CAPÍTULO 17 - EN LA COCINA

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Camilo salió de la habitación de forma atropellada, ya en el pasillo, vio como Bruno bajaba las escaleras de forma rápida y se perdía en la cocina.

—Bruno... —gritó el chico. Aunque no sirvió de nada porque el hombre ya había desparecido.

Tras eso, salió corriendo y bajó las escaleras, en un momento se tropezó y gracias a Casita, que lo agarró en el aire ayudada de unas vigas de la casa, si no, hubiese caído al suelo.

—Gracias, Casita.

Tras reponerse, volvió a seguir su camino y entró en la cocina. Allí sentado y recostando su cabeza en la mesa estaba Bruno, miraba al lado contrario de la puerta por lo que Camilo solo pudo ver su pelo.

—Bruno...

Unas ratas aparecieron de debajo de la ruana del hombre y se pusieron frente a él en la mesa, rodeando la cabeza de Bruno. La mas grande miró a Camilo y le dio unos chillidos.

—Perdona, Rigo, pero necesito hablar con él.

La rata chilló de manera dramática.

—¿Qué?, yo no le he dicho eso... —se defendió el chico.

La rata volvió a chillar.

—Eso no es verdad.

—Ya Rigo, no seas teatrera —dijo Bruno sin mover la cabeza —te metes demasiado en el papel de la señora Virtudes.

Camilo estaba muy confundido.

La rata volvió a mirar a Camilo y chilló.

—¿Qué solo estabas actuando?

La rata asintió y acompañada de las demás bajaron de la mesa y se metieron por unos agujeros de la pared, que al pasar ellas, desapareció.

—Milo, no las hagas caso, estamos en una parte de nuestras ratonovela en que la señora Virtudes, esta en modo toxico con sus hijas, y les oculta cosas mientras miente a su marido, diciéndole que el hijo que espera es suyo, pero en verdad es de su primo.

—Ah... pensé que te había molestado lo que ha pasado arriba.

—Y estoy molesto —dijo el hombre con voz algo mas seria, haciendo que Camilo diese un paso hacia atrás.

—Quería pedirte perdón, no quería hablarte así, pero es que lo que estoy haciendo es... —no sabía como decirle lo que estaba haciendo sin revelarle que era un regalo para él.

—Milo, si no me quieres decir lo que estabas haciendo no hace alta, no te voy a obligar, pero me ha molestado que me hablases así...

—Lo siento... es que me he puesto nervioso, estoy haciendo una cosa para... —Camilo se calló, algo intranquilo, no quería mentirle ni ocultarle nada, pero tampoco le quiera revelar la sorpresa.

—Ya te he dicho que no hace falta que me lo digas...

—¿Me perdonas entonces?

—¿Por qué tengo que perdonarte?

—¿Eh?, por hablarte mal.

—Entiendo... pero yo soy tu tío, a tu tío no le puedes hablar así...

—¿Bruno?

Bruno levantó al cabeza, sin llegar a mirar al chico, Camilo pudo ver un destello en sus ojos.

—Milo, Milo... has sido un niño malo, creo que te mereces un castigo.

Camilo estaba algo confuso, aunque el tono de voz que Bruno estaba usando le hizo excitarse, notar calor dentro de él.

—¿Tan malo he sido, TÍO Bruno?

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[PARTE CENSURADA POR LAS NUEVES POLITICAS DE WATTPAD, QUE ENTRAN EN VIGOR EL 15 DE ABRIL DEL 2024.]

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Tras separarse, y ponerse los pantalones, que tuvo que ir a por ellos a una esquina, miró a Bruno abriendo mucho los ojos.

—¡Bruno, la ruana! —dijo el chico señalando la mancha de semen.

Bruno miró.

—Mierda.

—Perdón, perdón, he sido yo.

—No pasa nada, Milo, se lava y ya...

La mente de Camilo comenzó a funcionar rápido, se ve que echar un polvo te despeja todo, pensó le adolescente.

—Yo la lavo, déjamela y mañana te la doy.

—No hace falta, lo puedo hacer yo.

—Porfa Bruno, ha sido culpa mía, déjame arreglarlo.

—Está bien.

Bruno se quitó la ruana y se la entregó a Camilo.

—Gracias, mañana te la doy.

—¿Mañana?

—S-si, la quiero lavar bien...

Bruno entrecerró los ojos y miró a Camilo.

—Sospechoso.

—¿Qué?, ¿Por qué?

—No has lavado nada en tu vida.

Camilo abrió mucho los ojos, era verdad, ni siquiera sabia donde se lavaba la ropa.

—Pero lo hago por ti, porque te quiero y eres mi novio y... te quiero, ¿lo había dicho ya?

Bruno soltó una risita.

—Si, lo habías dicho, pero cada vez que esas palabras salen de ti es como si fuesen la primera vez.

Camilo se sonrojó un poco.

—Anda, sigue con tus cosas.

—Vale —Camilo se acercó a Bruno y le plató un tierno beso en los labios y salió de allí corriendo.

Bruno miró con nostalgia aquella escena ya que la había vivido años atrás.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora