CAPÍTULO 9 - TE AMO

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Camilo y Bruno estaban fundidos en un apasionado y deseoso beso, sus cuerpos pegados, sus brazos bordeaban sus cuerpos apretando sus ropas, sus lenguas luchan en el interior de sus bocas y ya, cuando notaron que les faltaba el aire se separaron, mirándose.

—Bruno... —pudo decir el chico mientras sus ojos recorrían cada parte de la cara del hombre —te he hachado mucho de menos.

—Yo también mi niño bonito, pero lo hice por tu bien.

—Pero, ¿Por qué?, explícame por favor.

—Ven, siéntate, te lo contare todo.

Ambos se separaron, pero antes de sentarse, de forma rápida, Camilo volvió a apegar su cuerpo al del mayor y le dio otro beso.

Finalmente, sentándose en la cama, Bruno comenzó a contarle todo lo relacionado con la visión, Camilo prestaba mucha atención, sin cambiar su expresión.

—...por eso me aleje de ti, si estabas lejos de mí, no había opción de que lo supiese nadie y no te pasaría nada.

—Pero eso no puede ser —dijo el chico —mi mamá nunca me haría daño.

—Milo, yo se que Pepa es tu madre y ella, intencionadamente, no te haría daño, pero sabes que su Don es algo impulsivo.

—Pero, Bruno, me niego a pensar que mi mamá me pueda hacer eso, aun así, ¿de verdad te sacrificaste para que yo estuviese a salvo?

El mayor asintió.

—Milo, yo por ti estoy dispuesto a todo, aunque eso signifique alejarme de ti.

Camilo agarró la mano del mayor, y lo miró.

—Yo no creo merecerme todo esto, que tu me quieras tanto, que te sacrifiques por mí, y más, tras lo que te hice antes...

El hombre sujeto al chico de los hombros y se arrodillo delante de él.

—Milo, escúchame, tú eres lo más importante para mí, lo de antes, puedo llegar a entenderlo, cuando estamos desesperados hacemos tonterías.

—Pero... yo me transformé en él y te dije esas cosas...

—¿Qué tengo que hacer para que veas que te perdono?

—No volver a dejarme solo, no alejarme de ti.

—¿Solo eso?

El chico asintió.

—Pues te prometo nunca jamás volver a alearte de mí.

Camilo se abalanzó sobre Bruno para abrazarlo, de forma que cayeron al suelo, tras el abrazo, el chico acabo sentado encima del hombre. La mente del chico se nubló por un momento al quedar en esa pose, recordó que hacia muchos meses que no había tenido relaciones con Bruno, y al mover un poco la cadera notó el miembro de Bruno a través del pantalón.

—Bruno... hace mucho que no...

—¿Qué no qué? —dijo el hombre haciéndose el tonto.

—Ya sabes... me da vergüenza decirlo.

—¿Acaso sabes tu lo que es tener vergüenza?

—No, pero contigo la cosa cambia.

—¿Ah sí? ¿y eso?

No recordaba la ultima vez que había tonteado con Camilo, era algo que le encantaba hacer, le encantaba ver el poder que tenia sobre ese chico, podía hacer que se avergonzase de cosas que en su vida le había avergonzado, podía sacar sus nervios, podía con un simple gesto hacer que Camilo gimiese de placer. Pero sobre todo adoraba escuchar en labios de ese chico esas palabras.

—Porque yo te amo, Bruno.

Camilo se inclinó para besar al hombre mientras él alargaba las manos y las colocaba en las caderas del chico.

—Yo también te amo mi niño bonito.

El beso se hizo mas intentos acompañado por movimientos circulares de cadera del chico.

—Luego hablaremos de como solucionar lo de mi mamá.

En ese momento, los ojos de Bruno se abrieron y con un gesto algo brusco sujetó al adolescente y lo apartó bajándole de él. Camilo se quedó algo sorprendido ante esa reacción del mayor, y vio como lo agarraba de la cara y lo miraba fijamente.

—Camilo, vas a prometerme aquí y ahora que nunca vas a hacer nada para "solucionar" nada de esto, ¿vale?

—Pe-pero...

—Camilo, prométemelo.

—Pero, seguro que algo se puede hacer...

—Camilo, por favor.

El chico miró a su alrededor como intentado buscar algo en lo que centrar su mente, pero finalmente fijo su vista en el hombre.

—Vale, te lo prometo.

La expresión de Bruno se suavizó y suspiró aliviado.

—¿Seguimos? —pregunto el chico con tono juguetón.

Bruno en ese momento estaba algo alterado y no creía que fuese el momento.

—Mejor que no, Dolores y Mariano están fuera, además la familia esta a punto de llegar...

—Pero si estábamos a punto...

—Esta noche te espero en mi cama y ahí, haremos que la cama tiemble.

El escuchar eso las mejillas de Camilo se tiñeron de rojo.

—Vale, he esperado muchos meses, puedo esperar unas horas más.

Finalmente, ambos se levantaron y salieron por la puerta para encontrarse con Mariano y Dolores que los esperaban.

—¿Ya habéis hablado?

El chico asintió muy contento y tomó de la mano a Bruno y la levantó para enseñar al matrimonio que todo había vuelto a la normalidad. Dolores y Mariano miraron eso con felicidad y los felicitaron, así, los cuatro fueron al piso de abajo y acabaron sentados en la mesa de la cocina, todavía no había vuelto nadie.

—Oh, se me había olvidado —dijo Camilo metiendo su mano en el bolsillo —mira lo que me dio la señora Guzmán.

Mariano miró extrañado a Camilo como ponía una foto en la mesa frente a Bruno.

—¿Has estado con mi madre? —preguntó el hombre.

—Luego te cuento —dijo Dolores.

Bruno tomó la foto y la contempló, un sentimiento de nostalgia lo recorrió, Camilo vio la expresión del hombre y en muestra de apoyó recostó su cabeza en su hombro, Dolores y Mariano se acercaron y se pusieron detrás de la pareja.

—¿Esos son mamá y papá? —preguntó Dolores señalando a la chica vestida de amarillo y al chico de su lado.

—Si, y esta es tu tía Julieta y Agustín —dijo Bruno señalando a la otra pareja —y estos...

—Mi padre y usted —dijo Mariano.

La expresión del joven Bruno de la foto era de una felicidad asombrosa, mezclada con esa vergüenza suya tan característica, Bruno recordaba ese día, puesto que poco después todo se acabó.

—Ese día Víctor me regaló esto —dijo Bruno sujetando un extremo de su ruana.

—¿Él te la regaló? —preguntó Camilo.

—Si, y nunca me he deshecho de ella.

Camilo contempló la ruana verde de su tío y en efecto, se notaba que tenia muchos años, se había remendado varias veces, tenía bordes deshilachados.

—A lo largo de los años he tenido otras iguales, pero esta es especial.

De repente en la mente de Camilo se idealizó una imagen, él también quería que Bruno tuviese algo especial de él.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora