CAPÍTULO 34 - NO SIGAS POR AHI...

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El sonido del viento casi opacaba el transcurso del lago, Camilo y Arturo se encontraban de pie al borde de la orilla del lago, el Madrigal tenía las manos agarradas por Arturo, el cual se notaba algo nervioso, y con cierto rubor en sus mejillas, mientras que Camilo tenía los ojos muy abiertos, como si hubiese visto algo sorprendente.

—¿Qu-qué?

—Que el que me gustas eres tú, Camilo.

La mente de Camilo estaba colapsando, no había pensado en algún momento que eso podría pasar, le invadió una sensación extraña.

—Pe-pero yo no pue...

Arturo sujetó mas fuerte las manos del chico.

—No, no te pido que me correspondas, sé que es imposible, solo quería ser sincero contigo...

—Arturo... —por la mente de Camilo pasaron a toda velocidad todo lo que pasó el día anterior, el beso, dormir juntos, abrazados, entendió poco a poco como sin quererlo había jugado con sus sentimientos —lo siento.

Al chico de piel oscura le temblaban las manos, pero aun así seguía sujetando las de Camilo, el Madrigal no sabía que hacer, se sentía mal por rechazarlo así, pero él no sentía nada por ese chico, y decir lo contrario sería mentir.

—No te preocupes, sabía desde un principio que no tendría ninguna oportunidad, pero no puedo evitar sentir esto y prefería decírtelo.

Al ver la expresión del joven, Camilo no sabía que hacer, no quería hacerle daño, se había portado tan bien con él y él no podía corresponderle, por lo que lo único que se le ocurrió fue abrazarlo, en un principio Arturo se sorprendió, pero luego le devolvió el abrazo.

Mientras Camilo estaba abrazando al joven, por el rabillo de su ojo pudo ver como algo se movía en el banco donde habían estado sentados, al mover la cabeza un poco para mirar pudo ver a una rata algo grande subida en el respaldo del asiento, sus ojos se abrieron y una punzada en el pecho le hizo separase rápido de Arturo.

—Eh... —gritó Camilo a la rata.

La rata no se movió mucho, solo dio unos pasos hacia un lado.

Arturo miró también.

—¿Una rata?

Camilo la miró mas fijamente, no tardó en saber quien era.

—Rigo, ven aquí...

La rata no hizo ningún movimiento. Camilo algo asustado corrió hacia ella con intención de apresarla, pero la rata era más rápida y saltó justo cuando Camilo se abalanzó sobre ella haciendo que el chico se golpease con el banco.

—¡¡Camilo!! —Arturo corrió hacia el y lo ayudó a levantarse.

—Corre, hay que atraparla —un miedo le dominaba sus palabras salían atropelladas.

—¿Por qué?

—Se lo contará todo a Bruno.

Durante aproximadamente un cuarto de hora se pasaron persiguiendo a la rata por la zona, pero ella era mucho mas rápida y lista, hacia que ellos se chocasen con árboles, se cayesen, Arturo acabó cayendo al lago, Rigoberta parecía divertirse.

Hasta que no pudieron más, Camilo de rodillas en suelo tenia a la rata a unos centímetros.

—Rigo, por favor...

La rata por primera vez en todo el rato dio un chillido.

—No se lo digas por favor... te-te daré toda la comida que quieras.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora