CAPÍTULO 5 - ESFUERZOS

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Esa mañana comenzaría el plan, y no se hizo esperar, ya que en cuanto Camilo entró en la cocina y tras saludar a todos, Mariano se levantó y abrazó al chico delante de todo.

—Buenos días, Cami ¿Qué tal la noche?

—Muy bien, Mariano, muy productiva.

Camilo dio un pequeño barrido por toda la familia, pero cada uno estaba a lo suyo, apenas se dieron cuenta, Bruno hablaba con Agustín.

Camilo y Mariano intercambiaron miradas de impaciencia, hasta que el chico caminó a su asiento.

—Ven, Mariano siéntate hoy conmigo.

Pepa que vio y oyó eso se giró para mirar a su hijo.

—Corazón, ¿Qué haces? Deja a Mariano en su sitio con Dolores.

—No te preocupes mamá —dijo Dolores con mucha calma —déjalos, llevan un par de días que no se separan.

Ese comentario si hizo que algunos en la mesa mirasen, entre ellos Bruno.

—Eso esta muy bien hijo —dijo Félix —los hombres de la familia unidos, que estamos en inferioridad numérica.

Pepa miró a Félix levantando una ceja.

—Si, es que voy a pasar hoy le día con Mariano, porque no tengo trabajo hoy, a lo mejor puedo ayudar en el centro de animales.

—Me parece bien, Camilo —dijo Alma.

Camilo volvió a mirar de reojo a Bruno, pero este volvió a hablar esta vez con Isabela, lo que hacía que el chico se molestase un poco, aunque no lo exteriorizase.

—Entonces, ¿hoy voy a ser vuestro jefe? —dijo Antonio mirando con ojos de ilusión a los dos.

—Así es Antonio —dijo Mariano.

—Si, Toñito, nos puedes pedir lo que quieras —dijo Camilo con intención de que sonase mal para trae la atención de Bruno, pero no surtió efecto.

—¿Incluso tocar arañas?

—¡¡NO, ESO NO!! —gritó Camilo horrorizado.

—¿Todavía te dan miedo las arañas? —pregunto Luisa.

—Si —dijo el chico algo rojo mirando a sus manos que las había entrelazado en sus piernas.

—No pasa nada, Cami —dijo Mariano poniéndole una mano en la cabeza y revolviéndole el pelo —a todos nos da miedo algo, a mi no me gustan mucho las ranas, por ejemplo.

—¿De verdad? —dijo Camilo algo extrañado —si son inofensivas.

—Bueno, pues a mí no me gustan.

—No habléis mal de los animales —dijo Antonio —ellos son buenos y no hacen daño a nadie.

—A mi me pican los mosquitos —dijo Mirabel.

Antonio miró a su prima intentado poner cara de enfado, pero tenía el efecto contrario, ponía cara adorable.

Momentos después esperaban a Alma en la entrada para dirigirse todos a sus tareas, en un momento, Bruno apareció por la puerta y Camilo aprovechando que estaba junto a Mariano se abalanzó sobre él para abrazarlo.

—Que ganas tengo que de pasar el día contigo, Mariano —dijo el chico con voz casi infantil.

—Y yo...

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora