CAPÍTULO 78 - EL CABALLERO, EL CAMBIA FORMAS Y EL GALÁN

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Arturo caminaba distraído por la plaza del pueblo, el ambiente era extrañamente silencioso, no había nadie por la calle, no corría aire, hacia calor. De la nada, Camilo apareció delante de él con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Entonces, ¿es verdad? —preguntó el Madrigal con una voz etérea.

—¿El qué es verdad? —preguntó Arturo.

—¿Tan rápido te has olvidado de mí? ¿no que estabas tan enamorado?

—No sé de que me hablas...

Camilo comenzó a dar vueltas alrededor del chico de piel oscura, escudriñándolo y juzgándolo con la mirada.

—No mientas, yo lo sé, todos los sabemos, Dolores lo sabe.

—Ca-Camilo no se de que me hablas...

De pronto, detrás de Arturo, aparecieron unos brazos fuertes, musculosos que se aferraron a su torso y comenzaron a tocarle, haciendo que el chico se sobresaltase. Esas manos fueron poco a poco desabrochando cada botón de la camisa del chico.

Todo esto ante la atenta mirada de Camilo, que seguía cruzado de brazos con actitud molesta.

—¿Me lo vas a seguir negando?

—Pero, Cami-Camilo no-no...ahhh —las manos desabrocharon la camisa y abriéndola comenzaron a acariciar el torso del chico provocándole un pequeño gemido.

Arturo, alterado giró la cabeza para ver como detrás de él se materializaba la imagen de Mariano, y como era él, el que lo estaba tocando, de pronto sintió el cuerpo del mayor detrás del suyo, noto el calor, y notó como sus manos bajaban a su pantalón mientras Camilo se enfurecía mucho mas.

—Eres despreciable Arturo Vázquez, no quiero volver a verte en mi vida.

—No, Camilo, espera, esto no es... —notó como Mariano le había despojado también de su pantalón. Y cuando notó que la mano del Guzmán agarraba su entrepierna, abrió los ojos.

Arturo se incorporó de golpe en su cama, empapado de sudor y con un grado de excitación muy elevado, tanto que incluso había eyaculado dormido, miró abajo y vio como su pene erecto sobresalía por la goma de su pantalón del pijama y su esperma había machado la sabana y parte de su pijama. Aun alterado y con la respiración agitada miró por la ventana, aun era de noche.

Con algo de calma, se levantó y agarró todas las sábanas y las sacó de la cama, con cuidado fue hasta el apartado de la ropa sucia y lo lanzó allí, se quitó también el pijama y fue directo a la ducha. Allí bajo el agua caliente, volvió a venir a su mente todo su sueño, notó que su pene volvía tensarse y movido por la lujuria, lo agarró y nuevamente a los pocos minutos volvió a eyacular.

Camilo abrió los ojos, rayos de luz entraban por las rendijas de su ventana, se rascó la cabeza moviendo sus rizos mientras intenta enfocar la vista, por alguna razón sentía que estaba muy al borde de la cama y al ir a moverse chocó con algo.

—Bruno, déjame un poco de sitio, me voy a caer —dijo el chico con voz pausada aun con efectos del sueño. Pero "Bruno" no respondía.

Camilo se giró y al ver a Mariano dormido y sin camiseta abrió tanto los ojos que se acabó espabilando, comenzó a mirar a todas partes y entonces recordó lo que pasó por la noche, algo aliviado suspiró.

—Mariano...

—Amor, un poco mas... —dijo el hombre aun medio dormido.

—Mariano, no soy Dolores.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora