Un silencio absoluto envolvió la habitación, solo se oía el crepitar de las brasas en la cocina de Julieta. Bruno estaba paralizado, sus ojos muy abiertos y una sensación de ahogo le impedía decir nada. Miraba a su hermana que, a su vez lo fulminaba con la mirada, ella tenía los brazos cruzados y unos ojos afilados, enfadada se mantenía en es aposición.
—¿Qu-qué?
—Lo que has oído, por lo que, si pretendes salir a contar algo, a lo mejor yo también podría salir a contar cosas —dijo la mujer elevando un poco la voz.
—N-n-no, se-se-a lo que sea que piensas, no es verdad.
—¿Ah no? —Julieta levantó un brazo y unas barras de metal bloquearon la puerta impidiendo así que Bruno saliese de allí —vamos a hablar seriamente tú y yo.
—Pe-pero Juli...
—Nada de peros —la mujer avanzó y miró al techo —Dolores, no digas nada.
Julieta se dio la vuelta y caminó hacia el laboratorio a paso lento mientras Bruno, inmovilizado por el terror seguía allí.
—Vamos —dijo para volver a levantar una mano y que una placa de metal empujase a Bruno y lo moviese hacia delante detrás de ella.
Una vez Julieta se sentó en una silla y Bruno a su lado, la mujer destensó un poco su rostro, Bruno en cambio, estaba muy tenso, le temblaba una pierna y evitaba el contacto visual con su hermana. Por un momento ninguno habló.
—Juli... te lo puedo explicar...
—No lo niegas entonces...
Bruno dio un respingo hacia atrás, bastante confuso, alterado y asustado, Muchas imágenes se pasaban por su cabeza, y todas tenían un mal final. Miraba a su hermana que le devolvía una mirada fría.
—No lo entiendo —dijo la mujer —Bruno, es tu sobrino, ¿en qué diablos estabas pensado? Y no solo eso, es menor de edad...
Bruno agachaba la cabeza, esto le recordaba a la infinidad de veces que su madre lo regañaba de pequeño.
—Y lo peor es que tú lo has consentido, no lo paraste, ¿sabes lo repugnante que es todo esto?
—Juli, por favor, déjame que te lo explique, el y yo estamos enam...
—¡¡CALLATE!!
Bruno se encogió en su asiento.
—Bruno, no solo has hecho eso con tu sobrino, si no que has metido a mis hijas en todo esto, porque si, se que ellas lo saben todo.
—Yo nunca pretendí que pasase esto, lo juro.
—Pero lo permitiste.
—Juli...
Hubo un largo silencio, donde la mujer no dejaba de mirar al hombre, su rostro, aunque tenso y enfadado se volvió mas suave.
—Lo que mas me molesta es que no es ninguna enfermedad —dijo la mujer suavizando su expresión y tono de voz. Esto hizo que Bruno levantase un poco la vista —no es ninguna dolencia, lo he intentado arreglar, pero ni el ni tu estáis enfermos... —Julieta ahora parecía ausente y consternada.
—Juli... —Bruno intentó levantarse, pero era tal la rigidez de su cuerpo que no pudo.
La mujer se levantó sujetando su frente con la mano, dio varias vueltas y se acercó a su mesa donde estaba el bote con las arepas, lo abrió y sacó una.
—Esto —dijo enseñando la arepa al hombre —lo hice con la intención de curaros, pero salió mal, todavía no soy capaz de curar emociones, lo intenté y salió esto.
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El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)
RomanceContinuación directa de mi anterior historia "El Camaleón Enterrado en la Arena del Futuro". Ha pasado un año desde que se representase la obra de Romeo y Julieta, salvo que en esa ocasión Camilo y Bruno no se besaron frente a todos. Su relación sig...