—Camilo, mi madre no entra sin llamar.
—Ya, ya pe-pero por si acaso.
Arturo se levantó de golpe al notar el nerviosismo del Madrigal.
—¿Qué te pasa?
—Na-nada —el corazón de Camilo comenzaba a latir muy rápido, comenzaba a notar sudores fríos, sus manos le temblaban, comenzaba a sentir falta de aire.
—¿Seguro? —dijo mientras se acervaba más a él.
—Se-seguro —Camilo dio unos pasos atrás alejándose de él, hasta chocar contra la pared, ya no era capaz de ocultar su nerviosismo y su temblor.
—¿Camilo?
—N-no te acerques...
Camilo comenzó a transformarse en varias personas a gran velocidad, asustando un poco a Arturo que se echó para atrás. Las múltiples transformaciones aumentaban su velocidad hasta que se detuvo en su forma original, mientras notaba como sur espiración era pesada.
Arturo lo vio y se acercó a él mas rápido para ponerle las manos en lo hombros.
—Camilo, tranquilo, mírame.... Mírame... respira....
Camilo hiperventilaba ahora a gran velocidad, al centrar su vista en el chico de piel oscura, esa velocidad volvió a aumentar y otra vez comenzó a transformarse en varias personas. Solo que esta vez Arturo no se movió, sostuvo sus manos en los hombros de Camilo, hasta que tras un rato volvió a estabilizar su forma original.
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El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)
RomanceContinuación directa de mi anterior historia "El Camaleón Enterrado en la Arena del Futuro". Ha pasado un año desde que se representase la obra de Romeo y Julieta, salvo que en esa ocasión Camilo y Bruno no se besaron frente a todos. Su relación sig...