CAPÍTULO 43 - ESTÁ PASANDO

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Toda la familia se encontraba en la mesa de la cocina, habían comenzado a comer cuando Camilo se levantó llamando la atención de todos.

—Quería pediros perdón por lo que ha pasado antes, prometo que no va a volver a pasar.

Pepa le acarició el brazo como muestra de apoyo mientras Bruno le dedicaba una sonrisa.

—Camilo, lo importante es que estás bien —dijo Alma.

—Nosotras te perdonamos —dijo isabela pasándole el brazo por el hombro a Luisa que asintió.

—Yo no se que ha pasado —dijo Mariano —pero también te perdono Cami.

—Luego te cuento amor —dijo Dolores sujetándole la mano.

Tras eso, Camilo volvió a sentarse y sin apartar la mirada de Bruno comenzó a comer, en su interior sabía que él no estaría de acuerdo con que fuese a hablar con Arturo, pero el chico pensaba que eso podría ayudar, hablaría con él y llegarían a algún tipo de acuerdo para que ninguno de los dos lo pasase mal.

—Cielo, ¿ya no sientes ningún dolor ni nada así? —pregunto Julieta al chico sacándole de sus pensamientos.

—No, tía Julieta, no me duele nada y estoy bien, mira —Camilo se transformó en Mirabel y se ajustó las gafas para luego volver a su forma.

—Me alegro.

El resto de la comida pasó de forma tranquila, y al acabar, cada uno se fue a descansar, Camilo aprovechó que ese día le tocaba a Bruno lavar los platos para escabullirse sin que se enterase. Antes de llegar a la puerta se cruzó con Mariano.

—Hey, Cami, ya me contó tu hermana lo que paso, lo siento mucho, ¿estas bien, no?

—Si, Mariano, gracias, pero tengo que salir, no me puedo parar.

—Claro, claro —pásalo bien.

—Gracias.

Camilo de forma tranquila pasó al lado del hombre y salió de la casa. Iba sin prisa pensando en lo que iba a decirle a Arturo, quería ser directo, pero como decía Dolores, no quería darle esperanzas ni ser cruel con él. Llegó a la conclusión que lo mejor sería hacerle ver que podían seguir siendo amigos, o al menos saber si había alguna posibilidad, se negaba a perder a uno de los pocos amigos que tenía.

Al pasar por la plaza vio que había poca gente, era algo normal pues había pasado la hora de la comida y estarían todos descansado o acabando de comer. No tardó mucho en llegar a la casa de Arturo, pero cuando se acercaba vio salir de la casa a la madre de Arturo, que cerraba la puerta y se encaminaba por una de las calleas adyacentes.

Mierda.

—Si esta solo no va a querer abrirme... oh, ya se...

Camilo se ocultó tras un árbol y se transformó en Isabela.

—A mi si me abrirá.

Con paso elegante se acercó a la puerta y llamó. Al poco alguien abrió la puerta.

—¿Isa? —preguntó Arturo algo extrañado.

—Si, soy yo, la misma y única Isabela Madrigal, reina de las flores.

Los ojos de Arturo miraban a todas partes.

—¿Y se te ofrece algo?

—Bueno, pasaba por aquí y quería saber si me invitas a entrar.

—Emm.. claro... pasa.

Camilo entró y atravesó el pasillo para sentarse.

—¿Se te ofrece algo?

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora