CAPÍTULO 83 - JUGASTEIS CONMIGO

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—Pero le podéis ayudar ¿no? —preguntó Camilo.

—No estoy segura, todavía tengo anulador, pero al no ser la receta exacta y al tener elementos experimentales, no sé si hará el mismo efecto, además todavía no sabemos cual ha sido el detonante —Julieta daba vueltas por la zona mientras hablaba.

—Debemos esperar a que despierte y nos cuente que ha pasado.

—Pero... —Camilo miró a Arturo aun inconsciente en la cama —¿y si vuelve a descontrolarse?

—Habrá que encerrarle —dijo Julieta con cierta severidad.

—¿Qué?, pero eso no estaría bien — se quejó el chico.

—Milo, a ninguno nos hace gracia, pero imagina que se descontrola estando en el pueblo, o en su casa.

Camilo se estremeció un poco.

—Pero no le podemos encerrar en contra de su voluntad, eso sería secuestro.

—No, cuando despierte, le explicaremos la situación e imagino que el mismo querrá quedarse aquí.

—Bueno, os voy a dejar un momento —dijo Julieta —la familia estará a punto de llegar y la comida no está hecha. Bruno lleva al chico a tu habitación allí estará mas vigilado y de momento, nadie lo vera.

—Vale.

—Camilo, tú quédate con él y en cuanto despierte me avisas.

—Vale, tía Julieta.

Así, Julieta bajó a la cocina mientras Bruno cargaba a Arturo en brazos y lo llevaba a su habitación acompañado de Camilo que miraba la cara placida del joven, no podía creer que hace solo unas horas hubiese intentado atacarle, y esa cara y esos ojos, daban miedo, pensó el chico. Por suerte, Dolores al estar en su último mes de embarazo, se encontraba en su cama, dentro de su insonorizada habitación.

Bruno dejó a Arturo en su cama y dejó a Camilo a su cuidado.

—¿Estarás bien, mi niño?

—Creo que sí.

—En cuanto despierte me avisas, ¿vale? —dijo Bruno acercándose a él y sujetándole la cara para mirarle a los ojos —y cualquier cosa me llamas.

—Vale, Bruno, no te preocupes —dijo le chico que imitó el gesto del hombre y sujetándole la cara, le dio un tierno beso en los labios.

Bruno sonrió y salió de la habitación. Camilo se sentó en el sillón frente a la cama y lo observó durante un buen rato.

Pasó la mañana, y la tarde y Arturo no despertó. Bruno fue a su casa para decirle a su madre que iba a quedarse a dormir en la casa Madrigal, Julieta hizo todo lo posible para evitar que nadie lo descubriese y Camilo solo salió del cuarto de Bruno para ir a comer y a cenar.

Ya de noche, Bruno, Camilo y Julieta estaban en la habitación del hombre.

—No despierta —decía el chico algo desesperado.

—No te preocupes, cielo, es muy posible que el efecto de este sea mas potente y necesite dormir mas.

—Espero que sea eso —dijo el chico algo apenado.

—Bien, yo lo vigilo esta noche —dijo Bruno.

—Yo me quiero quedar —dijo Camilo.

—Hoy no, Milo, si por alguna razón despierta y no ha perdido el efecto, lo mejor es que no estes cerca y dormido, podría ser muy malo.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora