CAPÍTULO 54 - SEGUNDA PRIMERA CITA

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Era de noche, la cena ya había pasado y Camilo se encontraba sentado en su cama, su pierna temblaba con los nervios y daba pequeños golpes en el suelo. Miraba hacia la puerta, esperaba a que Bruno llamase en cualquier momento para irse con él al lago donde tendrían su cita.

Por alguna razón, estaba muy nervioso, desde hacía unas semanas que se notaba algo mas emocional que otras veces, había hecho cosas que no esperaba hacer como acostarse con Arturo, forzar su Don, querer tener un hijo, era algo que todavía no se explicaba, según Dolores las hormonas de cuerpo lo dominaban por la edad, pero eso a él no le convencía.

También cada cosa que sentía lo experimentaba mucho, su ataque de pánico, sus nervios de ahora. Camilo estaba muy nervioso y ni siquiera era la primera cita con Bruno. ¿Será que estoy mas enamorado de Bruno de lo que yo mismo puedo llegar a pensar?, pensó el chico mientras no apartaba la vista de la puerta.

Suspirando se tumbó intentando clamarse, todos debían estar yendo a sus habitaciones, no faltaría mucho para que se durmiesen y Bruno llegase a por él. Pensar en Bruno llegando y cargándole en brazos hizo que sus mejillas se ruborizasen y fantasease con esa idea, estar cargado por Bruno mientras abrazaba su cuello y lo besaba.

Tres golpes hicieron que volviese en sí y se incorporase en la cama.

—Pasa —dijo con un tono de voz que reflejaba su nerviosismo.

Bruno abrió la puerta y entró con una sonrisa en la cara, cerró y se apoyó en la puerta.

—Hola, ¿Qué tal?

—Bien... un poco nervioso.

Bruno soltó una risita.

—¿Y eso?

—No sé, pero estoy nervioso, quiero hacerlo bien.

Bruno se acercó y se sentó en la cama junto al chico.

—Eso esta bien —lo agarró de las manos —querer hacer las cosas bien es un gran paso. ¿Nos vamos?

Camilo lo miró a los ojos y asintió.

Ambos salieron de Casita sin hacer ruido, y una vez fuera se relajaron un poco mas, de camino al bosque no hablaron. Bruno caminaba tranquilo mientras que Camilo iba a su lado con los hombros encogidos, mirando al suelo y frotándose las manos, los nervios eran muy fuertes, notaba su corazón latir muy rápido. Mentalmente se intentaba calmar, pero cada vez que miraba a Bruno su corazón latía mas fuerte aun.

Por fin llegaron al bosque, atravesándolo llegaron al claro del lago, la luz de la luna se colaba por los arboles iluminando justo la orilla del lago. Camilo se adelantó un poco y echando mano a la cesta que llevaba sacó un mantel que tendió en el suelo y setenadnos haciéndole a Bruno una señal para que se acechase y se sentase. Bruno lo hizo para sentarse enfrente del chico.

—Bruno, estoy muy nervioso.

Bruno lo agarró de las manos.

—Tranquilo, yo estoy aquí, cualquier cosa me lo puedes decir, si te encuentras mal igual ¿vale?

—Si...

Bruno levantó la vista y contempló aquel sitió, ese sitio donde había vivido tantas cosas buenas.

—Bruno...

—¿Sí?

—Que-quería volver a pedirte perdón por todo, he sido un inmaduro y me he portado como un niño pequeño y he hecho muchas tonterías.

—Razón no te falta —dijo Bruno de forma algo seca —pero... te agradezco tus disculpas y las acepto, aunque también te quiero decir algo.

—Lo que quieras.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora