CAPÍTULO 45 - TEMPORAL

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Camilo entró en la habitación y cerró la puerta, pudo ver que no estaba la cortina de arena por lo que atravesó el hueco y anduvo por la cueva hasta situarse en al puerta de la cúpula, la cual estaba abierta, tomando aire, asomó la cabeza y pudo ver a Bruno sentado en una silla de espaldas a él.

A paso lento, entró y se quedó allí de pie.

—Hola.

Bruno se dio la vuelta, se levantó de la silla, la giró y volvió a sentarse esta vez mirando en su dirección.

—Agarra una silla y siéntate.

A Camilo le inquietaba el tono de Bruno, era bastante mas serio y seco de lo normal, y aunque Dolores decía que no estaba enfadado, él no estaba tan seguro de eso. El chico avanzó y obedeciendo la mayor, agarró una de las sillas y poniéndola delante de él se sentó.

Por un momento solo se miraron, no dijeron nada y tras unos momentos, seis ratas aparecieron de una esquina y escalando la silla y la ropa de Buro se subieron en sus hombros y cabeza.

—Rigoberta, por favor, ahora no es el momento —dijo Bruno haciendo que todas las ratas saliesen a toda velocidad de su hombro, y quedasen a su lado, pero en el suelo, miraban a Camilo.

Y tras unos segundos más de silencio, Bruno se pasó la mano por el pelo y volvió a mirar al chico.

—Camilo —dijo Bruno de pronto asustando un poco al adolescente.

—¿Sí?

—¿Tú me quieres?

Camilo se sorprendió la escuchar esa pregunta.

—Claro que sí.

Bruno se recostó en el respaldo de la silla y cruzó las piernas y los brazos.

—¿De verdad?, porque yo no tengo tan claro que eso sea cierto.

Camilo se sintió un poco dolido al ver como decía esas palabras.

—Pues sí, es verdad, yo te quiero como nada —decía le chico extendiendo las manos —sabes que lo eres todo para mí.

Bruno no dijo nada, solo lo miraba mientras entrelazaba sus dedos a la altura de su boca. El semblante de Bruno era neutro, no había rastro de malestar, ni de enfado.

—Que pena que tú te encargas de que esas palabras pierdan el sentido —Bruno se inclinó hacia delante apoyando sus codos en sus piernas e inclinando su cuerpo de forma agresiva hacia Camilo.

—¿Qué?

—Camilo, tu dices que soy todo para ti, pero no hace ni veinte minutos estabas besándote con otro y si yo no llego a aparecer...

—Pero eso no fue... —interrumpió el chico de forma apresurada a Bruno excusándose.

—¡¡BASTA!! —gritó Bruno —no me vuelvas a interrumpir. Yo estoy harto de demostrarte por activa y por pasiva que te amo, pero es que yo no recibo ese sentimiento de ti.

Camilo quería responder a eso, pero no quería interrumpirle se tuvo que morder un poco el labio.

—No sé si para ti solo soy un juego, un experimento para ver que es lo que es follarse a tu tío, no se si me usas para molestar a alguien...

—Eso no es cierto —Camilo comenzaba a alterarse no le gustaba por donde estaba yendo la conversación —yo te quiero como nada, yo nunca te he usado para nada, ni eres un experimento y menos un juego.

—Esas palabras están muy bien, Camilo, pero tus actos no las acompañan. Tú dices que me quieres mucho y tal pero luego en cuento tienes oportunidad te besas con otros o a saber que mas habrás hecho.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora