El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)

CAPÍTULO 48 - LA ESPADA DEL CABALLERO (2ª PARTE)

—¿Qué?

—Que te perdono si duermes esta noche conmigo —respondió Arturo mirándolo con con una sonrisa de medio lado.

—Pe-pero...

Arturo se inclinó un poco hacia delante sin quitar sus ojos de Camilo.

—¿Y Bruno?

—Camilo, ahora estáis separados, no le debes nada.

—Ya, pero no creo que esté bien.

—Tampoco estuvo bien besarnos esta tarde y mira lo que pasó.

—Pero eso fue por...

Arturo se levantó y se sentó en la cama al lado del Madrigal.

—Solo vamos a dormir... a no ser que quieras algo más...

Camilo estaba algo confundido, Arturo le estaba lazando muchas indirectas muy directas, pero siempre le daba la opción de negarse y sinceramente le gustaba dormir acompañado, una manía que había adoptado gracias a Bruno.

—Esta bien, pero solo dormir.

—Perfecto, venga vamos.

—¿Dónde? —preguntó Camilo mirando a su alrededor.

—A mi habitación, si vamos a dormir mejor en mi cama.

—Va-vale.

Los dos chicos se encaminaron al cuarto de Arturo, que iba delante con una sonrisa en la cara mientras Camilo iba detrás con su almohada bajo el brazo. No sabía si había hecho bien, pero necesitaba compañía, además seria solo dormir.

¿Qué podía salir mal?

En la casa Madrigal Bruno y Mariano se estaban abrazando en la cocina, el Guzmán, envolvía el pequeño cuerpo de Bruno con sus brazos, lo notaba frágil y tembloroso, realmente le había afectado el tema de Camilo.

Bruno por su parte tenía apoyada su cabeza en el pecho de Mariano, al separarse el mayor estaba realmente ido, miró a los ojos nuevamente al Guzmán y comenzó a acercarse lentamente. Mariano al ver que cada vez estaba mas cerca se encogió un poco y abrió mucho los ojos.

—¿Bruno?

De pronto, Bruno volvió en si y se apartó de forma rápida.

—Pe-perdón... no se en que estaba pensando.

—¿Estas bien?, sé que soy muy besable, pero... —intentó bromear Mariano para hacer sentir un poco mejor al mayor.

Bruno esbozó una sonrisita.

—No estoy bien, pero no pasa nada —Bruno volvió a mirar de arriba abajo a Mariano contemplando su cuerpo —será mejor que vaya a dormir.

—Si necesitas algo, dímelo ¿vale?

—Gracias Mariano, pero lo que necesito ahora tu no me lo puedes dar.

—¿No?, ¿y qué es?

Bruno lo miró.

—Necesito desahogarme.

Camilo llegó a la habitación de Arturo mientras el chico de piel oscura encendía la luz y quitaba las sábanas para que Camilo entrase.

—¿Qué lado quieres?

—El de la pared —respondió Camilo.

—Pues pasa tu primero entonces.

Camilo se acercó a la cama y puso su almohadada en su lado y se dispuso a entrar.

—Veo que hoy vienes con el pijama completo.